Por las pelotas
EntrevistasNashville Pussy

Por las pelotas

Toni Castarnado — 26-11-2002
Fotografía — Archivo

Sin darnos cuenta, Nashville Pussy van por el tercero. Pero eso no es lo más importante: lo que realmente cuenta es que no bajan el listón, que siguen imparables en estos tiempos de reivindicación barata del rock, un género cuyo trono ellos tienen bien cogido por las pelotas y, como debe ser, sin publicidad ni falsas imágenes. “Say Something Nasty” (Roc.K, 02) es su nuevo alegato a favor del mejor rock sucio.

Reconocen que España y Japón son sus países favoritos. Y lo hacen porque son lugares en los que se sienten más importantes, en los que los fans se les abalanzan en las calles como si fuesen los Beatles (o por lo menos así lo relatan ellos mismos), escapan en taxis ante el acoso popular y el cansancio por firmar tanto autógrafo. O algo parecido. En todo caso, el autobús de gira en el que entramos para llevar a cabo nuestra conversación parece haber vivido una noche de exceso en Barcelona. Da la impresión de que Blaine lleva todo el día con un buen porro en la boca y flotando en una nube, mientras Ruyter demuestra que es un encanto, una mujer capaz de hablar con total simpatía al mismo tiempo que se maquilla con sorprendente habilidad.

"Incluso los grupos que quieren tocar rock´n´roll son malos. ¿En qué coño están pensando esos tíos?”

Sus dos compañeros apenas articulan palabra, mostrándose como, quizás, menos acompañantes del matrimonio, comportándose como unos hijos obedientes a los que, de vez en cuando, se les permite meter baza. Lo primero que apuntan es la dificultad que, en la actualidad, existe en los Estados Unidos de encontrar bandas de rock´n´roll crudo y básico como ellos. “Parece que, hoy en día, todo el mundo se mueve por la pasta en América. Incluso los grupos punk se pasan la vida hablando de la industria. Ahora acabamos de grabar un disco con Nine Pound Hammer (la banda anterior de Blaine) y estoy hablando con varios sellos para que lo publiquen, pero todos ellos hablan en términos de marketing. ¡Joder, ¿qué ha pasado con sellos como Sympathy For The Record Industry? ¡Sellos y gente a la que le guste tu música y no se preocupen por nada más! Ahora que The Hives y The White Stripes están triunfando, la gente ha visto la oportunidad de hacerse rica y todo el mundo quiere ser parte de esta gran bola de mierda. ¡Hasta nos cuesta encontrar grupos buenos para que nos hagan de teloneros! Muchas veces hay chavales en los conciertos que nos pasan los discos de sus grupos, pero los ponemos en el autobús y descubrimos que son malísimos. Incluso los grupos que quieren tocar rock´n´roll son malos. ¿En qué coño están pensando esos tíos? La gente utiliza mucho la palabra rock´n´roll, pero no saben realmente lo que es”. De todas formas, quizás ahora estén en un buen momento en nuestro país por lo que respecta a la cantidad de público que acude a sus conciertos o gracias a la repercusión de un festival como el Serie Z. Quizás fue gracias a que irrumpieron al mismo tiempo que las legiones escandinavas, lo cual les abrió puertas y esperanzas en Europa. “Con Nine Pound Hammer fuimos a Dinamarca y encontramos a unos chavales que nos ofrecieron ir a Noruega, pero no había locales a los que ir. Nuestros amigos The Devil Dogs fueron allí, pero no acabaron de entender cómo funcionaban las cosas por allí. Cuando Turbonegro y todos esos grupos se hicieron populares, empezaron a abrirse locales en los que poder actuar y el interés creció mucho. Hace diez años, una gira europea nunca hubiese llegado hasta Noruega, como mucho a un show en Suecia y listos, ahora en cambio hemos actuado dos veces en Helsinki. Supongo que antes los grupos tampoco venían demasiado a España”. Cierto, pero las cosas han cambiado mucho desde entonces. Y aún así, incluso Nine Pound Hammer o los Devil Dogs se pasearon por nuestro país hace unos años.

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