“Tenemos una relación instintiva y emocional con lo que hacemos: eso es Placebo”
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“Tenemos una relación instintiva y emocional con lo que hacemos: eso es Placebo”

Raúl Julián — 01-04-2022
Fotografía — Archivo

Never Let Me Go (So Recordings, 22), octavo álbum de estudio de Brian Molko y Stefan Olsdal, pone fin a más de siete años de largo silencio. Contactamos con este último para desgranar los entresijos de un disco que no es sino aquel que todos los seguidores de Placebo ansiaban recibir: uno notable e impregnado con la más pura esencia de la banda.

Placebo estarán actuando en Madrid (6 julio, Mad Cool) y Bilbao (7 julio, Bilbao BBK).

Creo que “Never Let Me Go” (So Recordings, 22) contiene la absoluta impronta de Placebo: quizás sea el disco con un sonido más clásico y reconocible de Placebo en mucho tiempo ¿Buscabais reencontraros con ese tipo de sonido tradicional dentro del grupo? ¿Qué aspecto queríais que tuviera el álbum? 
A lo mejor es inevitable que un disco de un Placebo suene a algo que no sea Placebo, pero en realidad intentamos enfocarlo desde una óptica distinta. En varios sentidos. Por ejemplo, por primera vez en nuestra carrera empezamos el disco sin batería. Solo éramos Brian (Molko) y yo en mi estudio. En lugar de ver eso como un obstáculo, nos dimos cuenta de que teníamos más libertad a la hora de buscar nuevos terrenos. Empezamos el disco pensando que haríamos todo con una drum machine. Al final no fue así, pero fue como comenzamos. También empezamos el disco haciendo el proceso al revés. Quiero decir que, cuando hacemos un disco, lo último que decidimos normalmente es la portada, el título del disco, los títulos de las canciones… pero esta vez empezamos con eso. Así que el proceso ha incluido varias cosas diferentes con respecto a cómo las habíamos hecho antes. Creo que lo hicimos así por nosotros, para evitar sentir que estábamos haciendo lo mismo que antes. Pero tú, por ejemplo, dices que el resultado suena mucho a Placebo. Y claro, creo que al final es inevitable porque somos Brian y yo, y esa es la banda y el sonido. Somos los dos músicos y los dos compositores del proyecto, y a fin de cuentas tenemos una relación instintiva y emocional con lo que estamos haciendo: eso es Placebo.

“Cuando me miro en el espejo no veo a una estrella de rock”

En cualquier caso, el sonido del disco es magnífico: la voz de Brian Molko suena penetrante y elegante; y la instrumentación es impecable: oscura, pero a la vez insinuante y sugestiva ¿Cómo llegasteis a conseguir esa apariencia que cubre todo el disco? ¿Cómo fue el proceso de grabación de ‘Never Let Me Go’ y cómo habéis trabajado, a nivel sonoro, en este disco?
Quisimos contar con alguien que nos ayudase en el estudio. Cuando tuvimos todas las canciones llamamos a nuestro productor Adam Noble, que también produjo el que hasta ahora era nuestro último disco, ‘Loud Like Love’ (Virgin, 13), así como un par de temas entre estos dos discos. Ese sonido que tú dices que tiene el disco tiene mucho que ver con Adam, con cómo nos ha mezclado, el sonido de la voz… Ahí tenemos una relación que para nosotros funciona muy bien. Es una colaboración que nos ayuda bastante a sacar lo que queremos de cada canción. En este disco Brian y yo quisimos hacer algo con muchas capas, y hay algo parecido a una relación de amor con los teclados… hay muchísimos. Un buen ejemplo es el primer single que sacamos, “Beautiful James”, que está protagonizado por una melodía de un sinte y eso por ejemplo nunca lo habíamos hecho antes. Hay sintes de todas las épocas y yo creo que eso, en paralelo con el hecho de que seamos una banda de rock, propicia el sonido del disco. Al final no solo usamos una drum machine en el disco, sino que también hay batería acústica y también somos una banda de guitarras y hay muchísimas guitarras en el disco. Aun así, a lo mejor ni siquiera es nuestro disco con más capas.

