"Tienes que ver la vida como una obra de teatro en la que tú eres el único protagonista"
EntrevistasRalphie Choo

"Tienes que ver la vida como una obra de teatro en la que tú eres el único protagonista"

Luis M. Maínez — 06-11-2023
Fotografía — Archivo

Aunque son muchos sus méritos acumulados, hacía falta que Ralphie Choo publicase su primer álbum, “SUPERNOVA” (Rusia-IDK/Warner, 23), para subrayar la personalidad de un artista ligado emocionalmente a ese clásico que es “Juan Salvador Gaviota” de Richard Bach.

“Al reducir a treinta y extender sus alas otra vez el pesquero era una miga en el mar, mil metros más abajo. Sólo pensó en el triunfo. ¡La velocidad máxima! ¡Una gaviota a trescientos veinte kilómetros por hora! Era un descubrimiento, el momento más grande y singular en la historia de la Bandada, y en ese momento una nueva época se abrió para Juan Gaviota. Voló hasta su solitaria área de prácticas, y doblando sus alas para un picado desde tres mil metros, se puso a trabajar en seguida para descubrir la forma de girar”. Juan Casado, Ralphie Choo, hoy Juan Salvador Gaviota, inició su camino como artista en 2019 con canciones como “Town Boyz” y pocos meses después ya presentaba un maxi, “Sad Meal”. “Yo decía ‘Sé hacer bases, sé producir, tengo buenas ideas, pero no me atrevo a cantar porque no soy cantante y no tengo voz de cantante. Y me animé poco a poco, un poco [risas]. Conocí a Rusowsky, que es una pieza clave en todo esto. Fue al sacar los primeros singles. Normalmente la gente se documenta y luego hace música, y crea sobre una base sólida que ya tienen. En mi caso, una ventaja que puede ser una desventaja: no conocía mucha música que había fuera, y todo lo que escuchaba era nuevo; descubrir artistas y que me inspiraran una y otra vez. Era como una tienda de chuches para un niño. Además me rompí el ligamento cruzado, me quedé en casa parado y tuve mucho tiempo para hacer música”. Ambos proyectos son absolutamente brillantes. Tenía veinte años. Juan rompió el cascarón y ya tenía la visión y la determinación de hacer algo distinto con su vida. Volar, quizá, y no solo comer. “La metáfora clave es la ardilla surfera: un Gif. Una ardilla que está apurada surfeando porque no tiene ningún sentido estar ahí. Nos sentimos en un momento en el que estás llegando al final, estás celebrando pero te estás cayendo, y no sabes si va a llegar”. La suya fue una irrupción no sorprendente en repercusión en un primer momento, pero sí en ejecución, y que, como en la fábula, fue solo el principio de una serie de ensayos, de ejercicios, de pruebas y de prácticas, de canciones, que cristalizaron con el primer golpe de efecto de Ralphie Choo, “lamento de una supernova”, donde hizo una reinterpretación del son flamenco adaptado a su vuelo (”Tragó saliva, comprendiendo que se haría trizas si sus alas llegaban a desdoblarse a esa velocidad, y se despedazaría en un millón de partículas de gaviota”), y cuyo concepto le sirvió para anticipar uno de los candidatos a mejor álbum de 2023, “SUPERNOVA” –una estrella que explota y que a su vez se despedaza en un millón de partículas de estrella– y más importante aún, un disco importante para su autor y para la escena.

