“Esto puede ser un antídoto contra toda la mierda que se nos viene encima”
EntrevistasPond

“Esto puede ser un antídoto contra toda la mierda que se nos viene encima”

Carlos Pérez de Ziriza — 08-08-2024
Fotografía — Archivo

La psicodelia pop de los australianos Pond cobra una nueva dimensión en "Stung!" (Spinning Top/Popstock!, 2024), su décimo álbum, que se cuenta entre lo más diverso, excitante y exuberante de toda su carrera.

Nick Allbrook me atiende por la pantalla del PC desde Perth, para charlar sobre este disco, en el que también han participado – como es lógico – sus compañeros Jay Watson, Shiny Joe Ryan, Jamie Terry y James Ireland.

Habéis publicado un disco inusualmente largo, catorce canciones en 54 minutos, remando contra la corriente principal.
Buena observación, seguro. Supongo que ni siquiera nos hemos puesto a pensarlo. Mola trabajar el formato álbum, supone toda una reconfiguración de por qué te dedicas a hacer arte. Supongo que si escribes un libro y alguien te dice que deseches capítulos o páginas, debe ser duro hacerlo. Creo que al final a la gente se la pela. Mac DeMarco sacó un disco de casi mil canciones sin títulos, una mierda de esas. Es difícil saber qué hacer. Yo sigo escuchando álbumes completos, personalmente. Y me gusta.

También es posible, yo empiezo a pensarlo, que mucha gente escuche álbumes completos pero de un modo aleatorio, no en el orden original de las canciones.
Seguramente. Y luego se quedan con las dos o tres canciones que realmente les emocionan, y las incluyen en una playlist. Igual cogen las más enérgicas solo para hacer ejercicio. Que está guay, de verdad. Una vez las canciones son públicas, están fuera de tus manos. Es fácil ponerse gruñón acerca del modo en que la gente consume arte.

"Siempre estamos escuchando música nueva y tomando cosas"

¿Crees que este es uno de vuestros discos más eclécticos, dentro de una secuencia que ya lo es?
Sí, creo que hemos seguido nuestros instintos más incluso que en otros discos, dejándonos llevar por lo que nos emociona y nos mueve. Y eso ha acabado llevándonos a material muy diverso, sin duda (risas).

Me ha hecho gracia que, leyendo la hoja promo del disco, se le compara por su duración con el Sign O’ The Times (1987) de Prince, y eso me ha recordado cuando entrevisté a tu compañero, Jay Watson, hace diez años, y me decía que erais incapaces de hacer un álbum musicalmente del estilo de Prince o Michael Jackson, por vuestra tendencia a torcer y complejizar las canciones cuando se ponen muy poppies.
Cuando haces algo que suena como un banger de libro, muy limpio… no es exactamente lo que nos gusta. En otro sentido sí, porque yo escucho mucho a Michael Jackson y a Prince, que es uno de mis artistas favoritos, pero también tienen canciones muy marcianas. Y el "Sign O’ The Times" (1987) forma parte de ese canon de álbumes que son como una explosión, de esos en los que el artista alcanza su pico creativo. Como el "White Album" (1968), "Exile On Main Street" (1972) o "Speakerboxxx/The Love Below" (2003). Siempre me han gustado los álbumes con esas variaciones en su sonido.

¿Por qué crees que Kevin Parker (Tame Impala), a quien conoces muy bien, es tan popular, en comparación con vosotros y otras bandas australianas del mismo palo?
Tiene talento, obviamente, pero también honestidad y un encanto especial. Es curioso, porque justo estaba hablando sobre esto con mi padre, el día de su cumpleaños. Y llegábamos a la conclusión de que lo que hace al arte necesario, en general, es que no es un lenguaje codificado. No puedes descifrar qué es lo que hace que una cierta pieza de arte te emocione. Es algo invisible, y es asombroso. Es una combinación de talento, trabajo duro y cualquiera que sea el otro factor que se nos escapa.

Habéis grabado en Dunsborough, una localidad muy surfera, en la costa suroeste de Australia. Me imagino el lugar. ¿Cómo ha influido?
No diría que marcó el tono de las canciones. Es un lugar jodidamente divertido, eso sí. Nos los pasamos muy bien. Muchas de las canciones ya estaban perfiladas antes de ir al estudio, aunque sí que escribimos algunas ahí. Fue fantástico bloquearnos dos semanas para estar juntos, abstraernos de nuestra vidas, trabajos e hijos y pasar allí ese tiempo junto al océano. Correr, nadar y grabar. Esa era nuestra rutina.

"Es un poco desventajoso vivir en Australia"

¿Es fácil mantener el equilibro entre quienes componéis las canciones, como una especie de democracia?
Es más fácil ahora, incluso. Todo el mundo ha aceptado su lugar en la banda. Creo que con el tiempo aprendes a no tratar de parecer inteligente o bueno en lo tuyo, todo es más fácil ahora cuando nos sugerimos cosas. Igual antes nos dolía esa honestidad, y nos poníamos gruñones.

¿Hay algún sonido nuevo que os haya inspirado o sois de esos grupos que viven en su propia burbuja?
Siempre estamos escuchando música nueva y tomando cosas. A lo largo de la fase de elaboración de un álbum, cambia. Nos atrapó mucho Adrianne Lenker durante un tiempo. Me encantó su último disco. Y luego por un tiempo me enganché a The Clash. Gum (Jay Watson) se enganchó a cosas de jazz espiritual. Y todas estas cosas nos llevan a direcciones distintas. También empecé a leer libros, libros sobre personas, más que sobre cosas más amplias de la sociedad, y creo que eso me incitó a escribir más acerca de las relaciones entre la gente, algo que me pareció más interesante que hacerlo sobre asuntos sociales globales.

Más interesante y quizás más gratificante, tal y como está el mundo, ¿no?
Sí, aunque el estado del mundo, en conjunto, y toda la mierda que está ocurriendo en él, no deja de ser siempre la máxima influencia, aunque no se note en primera instancia.

Independientemente de las letras, ¿dirías que vuestra música es un antídoto escapista?
Suena bien, me gusta esa visión. Yo también la uso así. Es una forma de ponerte contento y conectado, la música es algo muy honesto e inmediato, y en cierto modo es un antídoto, como dices, contra la mierda que se nos viene encima.

¿Os sentís algo desarragaidos por el hecho de ser australianos y tener que girar a tantos kilómetros de vuestro país?
No, yo me siento muy australiano, y el ir a otros lugares es una experiencia bonita, pero no me siento dividido entre Perth y Los Ángeles, como les pasa a otros. Vivo todo el año en Perth. Nuestro material tiene proyección en Norteamérica y en Europa, tenemos también un montón de fans estupendos en Latinoamérica, pero sí que es verdad que es una putada que nos resulte tan caro salir de gira. En Europa tienes muchísimas ciudades en cada país, que te apetece visitar, y Australia es completamente distinto. Y Norteamérica también es enorme y con mil lugares que visitar. A veces nos imaginamos cómo debe ser formar una banda allí. Y como hacían Tom Petty o Willie Nelson, cruzándose todo el país, y ganando su buen dinero. Es un poco desventajoso vivir en Australia, pero si algunos equipos de fútbol del oeste de Australia se las apañan para viajar, nosotros también podemos.

 

Lo siento, debes estar para publicar un comentario.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.