“El cuerpo me pedía parar, y me ha sentado genial ponerme en riesgo”
EntrevistasRigoberta Bandini

“El cuerpo me pedía parar, y me ha sentado genial ponerme en riesgo”

Alejandro Blasco Blasco — 31-03-2025
Fotografía — Archivo

Han pasado más de dos años desde que debutó como “La Emperatriz” (22) y nos hizo gritar a pleno pulmón con su “Ay Mamá”. Ahora, tras un parón en los escenarios, Rigoberta Bandini ha resurgido de sus cenizas con un nuevo álbum en el que se hace llamar “Jesucrista Superstar” (Sony Music, 25). Hablamos con ella sobre su momento actual.

El nombre del álbum se inspira en el famoso musical de los años setenta, y se puede apreciar en los sonidos. Aun así, el título también funciona como un alter ego de Rigoberta Bandini. ¿Por qué antes fuiste La Emperatriz, y ahora Jesucrista Superstar?
Bueno, está claro que me gustan los nombres que suenan con fuerza [risas]. “Jesucrista Superstar” es un título con muchas capas, y todas ellas me las he ido encontrando mientras creaba el álbum. Me interesaba la dualidad del nombre, por la propia contradicción interna que siento muchas veces entre mi faceta de artista y persona. Dar con este título fue el motor de búsqueda para construir y entender el universo que quería crear. A esta segunda etapa me apetecía darle un toque de humor, y “Jesucrista Superstar” era perfecto, porque no deja de ser un nombre categórico o imponente, pero a la vez suena muy desenfadado. En su momento, con “La Emperatriz”, ya me pasó algo similar, porque encontré la inspiración cuando me regalaron mi primer Tarot. Siempre hay algo que me sirve de guía, y en el caso de mi primer disco fue esa carta de la emperatriz, por su vínculo con la fertilidad, la abundancia y todo lo que me vino de golpe.

"Siento que la gente me ha apoyado desde el primer single de una manera muy orgánica"

Dices que la fama te vino de golpe. Eso también te llevó a una crisis artística, por la que hiciste una pausa y te retiraste temporalmente de los escenarios. Parece contradictorio que ahora hayas vuelto con algo mucho más ambicioso, un doble disco de veintidós canciones.
El cuerpo me pedía parar, y me ha sentado genial ponerme en riesgo. Al no tener presiones ni deadlines, me pude permitir hacer una pausa para reconectar conmigo misma. Cuando paras todos los conciertos también se cortan las fuentes de ingresos, pero si volviera atrás tomaría la misma decisión, porque necesitaba partir de una hoja en blanco. Y sobre la extensión del disco, ha surgido así porque empecé a componer como una loca. Me lo pasé tremendamente bien y acabaron saliendo muchas canciones. Me apetecía devolverle al público todo su apoyo en forma de música. Siento que la gente me ha apoyado desde el primer single de una manera muy orgánica, y el amor que me transmiten sirve de ayuda en los momentos de crisis, soledad e inseguridad. Es curioso porque se trata de un amor poco tangible, porque hablamos de una masa de personas, pero lo noto con mucha intensidad.

¿Ha cambiado mucho tu proceso compositivo esta vez, o sueles crear las canciones de forma similar?
Varía dependiendo de la canción. Muchas parten de tocar la guitarra en el sofá o en la cama, y ahí salen prácticamente del tirón. En otros casos, me viene una frase de inspiración. Siempre he sentido la composición como algo muy personal e íntimo, pero en este álbum lo he visto como un trabajo en equipo. Por ejemplo, con la canción “Busco un centro de gravedad permanente”, le dije a Stefano [Maccarrone] y Esteban [Navarro, también su pareja], que buscaba una sonoridad parecida a Marianne Faithfull. A partir de esta referencia empezamos un trabajo colectivo, y mientras uno escribía letras, yo iba cantando y puliendo las melodías. Después, cuando Stefano me mandó la base, acabé de dar forma al estribillo. Con este proceso me di cuenta de que haciendo las cosas de esta manera el resultado también es muy interesante.

Tu conexión trabajando con Stefano o Esteban es evidente, pero has contado con otros grandes productores para este disco, como es el caso de Alizzz. ¿Cómo ha sido trabajar con él para un proyecto tuyo?
Teníamos muchas ganas de volver a trabajar juntos, porque nos entendemos muy bien. De hecho, Alizzz y yo hemos hecho muchas canciones que al final no hemos llegado a sacar. Es un productor con muchísimo talento, y además es súper rápido, porque enseguida ve la estructura de la canción en vista de pájaro. Ahí está el ejemplo de “C.X.T (Club Xavalas Tristes)”, porque en esa canción los dos vimos claramente que había que desechar el estribillo, y nos pusimos a crearlo de nuevo. Trabajar con él también es guay porque las canciones tienen su sello, y se nota. Ha participado en la creación de “JAJAJA”, y me parece una de las canciones más locas del disco, pero hemos conseguido un resultado del que estoy muy contenta.

