Por amor al arte
EntrevistasBeach House

Por amor al arte

Luis J. Menéndez — 07-05-2012
Fotografía — Liz Flynt

“Bloom” parecía a priori un título más indicado para el tercer disco de Beach House, aquel que les colocó en primera línea de batalla. Su sucesor nos acerca al dúo de Baltimore en plena madurez artística, tocado por una gracia y un misterio que envuelve a su música pero también a sus creadores, Victoria y Alex, cuando llega la hora de rendir cuentas.

Victoria Legrand y Alex Scally se enfrentan al quinto y último día de tour promocional europeo. Dicen estar cansados de hablar de sí mismos, algo que a nadie cogerá de sorpresa: su sello ha elaborado un decálogo de “sugerencias” para afrontar la entrevista, aunque finalmente su distribuidora española ha tenido el buen tino de no hacérnoslo llegar. Y cuando en la gira previa al lanzamiento de “Teen Dream” Beach House vagamente imaginaban la fenomenal acogida que tendría el disco (el mejor de 2010 para esta publicación) su nota de prensa ya advertía que la pareja lo era sólo en lo artístico, dando a entender que -independientemente de que aquello fuera cierto o no- determinadas cuestiones no serían bienvenidas…


Hace dos años os pregunté qué iba a ocurrir a partir de ese momento y, Victoria, tú me respondiste que al igual que cuando naciste tu madre esperaba a una niña que llegaría a ser modelo, también ahora defraudaríais las expectativas…

Victoria: ¿En serio dije eso? Es divertido… Supongo que esperas que responda que algo gordo ha pasado, pero no tengo esa sensación.

Alex: Seguimos siendo las mismas personas, aunque los tours son más largos y hay más gente.
V: Los cambios importantes no se ven: tu gusto, el modo en que tocas un instrumento… Es algo que no percibes hasta que grabas el siguiente disco.

Pues precisamente para hablar de esos cambios estáis aquí.

V: El disco es producto de lo que ha sido este tiempo.

A: Me gustaría darle la vuelta y que me digas qué cambios ha habido en tu vida desde la última vez que nos entrevistaste.

Bueno, ha habido cambios sentimentales. La situación económica también me ha influido: la crisis general y hacer frente a una hipoteca no me permite viajar, con lo que mi pequeño mundo se ha hecho aún más diminuto. Y la política afecta a mi humor más que nunca. No creo que sea complicado hacer un análisis de este tipo…

V: Bien, yo me siento diferente físicamente, mayor. No voy a decir “vieja”, pero sí he adquirido cierta consciencia del paso del tiempo y los cambios alrededor, que son muy rápidos.
A: Nos ha interesado mucho todo el tema Occupy Wall Street.

V: En líneas generales 2011 fue un año de mierda para todo el mundo: tsunamis, crisis, tornados… Podrías pensar que al menos a nosotros como grupo las cosas nos han ido muy bien, pero hasta eso es cuestionable, porque en todo disco hay momentos horribles. Demasiada intensidad…

Dices que en este tiempo has percibido tu transformación de una forma muy física. Me interesa mucho esa sensación y cómo te ha afectado. ¿Puedes ser un poco más concreta?
V: Cuando hablo de “percibir” mi propio cuerpo lo hago como una especie de despertar, una forma de clarividencia. Y precisamente en “Bloom” existen ciertos momentos “verdaderos”, de “clarividencia”, más que en los discos anteriores. Me resulta difícil explicarlo porque es un sentimiento muy abstracto. “¿Crees que este disco gira sobre la idea de aprender a vivir?”, es lo que me preguntó hace un rato un periodista.

¿Y qué le respondiste?

V: Bueno, es su percepción particular. Me pareció una idea interesante.

MENOS AMOR
Los mitos son relatos que se transmiten de generación en generación y hacen referencia a sucesos y personajes extraordinarios. Ocurre que las más de las veces los mitos surgen de la exageración o la simple ignorancia y que la verdadera historia oculta en la trastienda resulta menos impactante, terrenal y, en definitiva, totalmente “humana”. Algo que en el terreno del pop está a la orden del día, porque ¿quién coño quiere abrazar la verdad teniendo una historia increíble a la que aferrarse? Buen ejemplo sería la mística que siempre ha rodeado a Kevin Shields y la grabación de “Loveless”, “la obra que lo colocó a los pies de la locura”, “el disco que llevó a Creation a la quiebra”. En el libro de Mike McGonigal publicado por la colección 33 1/3 sus protagonistas recordaban en primera persona una serie de sucesos que condicionaron aquella grabación: la enfermedad de Colm Ó Cíosóig motivó la ausencia de baterías acústicas; la situación de pobreza extrema de Shields le empujaba a vagar de estudio en estudio en busca de un lugar donde pasar la noche; la desintegración de su relación con Bilinda Butcher; la ruptura de Creation con su distribuidora que liquidó el crédito del sello,…

Alex: Esa historia cobra su sentido ahora porque han pasado veinte años desde que sucedió todo. No antes.

