Renacimiento
EntrevistasEd Harcourt

Renacimiento

Toni Castarnado — 07-06-2010
Fotografía — Archivo

Tras liquidar su contrato con EMI, Ed Harcourt ha renacido de sus cenizas con un disco como “Lustre”, que le sirve para tomar aire e informarnos con orgullo de que está de vuelta.

En “Lustre”, Ed Harcourt parece plantearse una vida distinta, sin abandonar su personalidad. Da la impresión de que la ilusión le ha vuelto y que su capacidad para crear y componer hermosas canciones no ha desaparecido. “En 2007 hice un parón, necesitaba un respiro, pensar seriamente en cómo encauzar mi carrera. Me dediqué entonces a escribir para otra gente, a producir, estuve trabajando durante una temporada en Seattle. Quería ser autosuficiente y así financiarme por mi mismo, tener el control de todo. Comencé por crear mi propio sello, tras finiquitar mi contrato con EMI. Estar en una multinacional, al final fue como tener una soga ligada al cuello. Curiosamente, ahora empiezo a ganar algo de dinero, mucho más de lo que conseguía estando allí. Tengo además mi propio estudio a pocos metros de donde vivo en Londres, y esa posición es fantástica. Lo único que intento es ser feliz, estar muy ocupado, ser honesto conmigo mismo. Me analizo y miro de frente a mi carrera. Aún sueño con conseguir metas, crear algo interesante, pero sobre todo, y por encima de todas las cosas, estar satisfecho con lo que hago, tener la conciencia tranquila, saber que el trabajo está hecho”. Ed Harcourt es un músico con una personalidad acusada, una persona que en su sexta tentativa explora una vez más, algo común durante su carrera. “Antes de entrar a grabar no quise escuchar música de nadie, no quería estar influido por nada ni nadie externo. Quizás este disco sea más country-soul, hay algo de Motown, utilizo el mellotrón, pero también hay algunos cambios, aunque al final las influencias están ahí siempre presentes, ya vengan del hip-hop, de Tom Waits o The Kinks. Todo esto me recuerda a un músico como Elvis Costello, alguien no se casa con nadie, que tiene su propio estilo, pero que no es nada específico, un músico que picotea de todos los lados y no deja de aprender. Para mí es un buen ejemplo a seguir”.

Costello sería una de sus pocas influencias británicas. Aunque sea inglés y residente en Londres, sus referentes se han situado siempre al otro lado del Atlántico, algo que por cierto siempre se ha encargado de difundir. “Como es lógico, en casa mis padres y mis hermanos escuchaban básicamente música inglesa, The Beatles sobre todo, pero yo me empecé a interesar por el trabajo de Johnny Cash, Bob Dylan, Harry Nilsson, Tom Waits y muchos otros, aunque nunca he intentado cantar como ellos. Ahora bien, realmente me interesa la música de cualquier lado, ya sea de Mali, Sudamérica o Suecia”. Si “Lustre” marca un nuevo inicio en su carrera, no cabe duda de que “From Every Sphere” fue el trabajo que supuso un antes y un después en su trayectoria. En casos como el mío, aquella obra de Harcourt causó un impacto similar a cuando escuché por primera vez “Grace” de Jeff Buckley.
“Para mí es complicado elegir mi disco favorito. Eso sería como tener muchos hijos y quedarse solamente con uno. Hay quien prefiere ‘Strangers’ o ‘The Beautiful Lie’. Con la perspectiva que me ha dado el tiempo, yo veo ‘From Every Sphere’, como una obra compleja, retorcida, un disco tremendamente triste y con mucha emoción. Probablemente fue el disco de un joven depresivo y atormentado”.
Otra de las debilidades de Harcourt es la obra literaria de J. D. Salinger, y aprovechando su reciente muerte, éste parecía un momento oportuno para preguntarle el porqué de su obsesión con el creador de “El guardián entre el centeno”. “Salinger fue único porque tenía un estilo diferente, era brillante y misterioso al mismo tiempo. Tenía su propia visión de las cosas. Con sus libros consiguió cambiar a una generación entera y otras como la mía empezamos a devorar su obra cuando aún estábamos en el colegio”.

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Renacimiento
EntrevistasLord Cut-Glass

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Jorge Ramos — 16-07-2009
Fotografía — Archivo

Alun Woodward ha necesitado más de tres años para sobreponerse a la ruptura de The Delgados. En un arrebato febril, mientras se recuperaba en cama de una infección de escarlatina, leyó “Under Milk Wood” de Dylan Thomas, y decidió tomar el nombre de uno de los personajes del libro para grabar sus nuevas composiciones, las que acaba de editar en “Lord Cut-Glass“ (Chemical Underground/Popstock, 09).

“Soy yo haciendo las canciones, pero es cierto que resulta atractiva la idea de poder ser otra persona, salir de ti aunque sea por un momento”, comenta Woodward, que bromea con el hecho de haber tardado tanto en sacar adelante el proyecto.

"Lord Cut-Glass sueña con relojes, espero que no hagan muchos chistes a ese respecto"

“En la obra todos los personajes se caracterizan por soñar con algo. Lord Cut-Glass sueña con relojes, espero que no hagan muchos chistes a ese respecto”. Las señas de identidad de The Delgados se mantienen. “La principal diferencia es que ahora lo decido yo todo. Por lo demás, musicalmente también parto de composiciones con acústica o piano y añado elementos orquestales, combinando riqueza y naturalidad”. Sin ensayos, construyendo las canciones únicamente con la ayuda de Paul Savage a la batería, Woodward utilizó un programa informático para crear las partes de orquesta y, ya dentro del estudio, se las pasó a los músicos que participarían en la grabación. Hace unas semanas, en un club de Glasgow, alguien le preguntó a qué sonaba el disco. “Me quedé pensando. Respondí que suena como un caballo galopando. No encuentro mejor manera para describirlo”

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