Ahora que hablas de “JAJAJA”, en temas como este o “Brindis!!!” juegas bastante con sonidos y formas de cantar infantiles, que me han recordado a tu conexión con los dibujos animados y el doblaje. ¿Has buscado ese efecto intencionadamente?
Sí, en este álbum he jugado más con mi voz, con mi manera de cantar. En “Brindis!!!” me apetecía marcar mucho el sonido de las erres, por ejemplo. No he tenido miedo a jugar con mi dicción, porque es una herramienta más que tengo como actriz y dobladora. En “Jesucrista Superstar” hay ese toque de teatralidad que también me recuerda mucho a lo que hacía Kate Bush, jugando con la voz de formas surrealistas y usando su instrumento como plastilina.

El disco es muy variopinto, así que me interesa mucho saber que otras referencias de este tipo has tenido en el proceso creativo.
He tenido en mente a The Beatles, Franco Battiato y te diría que incluso Michael Jackson [risas]. Pero, por otro lado, también he encontrado la inspiración en Los Bravos y Los Brincos, escuchando “Un Sorbito de Champagne” en el estudio. Creo que es una mezcla de todo que, al final, ha acabado encajando.

"Me he sentido arropada durante este parón en el que solo he ido lanzando algunas colaboraciones"

A mí me has recordado mucho a Karina o Massiel en algunas canciones...
Sí, estas grandes divas nacionales me han inspirado mucho para el álbum, principalmente a modo de personajes. En el momento actual me he empapado de todo eso. Ya lo dejé entrever en la actuación de los Goya, cuando canté “El Amor” de Massiel. Siento que estoy en esta época, y se nota.

Hablando de divas nacionales, es pregunta obligatoria saber cómo surge esa colaboración con Luz Casal en “Canciones alegres para días tristes :(:”. ¿Ya tenías en mente contar con ella para el álbum?
No. Siempre he escuchado muchísimo a Luz Casal, pero fue en el estudio mientras creaba “Canciones alegres para días tristes :(:” cuando me di cuenta de que quería contar con ella para la canción. Era algo complicado, porque Luz Casal es una artista muy grande y ni siquiera sabía si conocía mi existencia, pero se lo planteé a mi manager. Para mi sorpresa, enseguida estuvo interesada en escuchar la canción, y me propuso cambiar una de las frases para hacerla más suya. Todo fluyó a la perfección en el estudio, y me encanta que en la canción se aprecie que cada una está en su mundo. Pero son dos mundos que enlazan muy bien.

Este álbum está lleno de contrastes. Un sonido ochentas puede ir acompañado de letras y conceptos totalmente actuales, algo que de primeras pueden impactar. ¿Dirías que la seña de identidad de Rigoberta Bandini siguen siendo los contrastes?
Sí, el contraste siempre me ha interesado desde que estudié teatro. Me di cuenta de que lo más potente escénicamente es cuando alguien dice un mensaje y eso contrasta con la música que estás oyendo, la escenografía o el vestuario. Esta intención de buscar el contrapunto o lo equidistante está presente tanto en mis letras como en la producción. Por ejemplo, me planteo dónde se encuentran Los Brincos y Michael Jackson [risas]. Haciendo estas familias raras acabas enriqueciendo mucho el mensaje.

Anunciaste la gira de “Jesucrista Superstar” muy pronto, en noviembre del año pasado, y se te nota muy segura con este proyecto, como si depositaras una confianza ciega en el público. ¿No te ha preocupado la recepción de este segundo álbum?
Intento no pensarlo mucho. La adicción a lo externo no me sienta bien, así que intento pensar en si yo conecto con el trabajo. Evidentemente, también me dejo la carne en que las canciones hagan vibrar a la gente y, aunque nunca se sabe cómo puede reaccionar el público, sí que hay un punto de confianza ciega en ellos. Me he sentido arropada durante este parón en el que solo he ido lanzando algunas colaboraciones. Ese apoyo tan fuerte me hace creer en que si salto, ellos me van a coger.

¿Y cómo te planteas el directo de un álbum tan diverso en cuanto a géneros musicales? Me parece todo un reto llevarlo a los escenarios, en comparación con lo que has hecho anteriormente.
Pues sí, desde luego que está siendo un gran reto, pero me lo estoy pasando increíblemente bien. Será un concierto loquísimo [risas]. Lo estamos trabajando un poco por bloques, en cuanto a temáticas e instrumentación, para que todo cobre sentido y acabe fluyendo. Por ejemplo, estará el bloque de canciones de la antigua época…

Es decir, ¿un concierto dividido en varios actos?
Sí, sí, podríamos decirlo así.

Y la última curiosidad. ¿Con qué Jesucristo Superstar te quedas: con el de Ian Gillan o el de Camilo Sesto?
A ver, es que Camilo… [risas]. Sí, creo que me quedo con el de Camilo Sesto.

 

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