“El rock nos dejará a nosotros, no nosotros al rock”
EntrevistasPredicador Jj Bolton

“El rock nos dejará a nosotros, no nosotros al rock”

Jesús Casañas — 19-02-2023
Fotografía — Archivo

El infatigable Josep Coll vuelve a la carga. El catalán celebra por todo lo alto los treinta años que lleva en la música, desde que arrancase junto a Discípulos de Otilia hasta su última aventura en solitario, Predicador JJ Bolton. Lo hace con “Ruta al paraíso” (Maldito, 22), diecinueve temas plagados de colaboraciones e inspirados en el viaje solidario que hizo en moto hasta Nueva Zelanda desde su Sant Feliu de Guíxols natal.

Podrás verle en concierto el 24 de marzo en Lleida (TBA), el 25 de marzo en Barcelona (La Deskomunal) y el 1 de abril en Sant Feliu de Guíxols (Sala Las Vegas)

Tu lucha contra el cáncer ya venía de tiempo atrás. Diversas ediciones de la Peregrinación Contra el Cáncer, las camisetas pidiendo más inversión y menos corrupción, la canción “Luz para mi mamá” en el primer disco de Gospel Punk, “Luz” (18)… ¿En qué momento decidiste plantarle cara a esta enfermedad?
Toda esta lucha empezó por un mensaje de Nando, padre de Anita, que habían iniciado una campaña para recaudar dinero para la investigación del cáncer raro de su hija. Ahí empezó todo, junto con la lucha de mi madre, que llevaba doce años luchando con el maldito cáncer. Fundamos la Asociación Anita, e incluso conseguimos abrir una investigación en Estados Unidos de su cáncer raro… Pero llegamos tarde. Su madre, Carolina Amado, se puso al frente de la asociación y hasta hoy, para ayudar a otros padres en su misma situación y recaudar dinero para investigar los cánceres raros que tienen los niños. Creo que los emprendedores hemos de dedicar parte de nuestra magia a ONG’s y causas, y así lo hemos hecho con todo el proyecto de Ruta al paraíso. ¡No pararemos hasta acabar con el bicho!

A mediados de 2019 llevas la peregrinación contra el cáncer un paso más allá, recorriendo los 30.000 kilómetros que separan tu Sant Feliu de Guíxols natal de Nueva Zelanda. ¿Qué te hizo tomar esta decisión?
El sueño de mi madre era ir a Nueva Zelanda a conocer Bora Bora, las antípodas, esas tierras que se veían en las películas de piratas. Tenía todos los recortes de prensa sobre ese viaje. Cuando ella podía nosotros no, dado que es un viaje muy caro, y cuando se podía, el bicho estaba ganando la batalla. En su lecho de muerte, le prometí que iría. Tiempo después me di cuenta de que nadie había llegado a Nueva Zelanda en moto, y que era un record de distancia terrestre. Ahí vi el momento rock, de subirme a mi caballo de metal (“La bestia parda”) como Perceval en busca del Santo Grial, en busca del paraíso. Me puse en mi chaleco mis estandartes (“+Investigación Cáncer, –Corrupción”) con la idea de dar visibilidad a la Asociación Anita y la falta de investigación. Salí el 13 de julio del 2019 desde la tumba de mi madre, Sant Feliu de Guíxols, hasta el fin del mundo: Punta Slope, el punto más austral al sur del planeta.

La nota de prensa asegura que batiste “el récord de distancia terrestre en moto sin asistencia ni escalas”. ¿Cómo fue el viaje? ¿Cuánto tardaste?
¡Fue brutal! Cruzar el planeta solo, en un mundo que parece que todo está inventado, es una experiencia de otras épocas, de los exploradores. Puedes cruzarlo por dos caminos, por el mundo árabe o por arriba, por Siberia. Escogí por arriba, porque quería conocer el fin del mundo, donde se apagan los navegadores, donde no hay Google ni Amazon… y vi Sildavia, el fin del mundo. El viaje duró cinco meses y once días. Yo me subí a la moto, y el primer tema que compuse fue “La carretera me curará”.

Se documentó a través de un videoblog. ¿Qué tal funcionó?
¡Pues muy bien! Creo que, como artista, tener tu propio canal de YouTube es brutal. Estoy trabajando para que sea un documental. Fue genial llevar el equipo de grabación (drones, etcétera) en la moto. Me montaba mis propios estudios gratis en medio del desierto de Australia o del Gobi (Mongolia). Me encanta el cine, así iba grabando cuando veía una escena para siempre. La llegada a Japón fue otro momento mágico, tras cruzar diecisiete mil kilometros. En Siberia pasé los peores cuatro días de mi vida. Parte del viaje se ha documentado en el libro “Cómo montar una startup de éxito con 3.000€ al cuarto intento”, que lleva ya 15.000 ejemplares.

