Magnus, su vocalista, nos descubrirá algunos secretos al respecto. Se muestra cordial, pero quizás excesivamente controlado y cerebral para ser uno de esos nuevos punks que crecieron a la sombra de Cockney Rejects, Ruts o The Clash, permitiéndose algún que otro desliz con el punk neoyorkino. Magnus y sus tres compañeros debutaron con el single «Blind, Anger & Hate» y continuaron facturando grandes obras de hardcore (¿qué son sino «More Out Of Today», «Twenty Percent Of My Hand» o el reciente «End Of The Millenium» –en él colaboran miembros de The Hives y de Voice Of A Generation-?). A propósito, aprovechemos para recordar que este mes se estarán paseando por nuestro país junto a Ten Foot Pole y Undeclinable Ambuscade (aunque durante el resto de la gira europea Bomshell Rocks serán sus acompañantes). De todas formas, centrémonos en su última obra. Antes grabaron con Dan Swano, profesional de la producción y al frente de varias formaciones de rock duro. Ahora, un tal Georgo se encarga de controlar eso, los controles. «Es el mejor disco que hemos hecho y estamos especialmente contentos porque lo grabamos nosotros mismos sí. Puede que por eso hayamos tardado algo más de lo que esperábamos. Georgo se encargó de algo así como la prueba de sonido general del disco, porque sabía como queríamos sonar. Después de la prueba nos dejó grabar a nosotros solos y pudimos trabajar a gusto. De todas formas, nos gusta trabajar con él porque sabe perfectamente cómo queremos sonar». Ahora que les conocemos, hasta nosotros tenemos clara cuál es la sonoridad del combo, eso sí, lo que nos ha sorprendido ha sido ese tono casi pesimista de la mayor parte de los textos. «No estoy de acuerdo en que puedan ser pesimistas, podrían serlo pero con matices. A veces, todos nos sentimos así y es en esos días cuando escribes canciones así, pero otro día puedes estar contento y escribir sobre ello… depende del momento, nadie está siempre contento…». Correcto, pues los textos no son pesimistas, pero es que resulta tan fácil pensar en ese cierto sentido mesiánico que deja entrever el título del álbum que lo difícil es entenderlo de otro modo. «Cada persona debe ver su propio sentido al título del disco. Todos los que estamos en el grupo tenemos distintas formas de verlo… puedes pensar que es el fin del mundo, unos dicen que sí y los otros que no… pero mejor piensa lo que quieras sobre él».Vayamos ahora al contenido. Resumiendo: hardcore y política, malvada política, que acaba dirigiendo las vidas de quienes aún confían en ella. Como les ocurrió a Refused, una impresionante banda que acabó por tirar la toalla. Aquello era compromiso político y, en parte, 59 Times The Pain podrían tener algo en común. Por lo del punto de vista quiero decir. «No nos acercamos para nada a la actitud política que ellos tenían. Estamos a años luz de lo que ellos pretendían conseguir como grupo, con sus letras. Las nuestras no tienen tanta importancia como tenían para ellos las suyas. La verdad es que no creo que tengamos nada en común… nosotros intentamos hacer música, pasarlo bien y escribir letras que la gente pueda entender como algo cercano, que piensen que los protagonistas de la canción podrían ser ellos». Entiendo, punk para la gente de a pie, para los ciudadanos de la calle. Bien, pero creo que a eso, desde hace lustros, se le llama street punk: un estilo eminentemente británico, aunque en los últimos años vuelve a estar en la cresta de la ola (Dropkick Murphys, Voice Of A Generation, Bullocks, Bomshell Rocks, Swinggin’ Utters, Oxymoron y un largo etc.). «No sé de dónde viene ese retorno, pero yo creo que somos una mezcla entre el street punk británico y el nuevo hardcore. Tampoco pretendemos sonar a nada en concreto, pero todos los grupos tienen influencias y la verdad es que hay un montón de grupos británicos de punk grandes, que suenan muy bien y hacen buena música. Eso es también lo que nosotros intentamos hacer. No sé si es una respuesta para ti, pero es lo que siento». Bien Magnus, pues para acabar no se me ocurre pregunta más ingeniosa que hacerte que la siguiente: ¿ahora que Burning Heart trabaja con Epitaph, no te da la impresión de estar trabajando con un sello gigantesco?«Para mí Burning Heart no es un sello grande, no hay mucha gente trabajando allí y a todos les considero amigos, desde hace tiempo, y que estén junto a Epitaph no nos va a afectar. Allí sigue trabajando la misma gente, sólo que Epitaph es una ayuda a la hora de la distribución… Tengo claro que no quiero pertenecer a otro sello discográfico, en Burning Heart son muy buenos y nos apoyan. Sin Burning Heart no hubiésemos llegado a ningún sitio, es un gran sello, lo son tanto Burning Heart como Sidekicks». «End Of The Millenium» está publicado por Burning Heart.
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