Esta es la quinta vez que entrevisto formalmente a David Positiu, cantante del grupo, entre las últimas ediciones de Ràbia Positiva, su proyecto posterior bajo el nombre de Lo Petit Comitè y su ulterior faceta como escritor comprometido (“La mirada horizontal”). Siempre es un placer compartir un rato de tertulia con él y más aún si tenemos un vinilo recién salido de fábrica entre las manos. “La idea de sacar un disco recopilatorio no fue nuestra, sino de Kasba Music. Joni nos lo propuso y nosotros dijimos que adelante pero con una condición: que no haríamos una gira de presentación del vinilo puesto que no somos una banda en activo. Es como un regalo de cumpleaños para nosotros y un buen resumen de nuestra carrera musical”. Me intereso por el proceso interno de decisión sobre qué canciones meter y cuáles se quedan fuera. Parece que no hubo mucho debate al respecto y la elección estaba bastante clara. “Como Ràbia Positiva compusimos unas sesenta canciones propias, así que hicimos una votación asamblearia y los trece temas que tuvieron más votos son los que aparecen finalmente en el vinilo. Recuperamos los másters de cada época porque teníamos claro que no queríamos regrabar las canciones; eso habría sido muy complicado por cuestiones de logística y del momento vital de cada uno. También habría supuesto una inversión económica mayor. Queríamos hacerlo fácil, al fin y al cabo somos punks”. Totalmente respetable, aunque quien escuche las composiciones más antiguas como “Dos estels” o “La rabia es…” apreciará fácilmente la precariedad de medios que había en la época; nada que ver con los equipos de grabación actuales.
“No hay nada escrito ni nada planeado para después del concierto del 11 de noviembre”
Otro tema diametralmente opuesto es el de las letras, en las que queda claro que la humanidad no aprende de sus errores y toca seguir denunciando prácticamente las mismas injusticias que hace veinte o treinta años. “Nuestras canciones no han perdido actualidad y eso es bastante triste. Excepto un tema que trataba sobre la mili, el resto siguen siendo aplicables a la sociedad actual. Y esto también queríamos reivindicarlo de alguna manera. Sacar este vinilo ha sido la mejor forma de hacerlo”. Y es que la música y el mensaje de Ràbia Positiva siguen vigentes, para bien o para mal, aunque nunca hayan desaparecido del todo como ente. “Una vez al año más o menos nos juntamos de nuevo y tocamos en directo. Y siempre es por una causa que consideramos justa, nunca lo hacemos por dinero o por nostalgia. Cuando actuamos luego nos salen un par de oportunidades para volver a tocar en algún festival o hacer una gira, pero siempre las rechazamos. No queremos comprometernos de nuevo en esos términos. Además, nos sirve de excusa para reencontrarnos como viejos amigos, sino, tal vez perderíamos el contacto entre nosotros”. Tal vez esa sea la clave de la longevidad de cualquier combo: que la amistad perdure. Cuando surgen rencillas insalvables o malos rollos, se acabó para siempre. Este no fue el caso aunque, para esta banda de Sants, parecía que el 2010 era el de la disolución definitiva. “En aquel año dimos nuestro concierto de despedida en las Cotxeres de Sants. Era la primera vez que mi padre vino a verme actuar sobre un escenario. Allí nosotros siempre tocábamos de teloneros, de Reincidentes, Betagarri o de Obrint Pas; aquella fue la única ocasión que lo hicimos como banda principal del cartel. Vino mucha gente solo a ver tocar a Ràbia Positiva por última vez”. Pero, por suerte, no fue su último baile. Como decíamos antes, ellos siguen tocando de vez en cuando y el público que va a verles no se cansa ni sale decepcionado. Incluso la respuesta es mejor ahora que cuando estaban a pleno rendimiento. “Es curioso porque, cuando el grupo estaba en activo, no llenaba los recintos donde actuábamos. Nunca llegamos a despuntar, siempre militamos en la segunda división. Ahora bien, desde que nos separamos y hacemos estos conciertos de reencuentro, sí que solemos agotar las entradas. ¿La razón? Yo creo que en su momento sembramos una semilla que ha ido brotando en los últimos años. En las revistas musicales y en los medios de comunicación generalistas tampoco aparecimos hasta que dijimos que nos despedíamos de la escena”.
En MondoSonoro hemos intentado hacernos eco de sus movimientos siempre que hemos tenido la oportunidad, y por supuesto que no fallaremos a la próxima cita que ya está marcada en rojo en nuestra particular agenda de conciertos. “Este año celebraremos nuestro treinta aniversario el próximo 11 de noviembre en La Lleialtat Santsenca. Nos parece un lugar lleno de simbolismo porque allí grabamos nuestro disco en directo para celebrar los quince años de existencia del grupo cuando todavía era una casa ocupada que se llamaba Bahía. Ahora es un espacio recuperado para el barrio. Y para este concierto tan especial invitaremos a Jota, que fue el guitarrista original que grabó la primera maqueta de Ràbia Positiva, así que tocaremos algunas de las canciones más antiguas del grupo”. Allí estaremos, para quemar Sants, para cantar contra los que tienen la mente vacía o para reclamar un techo para la gente que no puede pagarse uno. Pero, llegados a este punto, ¿habrá futuro para Ràbia Positiva? David me responde apelando al espíritu rebelde e inconformista del añorado Joe Strummer: “No hay nada escrito ni nada planeado para después del concierto del 11 de noviembre”. Mensaje recibido: sí hay futuro, pero no está escrito. Lo escribimos nosotros con cada decisión que tomamos.
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