“Si ayudamos a alguien con todo esto, increíble"
EntrevistasPipiolas

“Si ayudamos a alguien con todo esto, increíble"

Mara Gómez — 02-01-2024
Fotografía — Archivo

Hay discos que suenan a amigas que deciden lanzarse a hacer un disco. Lo de las Pipiolas es justo eso. Dos compañeras de clase que, en vez de pintar un cuadro, se pusieron a “monetizar el drama haciendo música”. “No hay un Dios” (Elefant Records, 23) no podría haber nacido de la nada.

Con su primer disco recién salido del horno y una electricidad que me hizo maldecir los escasos cuarenta y cinco minutos gratuitos de Zoom, Adri y Paula me explican cómo acaba el álbum de unas veinteañeras sonando a ochenterismo fusionado con house, rave, pop e incluso chispazos de poesía. “En la casa de Adri se ha escuchado siempre música del siglo XXVII (…) y mucho rock de la movida madrileña en la mía”. La mezcla es rara, me admiten. No tienen que jurarlo. Si a estas influencias les sumamos su talento y ansia por innovar, comenzamos a entender el sonido del elepé. “Como era el primer disco, decidimos jugar y estar en un proceso de búsqueda, pero que al mismo tiempo tuviera un sentido”. Actrices de formación, explican, no tienen estudios musicales profesionales. “Yo tengo un poco el síndrome del impostor de ‘no soy músico realmente’”, confiesa Paula. Algo que, lejos de convertirse en un obstáculo, les ha servido para liberarse y arriesgar con el mejunje de géneros. “Los propios músicos muchas veces nos dicen que somos más atrevidas a la hora de componer”. El “hazlo y ya probamos” va por delante de la perfección matemática en sus temas. Pistas que, como ese camino de baldosas amarillas que termina en el enigmático dragón de la portada, nos guían hacia la conclusión del álbum (que –spoiler– es precisamente su propio título). “[No hay un Dios] es una condensación de todo ese viaje en nuestras vidas y en el transcurso de la composición del disco. Al final tenemos como objetivo siempre buscar un amor, y pensamos… ¡es que esto que hemos vivido, la composición del disco, ha sido un amor precioso!”. Cuentan entre risas que ellas, de hecho, son como un matrimonio: “solo que no nos acostamos, ¿eh?”. Espera: baldosas amarillas, dragón… ¿Es esto un crossover entre “La Historia Interminable” y “El Mago de Oz”? “Estás toda la película esperando algo (…). Yo recuerdo llorar cuando se descubre que no el mago no existe. Resume perfectamente de lo que habla el disco”, cuenta Paula. Para Adri, son sus dos películas de culto. “A mí ‘La Historia Interminable’ me petó la cabeza. Cuando a la gente se le muere la imaginación, se acaba la fantasía que existe en el mundo”. Según ella, no es tan loco que de repente cruces tu ciudad montado en un dragón blanco… Definitivamente el espíritu de niña lo tienen, y eso las hace auténticas.

“Hemos tenido una suerte increíble de entrar en esta industria tan peligrosa bien acompañadas”

“No soy un XoXo” o “San Peter” son otro claro ejemplo de su fuerza y un “espacio seguro” para las nuevas generaciones. “Si ayudamos a alguien con todo esto, increíble (…) Pero lo interesante es mostrar que tú también estás en un proceso constante: es una conversación”. Aun así, no se consideran referentes. “Es triste que la música o la literatura de mujeres se vea como de mujeres cuando nosotras también leemos y escuchamos a hombres. Debería de no verse tanto como un referente, sino normalizarlo. Que se hable de ello independientemente del género”.

Temas como la autoestima, las relaciones sanas y el empoderamiento femenino se suceden entre beat y beat. “Falta mucho más de visibilidad en esto, porque, desde luego, a mí me hubiera ayudado”. Llegamos a la conclusión de que “es música hecha por amigas para amigas”, lo cual supone un muy buen resumen del concepto. Y como cuantas más, mejor, unir fuerzas con el grupo por excelencia del rock español actual fue lo natural para el disco: la noche madrileña quiso unir a Ginebras con Pipiolas en un karaoke e inmediatamente conectaron. “Han sido las únicas personas a quien hemos pedido consejo, ¡y casi no nos lo han querido dar!”. ¿Cuál? Que hicieran e hicieran e hicieran música sin parar. “Después de eso pues ya fue beber ginebra y estar de puta madre en el karaoke [risas]”. Y el cóctel funcionó. “Todas las horas” se convirtió en un hit instantáneo. “Hemos tenido una suerte increíble de entrar en esta industria tan peligrosa tan bien acompañadas, con Elefant Records con nosotras como padres y Ginebras como hermanas mayores”.

El trayecto hacia su dragón blanco se hará realidad en la Sala Paqui de Madrid, donde presentarán el álbum como parte del Inverfest. “Partiendo de la base del 9 de febrero, que vamos a montar una buena… luego iremos viendo, pero nuestra intención siempre es ir al directo”. No hay un Dios, eso nos ha quedado claro, pero hay Pipiolas para rato.

“No hay un Dios” comienza con “Preludio”; donde las Pipiolas escogen el animal, color y forma de agua que serían, así que en Mondo hemos decidido terminar con nuestro propio Postludio:

Si fuerais una película, ¿cuál sería?
(Adri) “Trabajo de amor perdido” de Shakespeare.
(Paula) “¡Mamma Mía!”. Intensidad musical, playa, drama y amigas.

¿Un género musical?
(Adri) Algún género de techno: que no haga falta letras para transmitir una sensación.
(Paula) El pop rock español de la movida madrileña.

¿Una canción?
(Adri) “Dancing Queen” de Abba.
(Paula) “Bohemian Rhapsody” de Queen.

¿Un dibujo animado?
(Adri) Algo gamberro de “Hora de aventuras”.
(Paula) El dibujo de Lizzie McGuire.

¿Una calle de Madrid?
(Adri) La calle Príncipe. Tiene las dos cosas que me gustan: el teatro y el vino.
(Paula) ¡San Vicente Ferrer ya te digo yo que no! [risas]. Un callejón muy aislado por el que no pase nadie. Sin olor a pis.

¿Un disco?
(Adri y Paula) ¡“No hay un Dios”, claro!

 

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