Antes de nada, ¿qué tal? ¿Cómo te sientes?
Pues muy bien, libre, es como que he soltado todo. Es raro porque siempre que sacaba discos me quedaba vacío y en este me he quedado liviano. Es liberador, como que ya se acaba todo.
El disco ya lleva unos cuantos días en la calle, ¿cómo has notado a tu público?
No lo entienden, pero lo respetan. Las firmas han sido muy emocionales, me ha venido mucha gente, personas que vienen incluso llorando, muy abiertas en canal y que conectan conmigo que también estoy muy abierto en canal. Me dan las gracias, creo que son momentos de agradecer, en una firma vino una chica diciendo que la noticia le había roto como un puzle de mil piezas a lo que yo le dije que este disco era la pieza que le faltaba para que se entendiese todo de forma completa. Podría haber seguido en la música, pero seria estirar el chicle y seguir una inercia de algo que ya no me llamaba. Creo que lo entienden por mucha pena que les dé y veo que, por otro lado, piensan como yo, que es el mejor disco que he hecho, entonces, joder, que guay poder cerrar una carrera musical que ha sido una línea ascendente todo el rato hasta el final.
En “La Victoria Imposible” buscas redefinir el valor de algunos sentimientos que ya teníamos algo viciados. ¿Cómo surgió la idea?
Pues esto creo que le ha ocurrido a toda la gente, al menos a la de mi entorno. En la pandemia las palabras abstractas ya no significaban lo mismo, y las palabras abstractas son las más manidas, pero cuando hemos salido de lo peor de la pandemia creo que cada persona ha hecho su propio viaje del héroe o de la heroína buscando llenar o redefinir esas palabras. En el momento en el que terminé las dos trilogías y pensé en el siguiente disco dije “ostras he hecho una primera trilogía entorno al mensaje, una segunda en torno a la palabra, siendo un viaje del continente al contenido, que bonito que el siguiente trabajo sea la redefinición”. Era como crear un diálogo con las dos anteriores trilogías y dejar mi propio valor. Sin darme cuenta era un final del camino, porque a partir de ahí iba a ser un poco repetitivo, como Pixar: monstruos con emociones, juguetes con emociones, emociones con emociones… (ríe) Ya sería como rizar el rizo y de forma coherente aquí era donde terminaba todo.
"A mí la música en la vida me ha dado todo y si no me ha dado algo que quería, me ha dado algo mucho mejor"
Claro, es que hiciste el álbum sin idea de que te ibas a retirar.
Justo eso, sí, pero de alguna forma desde la intuición me iba dando pistas a mi mismo. Cuando se me ocurrió el titulo de “La victoria imposible” busqué si había algo llamado así, porque en primera instancia se iba a llamar “La rosa de los vientos” e iba hacer como cuatro EPs, pero no lo veía claro al final. Y se me ocurrió ese título y lo busqué y vi que no había ninguna canción ni ningún disco llamado así, pero había una historia de un piloto italiano que ganó en 1935 en la Alemania nazi una carrera de coches con una tartana de coche contra la vanguardia alemana. Era tan imposible que ganase que los alemanes no tenían ni preparado el himno y dijo él “no te preocupes que yo siempre traigo una copia” e incluso la corona de laureles le quedaba grande porque era muy bajito comparado con los alemanes. Me sentía así en la música, mi historia no tiene nada que ver con el régimen que impera, y me gustó eso, ir escalando posiciones y el triunfo de la normalidad. Creo que la victoria imposible era eso, haciendo lo tuyo y haciendo lo propio puedes ganar, y ganar no es quedar el primero, sino materializar lo que tu tienes dentro. Vi muchos paralelismos y ahora tiene como mas sentido, porque cuando reviso la historia pues esa carrera tuvo 22 vueltas, mi carrera han sido 22 años… hay cosas muy raras. La intuición te va llevando a cosas.
Y toda esa historia además la plasmas en la imagen de portada del trabajo.
Exacto, emula una fotografía antigua de una de las victorias de Tazio. De hecho, me dijeron que había demasiada testosterona en la portada, pero claro, era una representación de eso y se puede ver. Pude contar con el pintor Fernando Vicente que es un artista increible para que hiciese esta obra de arte sobre una fotografía de Ana Manez.
