"Es muy difícil escribir cuando estás bien o contento"
EntrevistasPipiolas

"Es muy difícil escribir cuando estás bien o contento"

Álvaro Tejada — 16-10-2022
Fotografía — Pablo Gil García

Hace poco más de un año de aquel audio en el que Paula le propuso a Adriana formar una banda. Dos jóvenes actrices de formación, unidas por la ilusión de querer subirse a un escenario a cantar sus vivencias y sentimientos.

Cuatro canciones después y, con el apoyo de la familia de Elefant Records, Pipiolas presentan su primer EP bajo el título ‘El verano que me debes’. Trabajo redondo y cuidado de un nuevo pop que no tiene reparo en admitir sus infinitas influencias y con el que se acercan a una generación muy preocupada por la salud mental y los vínculos sociales entre personas, sean románticos o no.

Hablamos con ellas sobre su nuevo proyecto en un momento muy prometedor para su carrera artística como dúo.

Antes de entrar en materia con vuestro EP y proyecto artístico, me gustaría saber: ¿Qué suelen escuchar Paula y Adriana en Spotify?
Paula: Pues aquí tendríamos que responder por separado porque tenemos gustos súper diferentes. Ahora estoy escuchando mucho a Alvvays.
Adriana: Yo soy súper comercial, anoche me dio por ‘MOTOMAMI’. Para que te hagas una idea, la primera vez que nos juntamos para trabajar juntas, ella salía de la ducha escuchando a Amaia y yo a Bad Bunny. O sea, cada una de su padre y de su madre.
P: Al principio decíamos: “¿Qué va a salir de todo esto?”. Pero luego te das cuenta de que es hasta positivo que seamos tan diferentes en ese aspecto.
A: Claro. A mí me gusta también el techno, y eso ha hecho que ella se empezara a meter en ese mundo y lo usara por ejemplo en alguna instrumentación…

Pregunto esto porque en la nota de prensa de Elefant hay una mezcla de nombres como influencias de este disco que me ha parecido muy interesante: desde M83 hasta Saint Etienne, Mecano, Cecilia, La Bien Querida… ¿Habéis buscado ese sonido como resultado natural de escuchar a esos grupos o ha sido involuntario y casual?
A: Ahí entra más Paula, porque es la composer. Pero yo creo que obviamente influye mucho lo que escuchamos.
P: Sí, aunque solemos decir que nos consideramos bastante analfabetas musicalmente hablando (risas). Sobre todo cuando tienes una conversación hoy en día con alguien que sabe mucho de música, a veces me da vergüenza abrir la boca. Prefiero escuchar que aportar algo. En cuanto a nuestra música, siempre intento mantener de dónde venimos, lo que ha funcionado y lo que es el concepto de Pipiolas.

"Estamos tratando a las personas como objetos en vez de sujetos y estamos dejando cadáveres emocionales por el camino"

Y centrándonos en el sonido del EP, por supuesto que lo que escuchamos tiene que ver. La originalidad no existe. Todo está interconectado. No íbamos buscando sonar como M83 pero obviamente sus sonidos los tengo ahí marcados. Sin querer. Puedes rescatar cosas del pasado y hacerlas tuyas, pero eso de crear un nuevo paradigma…
A: Nosotras no vamos de nada. Nos vamos encontrando poco a poco a muchas bandas emergentes que, sin connotación negativa, se parecen mucho. Así que quizás esta analfabetada que nos hemos inventado hace para bien también.

¿Os han comparado ya con las nuevas Ella Baila Sola? No hay mucho dúo femenino en la industria actual.
P: ¡No! Pero me encantaría. O con Sonia y Selena (risas).
A: Es verdad que no hay mucho ahora pero es algo bastante antiguo. Es como nuestro nombre; es guay ahora pero le preguntas a una persona de 40 o 50 años y te dirá: “¡¿Pipiolas?!”. La otra opción era llamarnos Las Twins (risas).

En este EP sobre todo hay bedroom pop, pero también encuentras house pop, punk pop, tecno pop… Está claro que está surgiendo una nueva ola en torno al pop más underground en este país, con propuestas como las de rusowsky, mariagrep, Judeline… ¿Sentís que formáis parte de ella?
P: Creemos que se está redefiniendo bastante la palabra ‘pop’. Las estructuras de las canciones pop ya no son las típicas de verso, estribillo, verso… Y ahora viene una generación muy chula que está alejándose de eso y redefiniéndolo. Ya no es pop a secas.
A: Todo el pop que tenga un apellido significa que de momento no es mainstream porque no está definido del todo, y eso es guay. De momento quizá no suene en la radio, pero porque la gente no está acostumbrada aún a escucharlo.
P: El pop nos encanta, puedes jugar muchísimo porque tiene infinidad de aristas. En nuestra música no somos nada lineales, somos bastante inesperadas. A mucha honra que nos denominen pop.

Me da la sensación de que, a nivel letra o composición, cala bastante hondo en las generaciones actuales el hablar de temáticas costumbristas o cotidianas. Lo hemos visto en las canciones de Rigoberta Bandini o de Casero, por ejemplo, y en temas como ‘Domingo Raro’, una de las canciones de vuestro EP. ¿Os inspiráis de lo que vivís?
A: 100%. En cosas que vivimos las dos y nuestras amigas.
P: Además, yo sostengo que es muy difícil escribir cuando estás bien o contento. Cuando escribes estando mal es porque tienes una necesidad de expresarte. Pero cuando estás bien, estás viviendo el presente.
A: De hecho, en ‘Domingo raro’ se comparte una experiencia entre las tres, más o menos a la par.