“SUPERNOVA”  ha suscitado el interés del público (sold out en Madrid en menos de un día) y de todos sus compañeros de profesión: de los más populares, como Rosalía, que le han presentado sus respetos, a los más pequeños, que se rinden de admiración ante un trabajo tan profundo como elástico (“Cuando volvieron, había anochecido. Las otras gaviotas miraron a Juan con reverencia en sus ojos dorados, porque le habían visto desaparecer de donde había estado plantado por tanto tiempo”). “SUPERNOVA” es un álbum que explora géneros como quien repasa recuerdos sin arrepentirse de ninguno. Milagro y buena suerte al mismo tiempo. Vivir cerrando los ojos a lo interesante del mundo porque no lo conocemos o, peor, no lo queremos conocer, es algo del pasado. “Desechar la madurez y todas esas categorías de adulto. Me inspira gente como Yung Lean, que siguen siendo unos niños en el buen sentido, que rechazan levantarse para trabajar e ir a la oficina, que le dan importancia al juego. Hay gente que sigue jugando a los veinte, a los treinta, a los cuarenta, a los sesenta… y que va a morir jugando”. Un artista como Juan Salvador Gaviota no puede renunciar a sentirse vivo creando, no puede renunciar a inventar las reglas del juego; es en ese escorzo donde se encuentra consigo mismo. “Hay una parte muy espontánea de todo esto. Muchas de las cosas que salen cuando estás produciendo son cuestión de testeo, de lo que te dice la naturaleza, de lo que está pasando físicamente en ese momento. Puedes llamarlo azar o lo que sea pero de repente suena bien. El álbum es un sesenta por ciento de planificación y un cuarenta de azar. Nosotros hacemos lo que hay que hacer y ya en tus oídos sonará bien o no”.

“Lo que tengo muy claro es que tienes que ver la vida como una obra de teatro en la que tú eres el único protagonista"

Ralphie Choo ha buscado la evolución constante desde sus primeros pasos. ¿Cuando ya naces distinto, qué buscas para tu primer álbum? Tan sencillo y tan complejo como seguir la línea hacia donde te lleve, quizá cerrar los ojos y rezar por no estrellarte, quizá frenar para lanzarte inmediatamente después a un nuevo vuelo. Para eso, cuenta con una bandada de las buenas a su lado, de las que te empujan y no te retienen, de las difíciles de encontrar. Rusia-IDK se ha convertido en la plataforma perfecta para que los artistas más valientes encuentren un lugar en el panorama. En el caso de “SUPERNOVA”, no solo Drummie, con quien Juan ha trabajado todo el álbum de la mano, sino que también mori o Rusowsky aparecen para ayudar a Juan a levantar el vuelo. La conversación es coral. Barry B y Drummie acompañan a Juan (“cuando tú estás en el estudio hay un componente súper guay que es la confianza con la que haces todo, dices que es azar pero tienes las cartas trucadas”, le comenta Drummie) y esperan y complementan y hasta cuentan los detalles de la gestación del álbum que han sido importantes para ellos. No se olviden, claro, de que este es un álbum internacional. Edita Warner Estados Unidos, y Juan Salvador Gaviota ha volado a Los Ángeles (“El viento le azotó la cabeza con un bramido monstruoso. Cien kilómetros por hora, ciento treinta, ciento ochenta y aún más rápido….”) y ha conocido de primera mano la gran industria del entretenimiento. El equilibrio entre la libertad individual y el entorno adecuado siempre han sido las claves y no lo dejan de ser en una era en la que todo lo demás parece haberse roto: los géneros, los tempos, las voces… Entre la distorsión y la fragilidad, entre lo lúdico y lo espiritual, Ralphie Choo surge en su propia fábula.“Lo que tengo muy claro es que tienes que ver la vida como una obra de teatro en la que tú eres el único protagonista. Los demás son personajes principales, secundarios, extras,… el papel que tú quieras darles. Pero tú eres el protagonista de tu propia obra y hay que intentar darle el sentido que más te apetezca”.

Ralphie Choo ha logrado lo más difícil, que es romper el falso techo que nos separa del lugar en el que queremos estar, uno que construimos nosotros mismos y que solo vemos nosotros. “SUPERNOVA” es el trabajo de un artista que antes de los cinco lustros de vida, ha pensado que no hay límites de fondo ni de forma cuando hay algo que contar. Doce canciones que completan un catálogo diferente al de cualquier otro, banda sonora de una vida que aún no existe, pero que se proyecta.(“Y con esto, Juan evocó en su pensamiento de la imagen de las grandes bandadas de gaviotas en la orilla de otros tiempos, y supo, con experimentada facilidad, que ya no era silo hueso y plumas, sino una perfecta idea de libertad y vuelo, sin limitación ninguna”). Apunten su nombre, Ralphie Choo, hoy Juan Salvador Gaviota,

 

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