Rap contra la neutralidad

Empeñados en demostrar que el hip hop nació de y para la clase trabajadora, Los Chikos del Maíz lanzaron, “Pasión de talibanes”, su primer disco a las puertas del verano. Un auténtico manual de rap combativo, plagado de referencias y autoreferencias en lo que es ya uno de los álbumes que menos indiferencia generará de los publicados dentro del estilo este año.

Toni y Nega son las voces de Los Chikos del Maíz, los artífices de unas rimas hip hop tan ocurrentes como polémicas y un secreto a voces desde hace años entre dicha comunidad musical. Vienen de Valencia y por fin, tras una eterna espera, ve la luz “Pasión de talibanes”, su primer disco largo tras varias maquetas (la última de las cuales, la maradoniana “A D10s le pido”, data de hace cuatro años) y lanzamientos en solitario. (Toni) “No vivimos de esto, eso hace muy difícil que nos entreguemos en cuerpo y alma a la música. Tampoco hemos estado parados, pero entre vivir, estudiar, trabajar y demás, ha complicado la salida y la ha retrasado”. (Nega) “Tampoco hemos estado parados, yo saqué mi maqueta en solitario y el proyecto Fort Apache, Toni con Jerry lo de Rawpublik, por un motivo u otro la verdad es que siempre hemos estado ahí”. Para quien dude del matiz diferencial del disco del que hablamos podríamos citar varias frases del mismo pero baste con decir que a las colaboraciones con tertulias políticas en televisión o portales de contrainformación en Internet se suman denuncias públicas de partidos, asociaciones y medios de comunicación de tendencias conservadoras. Títulos como “El de en medio de los Run DMC”, “Tesis de abril”, “Los hijos de Iván Drago” o “Fear Of A Mazorca Planet” también son elocuentes. Ellos hablan para el no iniciado. (Toni) “Que nos escuche sin ningún tipo de complejo ni de prejuicio. Dudo que comparta todas nuestras opiniones, pero confiamos en que no le dejará indiferente. Que si está cansado de tanto cantante llorón y de canciones de amor, que se pase al lado mazorca y a las canciones de odio”. (Nega) “Que si piensan que Rajoy o Zapatero son los que nos van a sacar de este pozo de mierda que ni se molesten en escuchar el disco y se compren el de Russian Red”. No todo es brutalidad en el universo de Los Chikos del Maíz. Las referencias a nombres propios y hechos históricos son una constante en sus letras desde las maquetas y constituye uno de sus rasgos más reconocibles. (Nega) “No vamos a pedir disculpas por ser universitarios, venimos de muy abajo y nos ha costado mucho”. Pero tampoco todo son alusiones a personajes históricos como Ho Chi Minh o Pasolini en las canciones de los valencianos, ellos hacen hip hop y a la vez que elogian a mitos lejanos y cercanos como Chuck D, Krs One, Kase-O o Kamikaze hacen un análisis sobre las peculiaridades del estilo como vehículo transmisor de mensajes. (Nega) “El rap juega con ventaja, su atractivo reside en su profunda accesibilidad, sólo hace falta talento, una libreta y un ordenador. Para montar un grupo de rock necesitas guitarras, amplificadores, el alquiler de un local, etcétera. Y con dieciséis años o trabajas o eres un niño de papá que te compra la guitarra y el ampli y te paga el local de ensayo, si no es que vives en una mansión. El rap es accesible e inmediato, hay sitio para todos. El hándicap es que si no tienes nada interesante que decir mejor quédate en tu casa”. Inevitablemente, hablar de y con Toni y Nega es hacerlo de política. Atrás queda, como hemos mencionado antes, alguna “aparición” involuntaria del grupo en medios como ABC o la cadena COPE intentando relacionar al mismo con círculos violentos e incluso afirmando que Los Chikos del Maíz provienen del País Vasco (sic). Para los valencianos, todo aquel que se exprese se posiciona de una u otra manera. (Toni) “Aquí no quieren que la gente opine de política, quieren que se vote y que se calle durante cuatro años hasta las próximas elecciones. Y cualquier persona que muestra su ideología más allá de la faceta artística que profese es perseguida y marginada”. (Nega) “No existe el arte por el arte, todo arte es político, incluso el que se considera a sí mismo apolítico, porque en tanto en cuanto no cuestione el orden existente, está sosteniendo y reproduciendo ese orden. En un tren en marcha no se puede ser neutral, no existe nada más bajo, ruin y abyecto que la neutralidad”.