"Sabía que durante el viaje saldría un disco. Aparte, a los artistas que colaboran les pedí que escribieran si les apetecía una canción sobre algo que les inspirara el viaje o la lucha contra el cáncer"

El viaje sirvió también para componer tu nuevo disco, “Ruta al paraíso”. Una nueva colección de canciones en tu línea –variada en estilos, bailonga y festiva– a pesar de que hable de temas tan duros: la batalla contra el cáncer, la pérdida de seres queridos, el viaje espiritual en el que te sumergiste… ¿Eres un optimista nato?
Sabía que durante el viaje saldría un disco. Aparte, a los artistas que colaboran les pedí que escribieran si les apetecía una canción sobre algo que les inspirara el viaje o la lucha contra el cáncer. Mi familia lleva el optimismo en la sangre. Hemos sido emprendedores, siempre hemos montado cosas. Desde mi bisabuelo, que en 1906 se fue desde nuestro pueblo a Nueva Guinea a buscar fortuna, a mi madre, que navegaba por todo el Mediterráneo. Siempre hemos sido muy aventureros y viajeros. No se pueden hacer cosas grandes sin optimismo; es igual que las música, hemos grabado este disco con toda la ilusión. Ya tenemos cincuenta tacos, pero sabiendo que el rock nos dejará a nosotros, no nosotros al rock.

La música la ha vuelto a componer Coque Moreno, tu compañero musical desde hace más de treinta años. ¿Cuál es vuestra forma de trabajar? ¿Le pasas las letras y él las pone notas…?
Nuestra forma de trabajar es muy simple. Se me ocurre una melodía, normalmente un estribillo con la letra, y le envío notas de voz; Coque, en casa, monta unas maquetas que me devuelve y yo canto encima. Tenemos un home estudio cada uno, cuando está lista la canción se lo pasamos a nuestro productor, Chalart 58.

Os ha grabado Charlart58 junto a un buen puñado de colaboraciones de amigos: Discípulos de Otilia, Muchachito Bombo Infierno, Joan Garriga, Sargento García, Carmen Cercós de Skaparapid, Potato, Suzanna, Che Sudaka, Sonido Internacional, Crudezas Caro Amado y Diego Núñez. ¿Habéis querido meter todo el “sonido Barcelona” en un único disco?
Grabar con Chalart 58 ha sido un regalo. Quería hacer un disco de reggae, ska, latin... que fuera adulto. Es nuestro octavo disco, queríamos que sonara de cine y lo hemos conseguido. Hemos estado dos años grabando, en plena pandemia, pero genial, Chalart ya es uno de la familia. Ha sido natural, hemos llamado aquellos artistas con los que hemos compartido estos treinta años en los escenarios, empezamos con Discípulos de Otilia, Sin Papeles, Gospel Punk… Hasta hoy. Queríamos hacer un disco especial, ya que se cumplen treinta años en la carretera, y qué mejor manera que invitar a amigos. Pero no solo a cantar, si no a componer, con todo lo que les ha inspirado el viaje.

Ahora viene la gira de presentación junto a Potato. ¿Dónde os va a llevar?
Poder hacer la gira con ellos ha sido un regalo. Nos une una amistad de tantas veces que hemos compartido los escenarios. Cuando llamé a Pako Pekao para colaborar en el disco compuso un temazo, “La Bestia Parda”. Cuando planteamos la gira benéfica, quería llevar una banda que representara la esencia de estos treinta años, pero también que más que una presentación de disco fuera una fiesta. Llamé a Potato y enseguida se apuntaron. Nuestra idea es ir invitando a los otros grupos durante la gira. El 25 de marzo en Barcelona vendrán Discípulos de Otilia. Y esperamos que Muchachito y Joan Garriga puedan también. Ya hemos tocado en Madrid, con la sala hasta arriba, y esperamos confirmar más fechas, seguramente en Zaragoza y Bilbao.

Los beneficios tanto del disco como de la gira van a ir a fines solidarios. ¿Para quién?
Todos los ingresos del disco, redes, merchandising y videoblog¸ más los beneficios de la gira, son para financiar el programa de musicoterapia a domicilio de niños con cáncer en estado de paliativos. El Estado, cuando los envían a casa, se acaba la música, y queremos que siga; este programa es de la Asociación Anita. Es el segundo año que lo financiamos, con el viaje Ruta al Paraíso y junto con Alpes contra el cáncer (del gran Carles Capellades, que perdió su mujer de cáncer) recaudamos 24.000€ para el programa.

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