En este álbum vuelves a contar con una amplia de artistas y productores colaboradores, pero ahora, mirando con perspectiva, de todos los que has trabajado, ¿quién te ha sorprendido más?
Siempre lo diré, Leiva. No hace falta que se mueran las personas para que ya sean leyendas. Me quedé roto viendo como trabajaba, tiene una fábrica instantánea de hacer clásicos, le ves trabajando de forma tan honesta y humilde y hace grande los temas, aunque te susurre. He tenido una suerte increible de contar con muchos artistas y productores a lo largo de mi carrera, pero el que más me ha sorprendido es él.
¿Y particularmente en este disco?
Ninguno me ha sorprendido, porque lo bueno que te da la experiencia es que al pedir una colaboración ya sabes lo que te pueden dar. A lo mejor quien más me ha sorprendido es Beatriz Fernández, que es mi pareja, porque he conseguido liarla para grabar, es la primera vez que ella graba en estudio. Para mi era una frustración porque ella canta bolero y estaba todo el día con el piano en casa, y estaba yo contestando a promos escuchándola de fondo, y sabía que era lo que le faltaba a la canción y no podía contar con eso. La Victoria Imposible también ha sido poder liarla, no me ha sorprendido porque sabía lo que hacía, pero sí que lo materializase. Vive con un síndrome del impostor que muchas veces la anula, pero ahora se está enfrentando a ello y está ganando la batalla.
A pesar de que cuentas con una gran multitud de productores no da la sensación de que haya pasado por tantas manos, porque todo es un sonido muy compacto.
Mira, te cuento una curiosidad para que se entienda mejor la humildad de todos y las ganas de trabajar en ello. En “Sr. Fracaso” la producción la hizo Juan Pablo Vega, productor ganador de Grammys y también cantante, y cuando quise hacer este tema le puse la canción de “Colors” de Black Pumas, porque yo quería tener mi propio “Colors”, y empezamos a construirlo en torno a esto. Cuando cuento con Adrián Quesada, que es el 50% de Black Pumas, y empezamos a hacer la producción, a la hora de meter instrumentos me dijo “Oye, ¿me puedes poner otra vez la canción del fracaso?”. Y era muy raro porque, ostras, él para inspirarse estaba escuchando lo que habíamos hecho nosotros inspirándonos en algo que él había hecho. A lo mejor por eso todo guarda una cohesión. Y haber podido contar con Adrián Quesada, Juan Pablo Vega, François Leggofic, Mapache y el resto y que a la vez quede tan cohesionado… Te das cuenta de los buenos productores que son, que se saben amoldar y dar la mejor versión de ellos.
Ya es un habitual en tus trabajos, pero ¿no te dio miedo incluir temas que se acercan al bolero e incluso al vals?
Si he metido hasta una chirigota, “Calle de la Llorería” lo es. Lo disfracé de rock andaluz, de jipsy, de Las Grecas y demás, pero es una chirigota. Cada disco es un muestrario de esencias y donde dejo que todo se muestre. No todo vale, pero hay veces que las canciones quieren sonar a X cosas y yo ahí no me meto. Por eso “Mujeryego” vira al reggae, otras viran al indie, al pop-rock, al bolero, pero también al neo-soul como el de Arlo Parks… y yo me encuentro muy cómodo. Yo tengo voz de corista, pero tengo presencia suficiente para que todo se redireccione a la misma coherencia.
¿Y firmar el último álbum te ha dado vértigo?
No, nada de vértigo. Reina como una calma, calma rara. No sé si luego me vendrá la hostia y el duelo, pero tengo tambien tranquilidad por eso, porque que el publico ve que he hecho mi mejor disco. Joder, una de las motivaciones para dejar la música es que siento que con este disco ya, tanto da el cántaro a la fuente que al final se rompe, pues se rompió. Lo que queríamos era eso. Pero vértigo no, pero sí muchas ganas de seguir con esta gira de despedida.
Ahora que ya le dices adiós a la música, si pudieras volver atrás, ¿Cómo le resumirías tu carrera a tu yo de ayer?
