“Nunca he sido una estrella del rock”
EntrevistasRichard Hawley

“Nunca he sido una estrella del rock”

Carlos Pérez de Ziriza — 21-06-2019
Fotografía — Archivo

Richard Hawley ha optado por la concisión. Por canciones más breves y directas que nunca. Y por el emsamblaje de algunas de las diferentes claves que han marcado una carrera que roza ya los veinte años. "Further" (BMG, 2019), de nuevo coproducido con Shez Sheridan (con Colin Elliott), es su noveno álbum. Y puede ser visto como un nuevo punto de partida o como una síntesis de todo lo que hasta ahora nos ha ido ofreciendo. O como ambas cosas a la vez. El caso es que discurre con cierta frescura sin llegar a agotar una fórmula que, pese a su exquisitez, podría caer en un soberano dejà vú. Y que su gestación ha supuesto para el músico un chute de energía renovada. Nos lo cuenta por teléfono.

Es la primera vez que un disco tuyo no lleva el nombre de un lugar de tu ciudad, Sheffield. Cuando tuve la ocasión de hablar contigo hace cuatro años, me comentabas que hablar desde lo local es una forma de hacerlo también en clave universal. ¿Qué ha cambiado desde entonces? ¿Querías escapar de algún estereotipo o simplemente no creíais que quedaran más lugares en tu ciudad que sean merecedores de dar título a un nuevo álbum?
No, en realidad hay todavía muchos lugares e ideas en la ciudad que podrían dar título a un nuevo álbum. Lo que ocurre es que esta vez no me parecía lo correcto. Después de aquella entrevista que comentas con motivo del anterior álbum, y de estar mucho tiempo de gira, me hice a la idea de que quería hacer otras cosas. Al menos por un tiempo. Romper con el ciclo de álbum y gira, álbum y gira, álbum y gira, y así todo el tiempo. Llevo veinte años como artista en solitario, y supongo que necesitaba aprender cosas nuevas. He recibido muchas ofertas para hacer bandas sonoras para películas, y a eso me dediqué durante un tiempo (N del R.: se refiere a la de "Funny Cow", de Adrian Shergold, por ejemplo). Y cuando llegó el momento de hacer un disco mío, sentí mucha energía y frescura. Por eso las canciones son muy cortas, y sentí que el disco necesitaba un título muy corto. Y ponerle el nombre de una calle o una plaza de Sheffield no servía para resumir su contenido. ¿Sabes a lo que me refiero? Y supongo que la palabra Further sí que lo resumía muy bien. Así que no quise pensarlo demasiado y se lo puse.

Tal y como dices, es el trabajo más conciso de toda tu carrera. Tan solo una canción, “Time is”, rebasa los cuatro minutos. Sin florituras. Directo a la esencia. ¿No?
Sí, esa era la idea del disco. Después de tanto tiempo lejos de casa, no me parecía apropiado hacer un disco que fuera autoindulgente. Todas las canciones ya eran así de cortas cuando las estaba escribiendo. Y la única razón para que esa canción en concreto sobrepasa los cuatro minutos es porque estábamos tocando con un harmonicista espléndido, Clive Mellor, al que queríamos dejar tocar. Tan estupendo que no podíamos cortarle, ¿sabes?

Tengo también la impresión de que has retorcido un poco tu fórmula sin llegar a pervertirla, que es algo muy común a muchos músicos que llevan alrededor de dos décadas de carrera, como tú. Es como si este disco resumiera casi toda tu trayectoria, como si hubiera rastros de toda ella diseminados en las canciones: rock psicodélico, baladas, alguna canción pop más directa, medios tiempos, otras con arreglos orquestales...
Estoy de acuerdo (risas)

Luego puede que no sea tanto un nuevo comienzo como un resumen...
No intenté que lo fuera. Mi intención era ir un paso más adelante. Lo que ocurre es que no puedes inventar el mecanismo de la rueda todos los días. Y como te dije antes, tuve mucho tiempo antes de ponerme a pensar de nuevo en hacer mi propia música. Cuando afronté ese proceso de nuevo, estaba en el estudio, con los músicos de la banda, y sentí mucha excitación. Esa es la diferencia para mí. No es que el proceso de creación de mis anteriores discos no fuera interesante, lo que ocurre es que fue diferente. En los anteriores era más introspectivo. En este, me sentía como cuando uno sale de casa y se aventura a hacer cosas, como si me acercase más a la gente que en los anteriores.

"Nunca he sido una estrella del rock ni del pop, en absoluto. Solo soy un músico muy agradecido de estar todavía tocando".

¿Te sientes alguna vez atenazado o cansado de las expectativas que la gente pueda tener acerca tí? ¿Cansado de que se te asocie con palabas como crooner o baladista?
No, en realidad no. Nunca he sido una estrella del rock ni del pop, en absoluto. Solo soy un músico muy agradecido de estar todavía tocando. Carlos, llevo tocando desde los catorce años, metido en furgonetas. Y tengo cincuenta y dos ahora. Para serte honesto, no hay mucha gente que pueda estar tanto tiempo llevando una vida así. Para mí es un honor. Nunca me caso de todo lo que me ocurre. De hecho, me siento ahora con más energía que en muchos años.