No estoy de acuerdo. Son detalles que condujeron la grabación en una dirección determinada y convirtieron el disco en lo que es.

A: (Bastante enfadado) La cuestión es que quieres conocer aspectos personales sobre los que no estamos dispuestos a hablar. Tal vez cuando hayan pasado veinte años hablaremos abiertamente sobre las condiciones en las que hicimos este disco. Hoy no. Quienes escribís sobre música estáis obsesionados con este tipo de historias. Últimamente es muy común escribir la “historia oculta” sobre tal disco: “Mi padre ha muerto. Voy a hacer un disco al respecto”. O “…en las canciones late el descubrimiento de la homosexualidad”.
V: “Me fui a escribirlo en una cabaña perdida en el bosque…”.

A: Y nada de esa mierda tiene que ver con hacer un disco. Esto no va así.

Mi pregunta es abierta: ¿de dónde viene “Bloom”? Desconozco si tu padre ha muerto o habéis pasado tiempo en la montaña. Sólo os pido que me ayudéis a encontrar unas claves con las que acercarme a estas diez canciones que sean algo más que mis vagas impresiones personales.

V: Bueno, eso es lo que hemos hecho. Hemos intentado explicarte… cómo nos sentimos. Y lo que es importante para nosotros como personas y como artistas a la hora de grabar el disco.

A: Creo que hay algo que nos diferencia de otras bandas y es que odiamos hacer promoción y odiamos hablar de nosotros mismos. Somos tipos aburridos, y como tal hablar de nosotros también lo es. La música es lo único interesante. Para mí esta conversación debería de girar sobre cómo se componen las canciones.


Bien, en ese caso, vamos... explicadme eso que decís en la nota de prensa, que para vosotros éste es vuestro particular “Pet Sounds”.

A: (Cara de fastidio) No, no…

V: Es un malentendido.

A: Tenemos ese disco en un altar y no pretendíamos compararlo con “Bloom”. Si acaso lo que queríamos era señalar que, al igual que sucede con “Pet Sounds”, éste es un disco que sólo tiene sentido desde el principio hasta el final. Y eso es algo que ya nadie hace.

TE AMO… YO A TI NO
Y así la conversación deriva, ya tocada de muerte, hacia la razón de ser de las entrevistas promocionales.

A: Yo no sé ni en qué ciudad estoy ahora mismo, te lo digo de verdad, y empiezo a odiarme cuando hablo. En el futuro deberían inventar un conector USB instalado en el cuello para que el periodista descargara nuestras palabras.

V: A mí el trabajo de periodista musical, hablar sobre música, me parece complicadísimo. No sé si eres consciente de tu responsabilidad, con tanta gente pendiente de tu opinión. Por eso esas personas que llevan diez años trabajando en un medio y se presentan como… “Hola, soy la voz de este movimiento. Lo sé todo sobre todo”. No, perdona, ¡tú no tienes ni idea de nada!

Bueno, tengo que decirte que esa eterna confrontación entre músicos y periodistas no termino de comprenderla, la verdad…

V: No, no, nosotros nunca hemos tenido un enfrentamiento.

A: Pero entiende que responder preguntas es la parte más dura.

V: Nuestro problema es que en el pasado hablamos demasiado: (pone voz de Pato Donald) “¡Sexo! ¡Fiesta!”. Y por el camino nos hemos dado cuenta de que es necesario un poco de misterio, un poco de “smoke & mirrors”. La gente no va al teatro para conocer el día horrible que ha tenido el actor, sino para asistir a una obra que gira sobre un psicodélico día en el trabajo en que las mesas estallan y todos gritan. Eso lo aprendí cuando hacía teatro: actuamos para llegar a algún sitio. Yo quiero ir algún sitio. Todo el tiempo. Así soy yo.

Más info aquí y en la web de San Miguel Primavera Sound

Un comentario
  1. Sergiopolar 27 marzo, 2015

    Menudo genio!!! Pero vamos, es normal, cuantas entrevistas harán al cabo de la gira presentación?? Seguro que demasiadas.

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