Desde los tiempos de “Carefully”, que ya tiene once años de antigüedad, Najwa Nimri no firmaba un álbum de corte tan electrónico como este “Donde rugen los volcanes”. Aunque no piensen que el baile ha sido invitado a su nueva criatura. Básicamente, porque estas diez piezas giran en torno a un sonido horizontal dopado de beats techno-ambientales que sólo ella es capaz de humanizar. “Los accidentes de cómo hago mis discos siempre se suceden. Cuando trabajo con mucha gente surgen factores como que uno de tus músicos se ve obligado a aprovechar su tiempo en otro proyecto que le aporte más dinero. Eso es lo que ocurrió con Vicente Miñana, con quien empecé a pensar las piezas a partir de loops de guitarra. Mi idea era que dichos loops estuvieran acompañados de electrónica, pero como la mezcla no funcionaba, Raúl Santos y yo acabamos decantándonos por esto último”.
A diferencia de “El último primate”, en el que muchas de las letras acabaron siendo traducidas del inglés, esta es la primera vez que Najwa se ha enfrentado sin tapujos al español. “Escribí auténticas bíblias, letras tan largas que eran para que alguien las rapeara, con lo que he tenido que recortar muchísimo de cada tema. Por el camino he perdido cosas importantes como buena parte del texto de ‘Donde rugen los volcanes’. Sin embargo, al mismo tiempo, he ganado en capacidad de síntesis”. Durante el obsesivo proceso de composición se ha dejado querer por el minimal techno de Paul Kalkbrenner, James Blake y Fever Ray (de quienes tomó prestado su vocal line tanto para el estudio como para sus recientes directos) e, incluso, Calle 13, “para comprobar cómo mastica un hombre que escupe fuego en castellano”. Pero si algo le trae de cabeza ahora, con la perspectiva puesta ya en el próximo año, es el poder debutar en el marco del San Miguel Primavera Sound. “Me daría igual el horario que me asignaran porque daría el mejor show que tenga para ofrecer”. Más sincera no puede ser.
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