Este disco también rescata, en parte, la vibración rock ligeramente psicodélica de algunos de los momentos de discos como "Standing at the Sky's Edge" (2012). Ocurre en “Off My Mind” o “Gally Girl”. ¿Cómo te sientes en esos momentos? ¿Suponen una reconexión con los tiempos en que estabas en The Longpigs, en el epicentro mismo de lo que se llamó brit pop y aquella forma de reformular la herencia de los sesenta?
No, la verdad es que pensaba más en cuando tocaba con mi padre y con mi tío, cuando era joven.

¿De verdad?
Sí, en los tiempos en los que tocaba rock and roll con ellos, y lo divertido que era hacerlo a todo volumen. Es decir, viene de un punto en el tiempo muy anterior para mí. No pensaba en The Longpigs, ni en los Arctic Monkeys ni en los años sesenta.

En "Hollow Meadows" (2016) había una canción sobre el momento en que tu hija dejaba el hogar, llamada “What Love Means”: no es una temática muy común en el rock and roll de guitarras, pero supongo que hemos de aceptar que el género haya crecido hasta reflejar esa clase de cosas. Al igual que el paso del tiempo, que es algo que también revolotea por tus canciones. ¿Sientes que en cierto modo tu forma de escribir ha contribuido a ello, a ensanchar los límites de la escritura rock, incluso a redefinir una idea de la masculinidad que no siente pudor a mostrar su fragilidad?
No sabría decir hasta qué punto he podido contribuir a ello. Para mí es normal. El postureo, el dárselas de algo, es falso. Todo este rollo de tópicos del rock... si escuchas cosas de los cincuenta y de los sesenta, también puedes encontrar música rock que era muy sensible, y que hablaba sobre la vida. Es lo único que yo hago, hablar sobre cosas que ocurren en la vida. Porque te guste o no, no estarás toda tu vida viviendo en una fantasía que es mentira. Van a ocurrirte muchas cosas en la vida que no tienen nada que ver con esa dejadez o ese desprecio por las cosas, o cualquier otra idea que asocies al rock and roll. Yo solo canto sobre lo que ocurre en mi vida, no hay más. No comento cómo debe vivir el resto de la gente, no me meto en ello. Solo trato de ser honesto y escribir sobre lo que siento.

"Yo solo canto sobre lo que ocurre en mi vida, no hay más. No comento cómo debe vivir el resto de la gente, no me meto en ello".

En “Not Lonely” dices que “la soledad no es lo mismo que estar solo”. ¿Diferencias entre aquella soledad que es elegida y la que no es voluntaria?
Sí, porque una es impuesta y la otra es diferente. Yo, como persona, disfruto de la soledad. Aunque casi nunca lo estoy. Supongo que la soledad como tal es algo bastante desagradable. En realidad, la canción trata sobre la gente joven que no va a tener la oportunidad de saber lo que es. No sé como será en España, pero en el Reino Unido mucha gente joven no puede permitirse tener su propio piso. Va sobre esa frustración de ser joven y tener que vivir aún con tus padres.

Aquí es muy común en las grandes ciudades. No sé si en el Reino Unido es tan generalizado...
Ocurre en todas partes, está muy extendido. Porque ya no tenemos vivienda social. Antes sí había. Ahora todo queda a expensas de lo privado. Y la gente no puede afrontar esos precios y aprender a vivir su vida, a ser ellos mismos. La canción es más un comentario amable sobre eso, en realidad.

Entiendo que además el ambiente político tampoco augura nada bueno, ¿no?
No, está la cosa muy jodida.

Como músico, ¿cómo ves esta situación en la que está envuelto el país desde hace tres años, sin saber cómo y cuándo se va a consumar el dichoso Brexit?
Lo odio. He estado viajando por el mundo desde que era un crío, tocando música. La música es mi pasaporte. He visto mucho mundo gracias y a través de la música. No soy un turista, trabajo. Me considero europeo. Es muy difícil para alguien como yo el entender por qué lo están haciendo. Es algo muy odioso. Es xenofobia, directamente. No han informado a la gente correctamente. En absoluto. Todos nos necesitamos, los unos a los otros. ¿Sabes a lo que me refiero? Si prescindimos de los otros, no somos igual de fuertes. A mí me encanta visitar España, Alemania, Italia, Francia o Bélgica, y poder hacerlo con libertad de movimientos, pero va a ser muy difícil hacerlo como antes. Todo esto va a hacer que todo sea absurdamente complicado, sin razón alguna. Y Gran Bretaña va a acabar mucho más sola.

Cambiando de tema y volviendo a las canciones: en “Doors” escribes “tomaste una pastilla pero no ha funcionado del modo en que creías”. ¿Es una canción sobre drogas psicodélicas?
Puede que sí, pero en realidad trata sobre abrir tu mente. Justo todo lo contrario de lo que estábamos hablando ahora, el asunto del Brexit. Todo lo del Brexit responde a una forma muy corta de pensar. Sentí la necesidad de ser positivo con este disco. Todo lo opuesto, vaya, a lo que representa el Brexit. Y “Doors” va sobre abrir tu mente y ser más receptivo a nuevas ideas. Es una referencia obvia al entendimiento, eso es lo que es.

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