A mí la música en la vida me ha dado todo y si no me ha dado algo que quería, me ha dado algo mucho mejor. Entonces le diría eso. Sé dueño de tu cómo, el cuándo, el porqué y el dónde, todo eso te viene supeditado y hacemos lo que podemos, pero el cómo es nuestro. Y ahí te pueden decir misa, te pueden decir lo que quieras, pero ahí hay que reinar. Hay que ser tiranos de nuestro cómo.
"Yo tampoco sé ganar en la música, pero creo que el camino es ser honesto y saber cuando parar"
¿Es el álbum con el que hubieses soñado retirarte?
Sí, total. Creo que es el punto óptimo. A la hora de cantar es cuando mejor canto, a la hora de las letras creo que están algunas de las mejores letras que he perfilado, el concepto me parece de la hostia y sobre todo que no está atado a nada. A nivel de directo es uno de los mejores discos para hacer en directo, el otro día en Huesca estábamos flipando de cómo sonaban las canciones. Cuando la gente se retira te saca un grandes éxitos o un disco que no está a la altura, pero este no tiene eso. Así que sí, evidentemente firmo. Una de las motivaciones de dejarlo, era ¿Cómo supero esto? Y ahí es cuando entra el pensamiento de ¿Por qué tengo que superarlo?
La primera entrevista que te hicimos en Mondo Sonoro fue hace más de diez años, en el 2009. En ella nos decías que te sentías con el síndrome de músico del Titanic, ya que mantenías la compostura, el tono y la sonrisa mientras que todo se hundía a tu alrededor. Hablabas de tu positividad en tiempos de crisis, pero ¿te has sentido con el síndrome contrario en este disco? Porque da la sensación de que todo el mundo decía que estabas en tu mejor momento y vas y decides retirarte.
Sí, yo me sentía como cada vez más satisfecho y la gente como que venga más y más. Encima el año pasado casi 70 conciertos, un tercio del año fuera de mi casa, casi represento a España en Eurovisión, no sé… Sabía el disco que estaba haciendo, también estaba haciendo La Voz Kids... yo sentía como que ya estaba. Me he sentido como cuando uno es gilipollas que todo el mundo lo sabe menos tú, pero al revés. Mi intuición lo sabía que lo iba a dejar, pero nadie más se quería dar cuenta, ni siquiera mi cabeza.
¿En qué momento hiciste el click?
Estaba comiendo con mi novia en un restaurante, fui al baño, me estaba lavando las manos, me miré al espejo y fue como “Ya está”. Esto vino supeditado a que dos semanas antes fui a la alfombra naranja del Benidorm Fest y estaba en el tren hablando con Mar, una de mis managers, y le decía que como muy tarde lo dejaría en nueve años, porque en “Réquiem de obertura”, en 2012, hice una canción de despedida y en la siguiente se escucha “veinte años antes”, por tanto, tenía lógica que lo cerrase en 2032. Pero lo que sentí ahí fue calma, dije “que ganas de dejarlo y de decir todo lo que tengo que decir”. Empecé a hablar con mi oficina y dije “oye a mi cuando lo deje me gustaría entrar como mánager”, empezamos a hablar de las condiciones y todo, sentí como calma, como que era la dirección. Luego los medios me preguntaban si me veía como el director musical del Benidorm Fest, una figura que tienen en San Remo, y pues a mí me gustaría también trabajar ahí. Y sentía todo el rato calma y mucha ilusión en dedicarme a otras cosas que no fueran esto. Y ese sentimiento empezó a crecer y hacerse más grande y dije ¿para qué tengo que esperar nueve años? Lo único que me separa de dejarlo ahora es la paranoia de como dije “veinte años antes” hacerlo redondo, pero si lo único que eme limita es esto y soy dueño de mi cómo, pues ya está. Y salí del baño y dije “Bea, que cuando saque este disco dejo la música” y ella ¿Cómo? No había llegado ni el café, lo hablamos, lo entiendo, hablé con mi banda, lo entendieron, hablé con la oficina, lo entendieron. Fue como sentir que ya estaba.
¿Cómo fue el momento de decírselo a la banda?
