El tercer álbum de Protomartyr es un magma sonoro inquieto y oscuro sobre el que encaja una narrativa que devuelve imágenes del mundo escogidas casi al azar, contemporáneas pero no necesariamente coyunturales o dictadas por la prisa que hay para aclarar puntos de vista. Se añaden alucinaciones y sueños, porque la ensoñación sonora es necesaria cuando no se puede soportar más la realidad. Con toda esa actitud arty parece que se sumara la típica ecuación del grupo críptico encantado de conocerse, pero Protomartyr están muy interesados por hacerse entender, defendiendo su trabajo con respeto hacia ellos y hacia el público. Por primera vez se ponen en manos de un productor de relumbrón como Sonny DiPerry, conocido por sus trabajos con Animal Collective y Dirty Projectors para sacar de ellos un mensaje alto y claro en esta oportunidad que tienen para hacerse escuchar por un público mucho mayor que con The Age Intellect (Hardly Art, 2015).
Buscando información sobre vosotros para la entrevista, me he encontrado con que algunos grupos, como es el caso de los alicantinos Futuro Terror, de Bcore, ya os citan entre sus influencias, ¿qué te parece?
(Joe Casey) Pues que lo siento por ellos, pero es muy halagador. Supongo que es lo habitual, que bandas más jóvenes se encuentren influenciadas por bandas más mayores. Me gustaría escucharlos para saber qué es lo que han sacado, pero sobre todo les deseo lo mejor.
Lo primero de todo, Domino es un gran sello, ¿qué ha cambiado para vosotros al pasar a un sello como este?
(JC) Espero que nada demasiado reseñable. Más que nada que nuestros discos van a estar en sitios en los que con nuestro sello anterior no estaban, de modo que nos podrá escuchar más gente, aunque depende de cómo acepten el disco, claro.
¿Todavía conserváis vuestros trabajos aparte del grupo?
(JC) No, los hemos dejado porque durante el último año hemos girado tanto que no habría ningún trabajo que nos permitiera tener unas vacaciones así de largas para después reincorporarnos sin problemas. Y también es que hemos decidido que si vamos a formar parte de este grupo, es importante darlo todo y tener tiempo para poder tocar mejor, ensayar y esas cosas. Así, este es ahora nuestro trabajo de todos los días.
¿Y cómo te sientes dando este paso y quedándote solo con la banda? Es algo que hace poco tiempo te daba cierto vértigo.
(JC) Artísticamente hablando es algo muy bueno. Hay más tiempo para pensar en las canciones y dejar que respiren. No se queda en solo pasar el tiempo libre de una manera frívola, al mismo tiempo puede traer más preocupaciones porque puede que no te paguen lo suficiente, y el futuro es menos seguro, y si tienes menos canciones es peor… Es a la vez excitante pero hay más presión.
Protomartyr, y sobre todo tú, no empezasteis tan jóvenes como otros grupos. Si tuviéramos que hacer una comparación en general, ¿cómo os veis en relación con un grupo punk joven?
(JC) Especialmente si voy a algún concierto en el que hay algún grupo joven tocando, disfruto de esa energía que parece que se hubiera agotado en mi cuerpo, pero cuando empecé sé que había algunas cosas como saltar por ahí y hacer el bestia que iban a durar un tiempo nada más, así que probé a quedarme quieto para dar otro espectáculo sin intentar actuar como un jovencito. Hay muchas bandas que empiezan muy jóvenes y que se mantienen lo suficiente como para ver que no maduran, o que maduran de una manera rara, y que tratan de recuperar su juventud y termina siendo raro. En el fondo yo trato de capturar mi esencia en cada momento. Está muy bien que las bandas más jóvenes demuestren toda la fuerza que tienen, pero si siguen ahí deberían reflejar la edad que van teniendo.
Pero, ¿y si la comparación, en un sentido humano, fuera con alguien que lleva diciendo lo que piensa, como con The Fall, insistiendo durante 40 años?
(JC) Aprecio mucho el trabajo que hacen grupos como The Fall, Pere Ubu, o Wire, y me encanta que sigan estando en activo. Soy consciente de lo duro que tiene que ser mantener lo que hacías pero a la vez seguir por tu camino, superando cualquier presión o momento de desinterés. Por otra parte me gustan porque no se quedan donde estaban, sino que siguen empujando hacia adelante para dar algo nuevo y no solo tocar los hits una y otra vez. A nosotros nos han comparado con The Fall en alguna ocasión, y a mí me encanta, pero porque han estado ahí durante 40 años, y siguen sonando diferentes a todo lo demás. Cuando veo a grupos así, veo claro el camino que hemos emprendido nosotros y qué hacer para poder seguir.