‘Never Let Me Go’ cabe entenderse como un disco realista y acorde con ese momento algo angustioso e incierto que estamos viviendo, pero que a la vez deja entrever luz y ánima a seguir adelante ¿Dirías que este nuevo trabajo es un disco optimista o pesimista?
Uffff (Risas)... Hummm… eso depende del día (Risas). Cada día me parece más difícil ser optimista, la verdad. Claro, por supuesto que el disco incluye, de fondo, todo eso que está pasando a nuestro alrededor. Y como personas tampoco somos jovencitos. Ya no tenemos veinte años y no pensamos que todo lo que hacemos sea lo mejor del mundo, ni pensamos que nunca moriremos. No estamos en esa etapa. Yo creo que los temas un poco más difíciles, los complicados y oscuros, siempre han sido una cara de Placebo. Y en este disco sigue habiendo muchos de esos temas. Pero al mismo tiempo nunca hemos buscado ser una banda que haya querido decirle al que escucha lo que tiene que sentir o lo que tiene que pensar. Hasta ahora me he encontrado a mucha gente que ha cogido partes de letras y les han dado energía positiva y optimismo. Así que, aunque hay oscuridad, siempre tenemos que seguir adelante. Y pienso que es lo que estamos haciendo en Placebo: después de todo este periodo de tiempo, seguimos adelante.

De manera un poco más concreta ¿Qué os ha inspirado a la hora de componer las nuevas canciones? ¿Ha influido la pandemia en la creación de este nuevo álbum?
Bueno, a mí la pandemia me ha servido dándome tiempo extra para entrar de verdad y a fondo en la identidad de cada canción. Tuvimos más tiempo, yo por ejemplo aquí en mi estudio y Brian por su lado con las letras, y hemos podido cumplir con un disco con el que estar más satisfechos. Eso no quiere decir que sea un disco perfecto, porque las canciones nunca parar de desarrollarse y tienen vida propia. Pero precisamente nos dimos cuenta de que la perfección no era un objetivo a alcanzar (Risas). A veces las imperfecciones quedan concretadas en pequeños sonidos o afinaciones que no son prefectas… y optas por dejar esos detalles para que la música pueda respirar más. Creo que con todo ese tiempo extra que hemos tenido, hemos podido cumplir más con todo.

Mencionabas antes “Beautiful James”, que fue el primer adelanto del disco, y tras él llegó “Surrended By Spies” como segundo sencillo ¿Es una canción sobre cómo la tecnología sirve para espiarnos? ¿Debería ser la tecnología un motivo de preocupación para la humanidad?
Es interesante la diferencia entre los sonidos y conceptos de “Beautiful James” y “Surrended By Spies”, siendo que ambos tienen la identidad de Placebo. Y por supuesto que la tecnología nos influye muchísimo. A veces creo que estamos viviendo dentro de esa revolución tecnológica que está estallando, esa que está desarrollando la tecnología a tal velocidad que, objetivamente, el ser humano no puede darse cuenta de lo que está pasando. Todo esto que está sucediendo ¿es algo bueno o malo? ¿o es una mezcla? Hay muchas cosas buenas y otras malas, y eso también depende del día. Pero es un mundo muy diferente al mundo que existía cuando empezamos con la banda, y muchas veces me digo que vivo en una ciudad como Londres, que tiene el sistema de seguridad casi más completo que existe, pero yo tengo la suerte de vivir en una calle que no tiene cámaras… ¡y me siento mejor en mi calle! (Risas) ¿Quién está ganado con todo esto y por qué motivo? Debemos pensar en el precio que conlleva la forma en la que la tecnología ha entrado en nuestras vidas.

“Con la pandemia hemos podido encajar Placebo alrededor de nuestras vidas y no al revés”

En el disco también hay bastantes sonidos industriales, como por ejemplo en “Forever Chemicals”, el tema que abre el disco ¿Qué efecto queríais conseguir?
Al mencionar esa canción has hecho que me acuerde de fallos en el proceso (Risas). Porque muchas veces las cosas no funcionan como tienen que funcionar. Enciendes un aparato y no suena como antes, y a veces no sabes por qué. O no tienes el login, o cosas así. En ese tema el sonido que abre la canción era al principio una drum machine, pero de alguna manera se cambió al sonido de un arpa y eso nos llamó mucho la atención y nos pareció que era un sonido mucho más interesante. Entonces lo pusimos en una máquina de distorsión (ya sabes que muchas veces el sonido industrial viene de la distorsión, de una señal demasiado caliente y saturada), porque siempre nos ha gustado mucho ese tipo de sonido y nuestras guitarras muchas veces están distorsionadas. De este modo, esa harpa nos pareció la manera perfecta con la que empezar el disco. También nos gusta, hablando de equipamiento, juntar cosas que en principio no deberían estar conectadas (Risas). Por ejemplo, una pedalera que va a una guitarra, pero que, en lugar de ponerlo todo en el orden correcto lo ponemos al revés. O enchufar un teclado directamente al altavoz. Ese tipo de experimentación siempre nos ha gustado. Creo que desde el tercer disco empezamos a usar más el estudio como parte del proceso de creación de un álbum.