Se lo dije primero a Jorge y a Medi, en cuanto tomé la decisión, hablé con ellos por WhatsApp. Luego hice una videollamada con todos y se quedaron un poco shockeados, luego se lo conté bien y me entendieron, me sentí muy arropado y les conté mi idea que era un año y medio de gira que terminaría en agosto de 2024 y que ojalá pudiese contar con ellos. La suerte es que yo nunca he tenido mercenarios, he tenido una banda y no tiene sentido Rayden si no va con banda y además siempre han sido las mismas caras. Están totalmente volcados hasta el final y estamos disfrutando muchísimo en la furgoneta y en los conciertos, llevamos tres ahora mismo y como que notamos que todos queremos atesorar. Y me gusta porque en estos tiempos de tanto estimulo las personas que más quieres, que son tus amigos con las que has compartido tanto tiempo encima de los escenarios, te dan lo mejor que tienen que es su presencia, es un regalo. Está siendo un regalo, estamos haciendo fotos a todos con la polaroid para hacer un álbum lleno de recuerdos.
¿Te han dado ganas de volver atrás después de anunciar tu retirada?
No, es que en el día que salió el disco ya superó en escuchas a “Antónimo”, “Estaba escrito” y “Mosaico”. Y queda poco para que supere a “Homónimo”, solo quedaría “En alma y hueso”, que es un disco doble, y “Sinónimo” que tiene “Haz de luz”. Entonces, aún y así digo “joder, que guay que digan que es el mejor disco”. Me siento en una posición de privilegio por cerrar esto en un sitio óptimo. Y el que duda no se puede aferrar a nada, no puede decir “no es como que ya no vende”, porque estoy agotando toda la gira, tampoco puede decir “es que como ya no le escuchan”, porque estoy haciendo los mejores números de mi vida… Siento gratitud y es que en la música nadie sabe ganar. Para mí la canción es un sinónimo de victoria, porque siempre que hay una canción por medio todo el mundo sale ganando. Pero cantar victoria es un pleonasmo, pero la paradoja es que nadie sabe ganar en la música: el que no tiene nada, quiere algo; el que tiene mucho, quiere todo; el que tiene todo, se quiere mantener; nadie sabe soltar. Yo tampoco sé ganar en la música, pero creo que el camino es ser honesto y saber cuando parar. Eso predomina y prevalece ante cualquier amago de comeback. Yo termino en agosto de 2024 y en septiembre empiezo como mánager y componiendo y produciendo para otros artistas y escribiendo mis novelas. Es tal la ilusión que tengo por esto y es tanto el agradecimiento que tengo por hacerlo todo tan bien y que el público me haya supporteado tanto tiempo, que dejarlo lo más arriba, desde mi posición, es un privilegio.
Y en estos tres primeros conciertos, ¿cómo has notado al público?
Conscientes de que es el último. Mira que la gira de salas dura hasta marzo de 2024 y luego vendrán festivales, pero la gira de salas empezó en Huesca, luego vino el San San y el Festivalino y entienden que es el final, lo celebran, lo corean y se dejan la vida como tal. Ahí es duro cantar el “quiero que nos volvamos a ver” de “Haz de luz” porque veo en las miradas el anhelo de “nos volveremos a ver, pero de otra manera”. Es guay, lo están dando todo y lo agradezco.
En el horizonte sobre todo prevalecen dos grandes fechas que son el 2 de diciembre en el Wizink Center y el 1 de marzo en la Razzmatazz.
Ni lo pienso, estoy tan en presente que estoy pensando en Toledo y en León, que quiero agradecer al público que ha llenado las dos. Y respecto a lo del Wizink ya se va a agotar la grada, solo va a quedar pista, y lo de Razz quedan solo 500 entradas o así, de hecho, queríamos llevarlo al Sant Jordi Club, pero ese día no esta libre la fecha y lo vamos a dejar así, no estamos haciendo segundas fechas, por tanto, así se quedará. Queremos que sea algo irrepetible, que no se va a volver a dar. Muchas ganas del Wizink y de la Razz, porque este será el último de salas.
¿No habrá fin de gira en Madrid?
Hay una cosa en mente que ojalá se pueda hacer como idea romántica. A mí me gustaría terminar en Alcalá, porque empecé en la música por no ir a las fiestas de Alcalá. Entonces en agosto, que son las fiestas patronales mi sueño sería poder tocar en la plaza Cervantes, todo gratuito, que de igual que alguien no tenga un poder adquisitivo para venir. Tuve la suerte de tocar ya en 2019 y se llenó toda, pero me gustaría que sea un concierto donde vengan 20 o 30 mil personas y cerrar todo ahí.