"Es normal que a veces quieras apagar el mundo durante un segundo para vivir un momento de belleza en una canción mientras que el mundo está ardiendo"
En este aspecto de ir evolucionando en directo, has comentado en alguna ocasión que vuestro show iba a evolucionar un poco añadiendo un cierto toque teatral, ¿lo habéis pensado de cara a la nueva gira?
(JC) Un poco. Siempre estoy tratando de mejorar lo que hago. De momento hemos pillado a un técnico que se preocupe de sacar el mejor sonido que podamos en cada sitio, para que de esa manera podamos estar tranquilos sobre el escenario para poder avanzar en otros sentidos. Si escuchas la segunda canción del disco, Here Is The Thing, verás que es casi bailable, y ahí empiezo a soltarme. Seguro que hacemos algo más en el futuro, porque lo de bailar es algo que no me gusta del todo.
Estamos muy lejos de Detroit, así que no te voy a preguntar específicamente sobre lo que ocurre allí, o por esa gentrificación de la que has hablado tantas veces, sino que voy a enfocar el asunto de un modo musical. Vosotros reflejáis realidades con vuestra música, que coexiste con otra que se centra en la belleza y el escapismo como único valor. ¿Qué te parecen los grupos que en 2017 hacen solo una música esencialmente bonita?
(JC) En nuestros anteriores discos hemos dicho muchas cosas sobre la situación en Detroit, las cosas que ocurren en la vida y mis experiencias, y sigue así en el nuevo disco, teniendo en cuenta que las cosas se han puesto muy raras durante el último año. A mí me encanta escribir música bonita, porque a veces es así como respondo al mundo. Dicho esto, cuando estás en una banda, puedes ofrecerle al mundo cualquier tipo de música, incluida la que está movida por las noticias malsanas que nos encontramos cada día, pero la gente necesita una escapatoria, y te voy a dar ejemplos. Salió mucha música de Detroit en los 60, y de esa, la más poderosa era alegre y sanadora. ¡Era la Motown! Pero porque es normal que a veces quieras apagar el mundo durante un segundo para vivir un momento de belleza en una canción mientras que el mundo está ardiendo. Yo… no es que vea el mundo desde un punto de vista deprimente pero siento que tengo que expresar lo que siento.
El vídeo de A Private Understanding muestra un punto de vista curioso, desde la expresión de una persona mayor. Y aunque se trate del actor cómico Marty Smith, aquí no hay nada cómico, sino más bien cierta complicidad oscura con esa etapa de la vida jugando con la letra de la canción.
(JC) La idea original de la canción vino cuando un amigo me enseñó vídeos de irlandeses cantando en bares en la costa de Maryland. Casi todo eran tíos mayores cantando en lenguas que parece que ya están muertas, pero el hecho es que se reúnen en bares para beber y fumar. Y la manera en la que cantan, es muchas veces la manera en la que yo me enfrento a ese hecho, puede que de una manera muy irlandesa. Cuando estábamos buscando un director para el vídeo, empezamos a ver también qué actores lo harían, y empezaron a aparecer actores jóvenes, gente joven, modelos, y fans punks que actuaban de una manera un poco tonta, pero no es lo que estábamos buscando, sino a alguien como Marty. Sin embargo tuvimos que hacer el vídeo muy deprisa, y Marty no se había aprendido bien la letra de la canción. Podría haber estropeado el vídeo, pero lo mejoró expresando mejor la decadencia y las cosas que pasan y no vuelven. Terminó encajando en el vídeo perfectamente.
Saludáis al mundo en vuestro nuevo álbum hablando de escritura automática, ¿la has utilizado para Relatives In Descent?
(JC) No del todo. Me he centrado más en imágenes que he soñado o en momentos en los que estaba muy ebrio. Aparte está la cuestión de cómo enfoco el momento político, porque me preocupaba cómo iba a tomarse la gente esas líneas que nacen de la observación, a veces tan altisonantes, así que esos primeros versos de A Private Understanding son como un aviso de que voy a hablar de todas esas cosas pero a la vez son una excusa, son como decir que esas palabras vinieron a mí pero yo no las he inventado, y no es mi voz sino que es la voz de otra persona. Son una interpretación de lo que ocurre y de la manera que ocurre. Es más bien algo irónico.
