La intro que abre el disco, de título homónimo, ya da una pista al oyente de la llegada del nuevo Nightcrawler. Un minuto y diez donde se citan artistas como Faithless, Josh Wink, el rave punk electrónico de The Prodigy, referencias que se repetirán en muchas canciones de un disco, que, ojo, también incluye guiños a sonidos más actuales como el dubstep. Cuéntame, ¿cómo se cocina en tu cabeza la idea de este cambio de sonido? ¿Esa mirada a los noventa ha sido algo consciente o surgió de forma natural?
Para este disco no quería repetir patrones o fórmulas que sé que me funcionan, tenía que salir de mi zona de confort y permitirme experimentar con otros estilos, mirar de hacer algo más arriesgado, más diferente y más visionario tal como yo había imaginado. El synthwave es un estilo al que le tengo mucho cariño, ya que me di a conocer con él, pero no quiero quedarme en un estilo concreto. Quiero usar ese estilo como una herramienta, como un color más de mi paleta creativa y fusionarlo con otras influencias musicales. Quiero que mi música trascienda más allá de géneros o etiquetas.
"Luchar para que tus sueños e ideas, por muy imposibles que sean, se hagan realidad, es una de las cualidades que más admiro en las personas".
Una de las cosas más interesantes de “Visionary” es que el concepto del disco te llegó a través de una especie de visión transcendental. ¿Podrías contarnos como fue todo ese proceso?
A diferencia de mis anteriores álbumes en que pensé una idea y concepto para cada uno y fui desarrollando sus canciones. En “Visionary” tuve como una revelación que este disco sería para mí el más especial que nunca he hecho. No solo a nivel musical sino personal, ya que esta vez el universo sonoro que he compuesto no es el de una posible película ficticia, sino el de mi propia vida. Tuve la visión desde el principio que este álbum me aportaría algo más que no solo la satisfacción por su resultado final como producto musical. Su desarrollo ha sido como una catarsis personal.
En relación a eso que comentas, otra de las novedades del disco es que ya no se trata de un trabajo conceptual per se, ya que más que explicar una historia lineal, las canciones que incluye hablan sobre los altos y bajos de tu vida personal. Ese factor emocional e íntimo, ¿te puso las cosas más fáciles o más difíciles a la hora de crear el álbum?
Ni más fáciles ni difíciles, pero su proceso de creación me ha ayudado mucho. Ha sido como hacer terapia, por eso hay una canción que se llama “Gain Therapy”, porque mientras la hacía comprendí lo importante que es para mí la música y el bienestar que en mi provoca, ejercitando de bálsamo en momentos oscuros que he tenido de inestabilidad emocional. Momentos que este disco me ha ayudado a superar.
Me gustaría preguntarte por las influencias no musicales que has tenido para el disco. Series, películas, libros, obras artísticas en general…
Me ha influido mucho la figura de los grandes visionarios: inventores, grandes pintores, arquitectos, etcétera… No quiero resaltar a nadie en concreto porque no me refiero a un artista en sí, sino que hablo de un espíritu, una actitud: la de ser un visionario. Luchar para que tus sueños e ideas, por muy imposibles que sean, se hagan realidad, es una de las cualidades que más admiro en las personas. Por eso en este disco también he querido rendir tributo a la figura del visionario.
Y en relación a la preguntar anterior, déjame felicitarte por el increíble diseño de la portada, una especie de bodegón macabro de otra dimensión que hace pensar en las películas de Panos Cosmatos. La parte visual del proyecto también la diriges tú, ¿cómo fue la creación de esa portada?
Sí, me he encargado de toda la dirección de arte y el concepto, y para el acabado en 3D, que es la técnica con la que se ha desarrollado la portada, he contado con la gran colaboración del artista argentino Francisco Román.
Me gustaría preguntarte por los aires Depeche Mode y el futurepop –también presentes en otras canciones– de la sorprendente “Catharsis”. ¿Qué historia hay detrás del sonido y de la letra de esa canción?
Me apetecía mucho hacer un tema darkwave pero que tu tuviera mi ADN en la producción, y sobre todo un punto oscuro pero muy épico ya que la letra habla de mi catarsis personal. Este tema es un himno dedicado al espíritu de superación y la liberación de las emociones negativas que alteran mi equilibrio, el volver a renacer para ser más fuerte, porque, como dice la canción “There’s no glory without pain”.
“Depressive Ghosts” es la canción que más recuerda al Nightcrawler de los inicios, una gema pop synthwave con voz femenina invitada. ¿Es una canción que tenías escrita antes de iniciar el proceso de composición del nuevo disco?
De todas las que he compuesto a lo largo de mi trayectoria, esta canción es la que ha mutado de una forma más inesperada. La main melody del piano la tenía compuesta desde hace más de dos años, y ha estado viviendo sobre varias líneas de bajo y percusiones de dos o tres demos diferentes en versiones solo instrumentales. Un día decidí utilizar solo el piano y empezar de cero otra vez para hacer algo con Sonja, una de mis cantantes preferidas. El resultado fue muy inesperado y me encanta. De hecho, para mi es una de las mejores canciones y de las más especiales por su significado, ya que la letra habla de mis momentos más oscuros y depresivos.
Cómo pionero del movimiento synthwave y a pesar de haberte desmarcado de ese sonido con este nuevo disco, ¿cómo ves el estado del género? ¿Crees que aún se puede hablar de una escena synthwave?
Yo creo que aún falta para esto y no sé si va a llegar a pasar, pero sí que es verdad que han salido nuevos productores nacionales y artistas internacionales y representativos del género como Carpenter Brut o Perturbator que han podido aterrizar en nuestro país y realizar algunas actuaciones. Ahora bien, creo que se trata solo de algunos brotes verdes, ya que pienso que en España en estos momentos no hay una escena consolidada.
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