Y ahora, vamos con tu recién estrenada profesión de novelista. Porque firmaste por Sant Jordi ejemplares de “El acercamiento de la mujer cactus y el hombre globo”. ¿Cómo fue la experiencia?
Fue muy raro, porque en 3 días desde la salida del libro vendí 10.000 libros, ayer el 95% de la gente que venía, que fueron 6 horas de firma y no sé cuantas personas fueron, se compraron el libro justo ayer. Era raro porque, igual es cosa mía, pero noté que toda Barcelona iba con mi libro y me sentí como muy agradecido. Pero comimos en Penguin Random House y es la primera vez que tengo el síndrome del impostor. Sentía como que yo era un topo, y me gustó sentirlo porque en mi vida lo había tenido y me vanagloriaba de no haberlo tenido y esto también me conecta con que con las novelas es la primera vez que yo siento vocación por algo. En la música yo empecé porque mis amigos, por no ir a ferias, dijeron de hacer un grupo de rap, uno tenia letras, otro era DJ y yo escribía poesías y no podía ser tan difícil. Las veces que he sentido vocación ha sido novela y encima si ya tengo el síndrome del impostor pues de puta madre. La acogida ha sido brutal, hay muchos lectores muy agradecidos, pero sobre todo a nivel de crítica, lo fácil seria tirar de “a dónde va el cantante”, pero la crítica lo pone como un libro muy bien escrito. Estoy muy ilusionado, ya estoy con la próxima novela que saldrá a principios del próximo año, asi que solo tengo ilusión.
Por tanto, te despedimos como Rayden y ahora ya te veremos como mánager, compositor, productor y novelista.
Sí, todavía quedan tres colaboraciones por salir, con Álvaro de Luna, Juan Pablo Vega y ¡Stos!, que es el grupo de Medi, mi corista, y Johny, mi bajista, que tienen un grupo de rock industrial. Pero sí, a partir de septiembre de 2023 seré mánager, compositor, productor y escritor, y si sale algo más, pues también, a mis cosas.
Y ahora, para terminar, nos tienes que hacer el Top 15 final de tus canciones.
Ostras, pero este ya es el definitivo. Sin ordenar, serían estas: “Haz de luz”, “Imperdible”, “Matemática de la carne”, “A mi yo de ayer”, “A tres pasos y medio”, “La mujer cactus y el hombre globo”, “El mejor de tus errores”, “Alma 22”, “Sr Fracaso”, “Finisterre”, “El lenguaje de los coleteros”, “Solo los amantes sobreviven”, “Multiverso”, “Puertas” y “Llanto”. Y meto esta última porque cuando me di cuenta de a qué quería sonar fue cuando escuché un remix de Amy Whinehouse con Ghostface Killah y dije “ojalá llegar a hacer algo asi”. Justo en ese tema canto y parece que estoy haciendo un remix conmigo mismo, porque luego rapeo y luego entra Travis Birds y siempre la comparo con ese tema. Es de las mejores canciones que he hecho porque he conseguido hacer lo que soñaba cuando trabajaba en una tienda de ropa. Y sí, esas serían todas.
Ronda Rápida 2021 vs Ronda Rápida 2023
Un artista nacional: Alice Wonder
Un artista internacional: Paolo Nutini vs Arlo Parks
Un disco para escuchar en el coche: Cualquiera de Bruno Mars vs Cualquiera de Bruno Mars o Joy Crookes
Un disco que todo el mundo debería escuchar: “Homónimo” vs “La Victoria Imposible”
Una canción para llorar: “Sargento de hierro” de Morgan vs “La Raíz” de Valeria Castro
Una canción para bailar: “Perm” de Bruno Mars
Colaboración Soñada: Con Residente y Wos en la misma canción vs Residente, Wos, Guitarricadelafuente y Valeria Castro
Tu mejor canción: “La mujer cactus y el hombre globo” vs “Alma 22”
Un lugar para escuchar tu música: Con los cascos corriendo vs En un atasco en el coche o corriendo
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