No te voy a pedir que hagas un repaso del disco canción por canción, pero sabiendo lo complicado que es para el público español comprender tus letras, y lo importantes que son para comprender lo que habéis hecho, que querría que me dibujaras cómo es la imagen que describe el disco.
(JC) Esta vez ha venido antes la música y hemos estructurado el disco de modo que el sonido tuviera sentido y luego han venido las letras. Trabajamos de ese modo en el estudio, y así teníamos que empezar con A Private Understanding, que refleja lo jodido que está el mundo, y la idea de que la verdad está muy corrompida. Hay mucho ruido ahí fuera, por eso están las trompetas en la letra de la canción. Y la segunda canción, Here Is The Thing, es más o menos la misma cosa pero más enfocada a Detroit, por lo que esas dos canciones tenían que ir juntas. Las siguientes dos canciones tratan sobre conexiones familiares, y cómo mucha de la verdad en la que creemos viene de la familia. Vemos muchas veces cómo hay familias enteras que apoyan una idea determinada, que además va heredándose, y la verdad es que a veces transmitimos cosas horribles a nuestros hijos, y hacemos que el mundo sea un lugar terrible. La cuarta canción también redirige el asunto hacia cómo interpretamos ciertas cosas y cómo se quedan en la memoria y podemos quejarnos después sobre lo que has dejado atrás y que realmente no estaba. Las siguientes dos son las últimas que hay en la cara A, y van más sobre el ruido y sobre la deformación de las características humanas básicas.
La segunda cara empieza con Don’t Go To Anacita, que trata de hablar de un lugar en el que las cosas son el perfecto ejemplo de algo luminoso, y sin embargo lo que hay está corrupto y nos empobrece. Las tres siguientes canciones tienen que ver con alucinaciones. La penúltima canción, Corpses In Regalia trata, como te dije, de un sueño que tuve, y cómo enfrentarse a ciertas imágenes terribles. Puede que sea que veo demasiado las noticias y me afecta demasiado lo que está pasando, sintiéndome impotente para hacer nada. Y la última canción tiene esa cosa que enlaza con el principio del disco. Se cuentan tres historias en la letra en la que ella se da cuenta de que hay mucha oscuridad en el mundo pero trata de alcanzar una salida sea la que sea, que tampoco sé cómo es, pero por muy jodidas que estén las cosas, hay una cierta esperanza sobre el futuro, hay un disfrute básico.
Has escrito sobre la realidad y la verdad, y sobre el miedo a no entender la verdad, pero querría enfrentarlo a la idea de que cuanto menos sabemos, más felices somos.
(JC) Esa es una gran verdad: existe esa felicidad inconsciente. Pero parte de hacerse mayor es forzarte fuera de esa dinámica aunque parte de ello sea la voluntad de volver a una inocencia juvenil. También, cuando no sabes algo, muchas veces tu mente crea razones. Por ejemplo, yo no sé exactamente cómo funciona la gravedad. Me lo han explicado y tengo que creerlo aunque haya cosas que nunca entenderé. Si me lo explican, sí, creeré que lo he entendido, pero luego tienes que seguir con tu vida agarrándote a eso que no acabas de entender, y en algún momento te sientes estúpido.
Y a eso hay que añadir el efecto de estas redes sociales en las que parece atractivo expandir noticias falsas, y que no proporciona más libertad sino más desconfianza en el prójimo.
(JC) Para mí Internet, en muchos sentidos, es un lugar fallido en el que demasiadas cosas carecen de sentido. Mira, le gente me pregunta mucho estos días por qué quiero estar en una banda, y les digo que es lo que me gusta porque es una forma de expresión personal, que además tiene unas canciones estupendas. Creo que es algo más que esa postura habitual que hay de expresarte en internet simplemente diciendo qué es lo que te gusta y qué es lo que no, y muchas veces se hace sobre imágenes que no son ni siquiera verdad, como tampoco es verdadero el impacto que algo tiene en la red. Por ejemplo, Donald Trump tiene todos esos seguidores robóticos, y no pasa nada, lo que te termina aclarando que este sistema continúa porque hay mucha gente a la que le satisface. Al fin y al cabo, cuando canto una canción estoy haciendo uso de mi propia voz, y transmito lo que estoy pensando, aunque sea a través de un personaje, y no tiene filtro, no está cortado, no es como cuando se muestra en la red, donde puede ser todo una patraña. Es muy difícil encontrar a un hombre honesto en internet.
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