Revuelta en el geriátrico
EntrevistasWire

Revuelta en el geriátrico

Redacción — 21-05-2003
Fotografía — Archivo

Doce años después de "The Drill", su hasta ahora canto de cisne como cuarteto, y veinticinco después de "154", el último álbum en que las guitarras de Gilbert y Newman dictaron las normas, "Send" (Everlasting, 03) tiene la culpa de que este "abuelo" duerma a pierna suelta con la satisfacción que da el trabajo bien hecho. Riffs feroces, urgentes ritmos de corte minimal y mucha mala baba con ropajes de vanguardia son los ingredientes de un álbum que a muchos habrá cogido por sorpresa. Steve Albini, que siempre ha manifestado su admiración por los británicos, debe estar tirándose de los pelos: "Send" es el trabajo que le demandamos a Shellac desde hace tiempo. La rabia vuelve a tener banda sonora.

"Lo que nos une a las bandas jóvenes es el riesgo, el vértigo de experimentar y saber que no tenemos un sello discográfico detrás"

Tanto es así que merece la pena afrontar la entrevista con Newman asumiendo un riesgo: no a la revisión, no a la nostalgia y no a la oportunidad histórica que supone rememorar junto a su lado batallitas del pasado. Porque si aún hoy Wire figuran entre los grandes, la culpa la tiene un disco enorme que le da sopas con onda al New Rock Movement (¡ja!) y demás rompecuerdas del tres al cuarto. "Eso es algo que nos preocupaba especialmente. Teníamos que demostrar que no somos una mierda. Y el simple hecho de que un chaval de veinte años no se sintiera identificado con la banda por una cuestión generacional ya habría significado un fracaso". Por eso no temas: ya se sabe que no pesan los años, sino los kilos, y por si fuera poco a estas alturas la cirugía hace maravillas. Tanto es así, que hace cinco años tú mismo afirmabas con rotundidad que la reunión de Wire era prácticamente imposible. Y ahora ya los ves, ¡como unos chavales! "¿Yo dije eso? Soy un mentiroso compulsivo ¡ja, ja! A principio de los noventa estaba bastante seguro de que no habría más Wire porque pensaba que no nos quedaba nada por hacer. Pero todo ha cambiado bastante, incluida la situación musical. Los últimos tres años han sido muy favorables a la reunión por la aparición de grupos como Liars. Mogwai nos llamaron para tocar en el All Tomorrow´s Parties de hace dos años y allí nos encontramos gran cantidad de público joven interesado en nuestra música...". Newman es un tipo clarividente. Y, al contrario que otros miembros del grupo como Bruce Gilbert, que reconoce apenas escuchar música, demuestra un desmedido apasionamiento por la cultura popular, el mismo que le ha llevado a fundar de la mano de su mujer (la ex-Minimal Compact Malka Spigel) Swim Records, su propio sello de electrónica y "post-ismos". Es desde esa posición que sus análisis acerca de la importancia del rock y el funcionamiento de los mecanismos que lo hacen avanzar, se convierten en clase magistral de sociología. "La música popular es cultura. Como ocurría con la Gestalt has de tener una perspectiva general, analizar el conjunto, para comprender dónde debes situarte tú como individuo. Si estás fuera de la cultura del momento que te ha tocado vivir, eres irrelevante para la sociedad; de hecho, no conozco a ningún artista que vaya a contracorriente y reciba la atención del público. No estoy hablando de modas, sino de encontrarte en el momento y en el lugar adecuado para no ser relegado al ostracismo". O hablando en plata. "A Wire nos gusta decir que este disco es el resultado de la colisión entre nuestra visión del rock y el dance. Hemos querido aprovechar el momento para hacer un disco de guitarras enérgico, rápido y potente". Un disco más enérgico, más rápido y más potente que los de aquellas nuevas bandas que el mismo Newman apunta como regeneradoras del rock: Liars, McClusky,... El wall of sound está presente como nunca. "Sí, es cierto. Creo que las producciones de nuestros discos anteriores tenían detalles interesantes, pero les faltaba fuerza. Este disco está mezclado muy bajo, y a poco que subas el volumen te encontrarás con un sonido muy físico. Si estuviera mezclado muy alto se escucharían menos cosas". Teniendo en cuenta que Newman, Lewis y Gilbert estaban volcados en la electrónica mayormente experimental, y que Gotobed (o Grey, como ahora firma) había abandonado el mundo de la música en beneficio de la afable vida de granjero, me pregunto cuál es la parte de responsabilidad que le toca a cada cual en la construcción del disco. "Es difícil definir el trabajo de cada uno porque el disco se ha construido a partir de pequeñas grabaciones de batería, guitarra, y bajo volcadas en un disco duro, que se han copiado y pegado cientos de veces. No ha sido una grabación nada convencional". En realidad, nada es completamente convencional en su caso. Resulta cuanto menos sorprendente que, tras el paso por EMI y Mute en etapas anteriores, su compromiso con la independencia llegue hasta el punto de tomar decisiones como la autoedición (el sello Pinkflag), el lanzamiento de formatos tan poco agradecidos como el mini-lp (esos "Read & Burn 1" y "2" de los que han recuperado seis canciones para "Send") y la venta de ediciones limitadas exclusivamente por correo. "Lo que nos une a las bandas jóvenes es el riesgo, el vértigo de experimentar y saber que no tenemos un sello discográfico detrás para pagar nuestros caprichos. Eso nos hace sentir vivos".

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