Con quince años ya tenía su propia banda, The Hellboys, con la que se expuso las delicias y las miserias del rock and roll. “Abrí shows para Rancid, Joe Strummer & The Mescaleros, Rocket From The Crypt... Después los demás empezaron a drogarse y me desesperé un poco. Fui a México a ver a un curandero y me di cuenta de que tenía que dar un cambio en mi vida. Decidí llamarme Adanowsky”. También necesitaba distanciarse un poco de la larguísima sombra de su padre, y tuvo claro que lo mejor era empezar trabajándose todos los escenarios que se le pusieran por delante. Desde el principio su plan había sido cantar en castellano, algo que no tenía demasiado sentido en el mercado francés, pero sí con la vista puesta en otros públicos. “Me sentía un poco fracasado porque mi primer disco, cantado en francés, no funcionó. Decidí traducir las letras para ver qué pasaba. Conocí a un tipo que montaba giras en Chile, fui a hablar con él y se entusiasmó. La gente cantaba, las salas estaban llenas y la canción ‘Estoy mal’ se convirtió en un éxito. Grabé las voces de nuevo y me fui a México, Argentina, España y Colombia; y encontré una discográfica en cada país”. Creó el personaje de “El ídolo” para esconder su timidez y superar en parte sus problemas de comunicación. El personaje no era demasiado amable: torturado, angustiado y siempre sufriendo. De sus cenizas nació “Amador”, una vez decidido que no quería encasillarse en un único héroe. Ahora cuenta con la producción de un Phoenix y la colaboración de Devendra Banhart, pero vayamos a las canciones. Son íntimas y acústicas, de tono folklórico y en parte nostálgico de espíritu setentas. “Cuando escribía para el nuevo me estaba separando de una mujer y escuchaba mucho ‘Pink Moon’ de Nick Drake y a la Plastic Ono Band. Me di cuenta de que quería hacer un disco que se pudiera escuchar en casa y estoy convencido de que ‘Amador’ transmite un mensaje de amor humano, no amor”.
Thanks for spending time on the computer (wiirtng) so others don't have to.