"Puedo estar trabajando en un mismo loop durante seis horas"
EntrevistasMatthew Dear

"Puedo estar trabajando en un mismo loop durante seis horas"

Alexandro Ruiz Pérez — 17-10-2012
Fotografía — Olivia Locher

A veces juzgar una obra por su portada no es tan mala idea. La post-impresionista pintura de “Beams” revela varias cosas: que Matthew Dear nunca ha estado tan cerca de ser un artista pleno como ahora, que su música se basa en pequeños trazos distinguibles que dan lugar a un gran conjunto, y que por fin ha abrazado el color, dejando atrás la ansiedad del excelente “Black City”.

Distinguir géneros (y razonarlo adecuadamente) siempre ha sido el caballo de batalla de los periodistas musicales. De hecho, cuando un artista pone en un brete a los que se ganan el pan escribiendo sobre discos, es que ha dado con la tecla adecuada y ha encontrado su lenguaje propio. Eso es lo que pasa con Matthew Dear. Partiendo del amor al Detroit techno, el artista tejano, relocalizado a la ciudad de Juan Atkins, Kevin Saunderson y compañía, fue abriendo su estilo al pop, y, especialmente, a las composiciones de grandes experimentadores como David Byrne o Brian Eno con algún toque disperso de kraut o post-punk. Y no lo niega. Pero es consciente de que su ADN musical es electrónico. “Vengo de la música de baile y las herramientas y las formas de producción que yo entiendo provienen de ahí. Puedo estar trabajando en un mismo loop durante seis horas. Uso mi voz de forma muy rítmica. No tengo un amplio registro, y no voy a sonar como un gran cantante de pop. No es mi estilo. Lo que hago es música de baile con pequeñas melodías y elementos pop”. Puede ser que “Beams” haya sido un paso más en su forma de integrar ambos mundos. Dos años han pasado desde “Black City”, un disco que, como indicaba el título, se adentraba en los rincones más lóbregos de su propia personalidad, y ahora ha abandonado las sombras para darle brillo a su música. “El tiempo en el que estuve trabajando en ‘Black City’ fue más agitado. Muchas giras, aviones, todo el día arriba y abajo… La música era muy tensa. Con ‘Beams’, aunque mi vida sigue siendo ajetreada, he encontrado mi lugar y las cosas son un poco más fáciles de llevar”.

No hay mejor manera de comprobarlo que adentrarse en el mundo de “Her Fantasy”, el adelanto para el cual rodó un videoclip con Tommy O’Haver. El surrealismo y el amor forman parte del imaginario de Dear en un tributo al director de cine Kenneth Anger. “El director con el que trabajé era un gran fan de su cine y yo pensé que esta era una buena canción para rendirle tributo. Fue muy divertido. Se rodó en Los Ángeles y tardamos en filmarlo unas dieciséis horas con unos amigos de la zona”. En cierta manera, el siguiente corte del disco, “Earthforms”, es otro tributo, pero esta vez a Can y Joy Division. “Soy un gran fan de Can y de Holger Czukay, y no es ningún secreto que me encantan Talking Heads, Joy Division, Joy Order, New Division… [ríe]. Pero no es algo consciente. Tengo mi propio sonido y mis propias ideas, pero es inevitable que lo que han hecho otras bandas te influya”. En el personalísimo mundo de Dear, el orden es esencial. Las capas se superponen unas a otras añadiendo matices y creando atmósferas únicas. “Trabajo con muchas capas de sonido. Incluso con mi voz. Cuando canto ‘it’s alright to be someone else sometimes’, la grabo tres veces [la canta con un tono grave, medio y agudo], las junto y suenan mucho mejor que por separado. Es mi forma de crear mi sonido. No hay autotune, ni cambio el pitch ni nada. Me gusta que sea natural, pero que a la vez dé una sensación lograda y envolvente”. ¿Y cómo replica eso en directo? Bueno, no lo hace. “Cada canción tiene diez o veinte capas. Extraemos lo esencial de forma que suene lo suficientemente parecido a la original y dejamos espacio para hacer cosas nuevas en directo. También podríamos tener veinte personas en el escenario tocando cada uno un sample, pero sería de locos”. Reconoce que en el futuro le gustaría contar con más instrumentación real para sus discos y que su nuevo estudio da pie para ello, pero siempre manteniendo su identidad como productor de música de baile. De hecho, no olvida sus proyectos paralelos más cercanos al techno. “En el año 2009 llevaba también Audion, Jabberjaw y False y aprendí que era demasiado, que para promocionar cada obra tienes que hacer giras, entrevistas, tocar… Así que con la última gira de Audion decidí concentrarme en Matthew Dear, pero nunca dejé de hacer techno. Ahora tengo ‘Beams’. Voy a tocar hasta diciembre, y en enero, febrero y marzo he decidido que voy a trabajar en un álbum de Audion que saldría a finales de 2013, para concentrarme otra vez en ese proyecto”.

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