La última vez que te entrevisté con Placebo fue en 2016, y entonces definiste a Brian Molko como “una gran bola de fuego que a veces quema mucho y a veces se apaga” ¿Cómo está ahora Brian? ¿Cómo se mantiene la relación profesional y personal con alguien durante tantos años para que siga existiendo esa complicidad y esa creatividad entre ambos?
Hummmm... Bueno, él ha dicho en una entrevista que hicimos hace poco que lo que tenemos es un matrimonio, pero sin el sexo.

Puede parecer que canta mejor que nunca y esa nueva imagen suya es impactante, casi como de renacido.
A mí desde el principio, cuando escuché unas maquetas que hizo cuando él tenía dieciséis años, me impactó. Ya en ese mismo momento. Y claro que ha cambiado, a lo mejor no llega tan alto como antes, pero su voz la maneja muy bien, la verdad (Risas).

“Este disco es un renacimiento”

En 2017 hicisteis una gira con motivo del vigésimo aniversario de la banda, que se anunció como la última ocasión para escuchar en directo muchos de las viejas canciones ¿Hay temas clásicos que no volverán a sonar en los conciertos de Placebo? ¿Os llegasteis a cansar de tocar algunas canciones en directo?
Sí, yo creo que llegamos a un punto en el que estábamos un poco desilusionados. Era buena idea celebrar el veinte aniversario, pero lo que pasó es que llegó el veintitrés aniversario y todavía seguíamos de gira (Risas). Y eso ha hecho que sintamos una relación bastante desconectada con nuestros temas anteriores. Siempre es difícil sacar un setlist que funcione para nosotros. Y tiene que funcionar primero para nosotros, porque si no, no va a salir bien ¿Sabes? Si no funciona para nosotros, tampoco va a salir bien para el público. Y en aquel momento, hace cinco años o así, yo pensaba que no podía salir de gira sin un disco nuevo. Pero aquí estamos ahora, con un nuevo disco y creo que también va a ser una oportunidad para reevaluar la relación con los discos anteriores. Y a lo mejor con ese nuevo disco también tocaremos temas que no hemos tocado en mucho tiempo, no lo sé. Es un poco como decías tú antes: un renacimiento, un reinicio.

El caso es que Placebo ha quedado como una de las formaciones icónicas de los noventa ¿Cómo te sientes sabiendo eso?
No lo pienso, la verdad. Yo me levanto con todas las mismas inseguridades que tenía con veinte años… ¡todavía! (Risas). Así es. Ahora incluso creo que un poco más, después de tanto tiempo sin salir. Yo pienso demasiado, me preocupo demasiado y cuando me miro en el espejo, no veo una estrella de rock. Hay una expresión que he escuchado hace poco de un actor americano, John Cameron Mitchell, y es disaster bating y decía que a él le pasa mucho. Quiere decir que te inventas catástrofes y desastres en tu cabeza. Yo creo que, con este periodo de pandemia, hemos tenido la oportunidad de encajar Placebo alrededor de nuestras vidas, en lugar de encajar una vida alrededor de Placebo. Hemos podido reevaluar un poco lo que ahora significa estar en una banda. Pero todavía me miro en el espejo y no veo a alguien como tú has dicho.

Lo que está claro es que la industria musical ha cambiado muchísimo desde vuestros comienzos hasta la actualidad ¿Dirías que se ha perdido un poco el romanticismo? ¿Qué escenario crees que era más favorable para los grupos, aquel en el que comenzó Placebo o el actual?
Yo creo que es más difícil ahora. Estar ahora en una banda implica que tengas que dedicar mucho más tiempo a hacer otras cosas, como marketing, redes sociales y cosas así. O crear contenidos al margen de la música, porque hay que luchar tanto para llamar la atención sobre lo que estas haciendo... Tienes que dedicar mucho tiempo. O eso o intentar conseguir otras maneras de ganarte la vida. Yo lo veo mucho más difícil ahora que antes, la verdad.

De momento no hay conciertos de Placebo anunciados en España más allá de las fechas de algún festival ¿Habrá gira propia fuera del circuito de festivales?
Sí, yo creo que no hace falta ni decirlo, porque siempre hemos tenido una relación fantástica con España, y yo personalmente también. Así que no hay que preocuparse (Risas). Lo de este verano será solo el comienzo de la gira.

Se nos acaba el tiempo, así que ya para terminar ¿Cómo dirías que ha cambiado el directo de Placebo?
Bueno, pues vamos a ver ¿no? (Risas). Ya estamos al principio de los ensayos y todavía tenemos la misma banda de directo, que son unos músicos fantásticos y muy buenas personas. Así que tenemos la base y desde ahí vamos a desarrollarlo. Pero todavía estamos empezando, así que de momento no puedo darte más detalles.

 

Raúl Julián

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