Esa canción es precisamente vuestra única colaboración en este EP. Contadme un poco cómo surge que la actriz Begoña Vargas colabore con vosotras.
P: Nos lo pidió ella. Nos dijo que le encantaba Pipiolas y que le hacía mucha ilusión. Canta muy bonito y además quiso escribir su verso.
A: Sí, ella también está en el proceso de empezar y quería quitarse la espinita.

"Todo lo que es muy dramático, roza lo cómico, y viceversa. Son dos espejos de una misma realidad. Hay que ser muy serio para hacer comedia"

Me gusta en especial el título del EP, ‘El verano que me debes’. Hace referencia directa al tema ‘Narciso’, en el que, entre otras cosas, habláis sobre ansiedad, WhatsApp, terapia… ¿Os preocupan las dinámicas que existen en ciertas relaciones románticas de nuestra generación?
P: Nos encantan estas preguntas (risas). Podríamos estar aquí hablando sobre eso horas y horas. Es muy interesante. Creo que, como generación, hemos pasado de idealizar lo romántico y depender excesivamente a confundir el autocuidado con ser unos egoístas y narcisistas. Nos hemos ido al otro extremo con el tema de las relaciones líquidas de mierda.
A: Y eso nos ha llevado a no ser capaces no solo de comprometernos en una relación romántica sino también de mantener cualquier tipo de vínculo. Ahora todo da miedo.
P: También aún tenemos muy aprendido que las relaciones románticas están por encima de todo y que las demás no hay que cuidarlas o se dan por sentadas. Hace poco hablaba con mis padres y su generación tiene un concepto muy equivocado en el ámbito familiar sobre este amor crónico porque te han dado la vida. Y ellos tienen que hacer que yo les quiera también al igual que yo tengo que hacer que ellos me quieran a mí. Yo valoro mucho lo que tengo, y si lo voy a compartir no es regalarlo.
A: Desgraciadamente, en la sociedad en la que vivimos, y sobre todo los hombres heterosexuales, entienden que el esfuerzo que hay que hacer en una relación siempre va a suponer renunciar o perder libertades. Y es todo lo contrario: un compromiso es aumentar la capacidad que tienes tú de hacer algo. Porque, de alguna manera, te estás aliando con otra persona. A mí lo que me preocupa es lo que decía Paula: ¿Dónde acaba el autocuidado y dónde empieza el aprovecharme de la persona que tengo enfrente en nombre de ese autocuidado?
P: Estamos tratando a las personas como objetos en vez de sujetos y estamos dejando cadáveres emocionales por el camino.

Parece que cada vez se habla más sobre la salud mental, los autocuidados y demás, pero a mí al menos me parece que, por ejemplo, del mito del amor romántico aún no nos hemos deconstruido del todo.
P: Es que toda nuestra vida hemos bebido de ese amor romántico en las películas, los libros, las canciones… O sea, yo de pequeña era mega fan de “Tres Metros Sobre El Cielo”. ¡Mario Casas me jodió la vida! (risas). Y en la música pasa igual. Antes se tendía a hacer música para la otra persona, para llorarle. Y ahora la cosa está cambiando un poco. Nosotras, por ejemplo, también podemos pecar de ello pero ahora también nos hablamos a nosotras mismas en nuestras canciones. Y lo que transmites es distinto, me encanta ver que las chicas dicen: “Vamos juntas al concierto a cantar ‘Narciso’”. Porque es para ti, no para él.
A: Sí, también hemos entendido el amor romántico como lo han podido entender nuestros padres. Como un vínculo irrompible e inamovible que tiene que estar a pesar de todo lo malo. Pero eso también tiene la reacción opuesta y también nociva, que es de la que hablábamos antes: me alejo tanto del concepto de amor romántico que no soy capaz de crear un vínculo y de ver que también necesito depender de alguien de forma sana para sobrevivir en este mundo.

Pero a su vez también creo que, aunque seamos una generación que está un poco más jodida que otras por todo lo que hemos heredado de atrás, también somos los mejores en hacer humor de ello, ¿no? De ahí que vuestra bio sea algo así como “monetizando el trauma”.
A: Eso es. Yo siempre digo: “A mayor drama, mayor meme”.
P: Total, a mí el humor me ha salvado la vida. Es maravilloso.
A: Además, hay mucha gente moralista, sobre todo de generaciones mayores, que asocia que, con tanto meme y tal, no nos tomamos nada en serio. Y no es así. Todo lo que es muy dramático, roza lo cómico, y viceversa. Son dos espejos de una misma realidad. Hay que ser muy serio para hacer comedia.

También hay mucho humor ácido en ‘Club de los 27’, donde encontramos una crítica bastante grande a la modernez actual. Vosotras que vivís en Madrid, ¿veis que hay mucho moderneo superficial?
A: No nos escondemos de ser unas modernas, nos encanta. Pero desde otro lado al que se suele asociar. Y aquí en España son precisamente los otros modernos los que critican todo. Como aquel periodista que criticaba a Quevedo o al concierto de Rosalía. Hay que verlo todo desde el contexto actual y la generación a la que va dirigido.
P: A mí me da pánico cruzar la calle San Vicente Ferrer, en Malasaña (risas). Soy otra versión de mí misma cuando paso por ahí, voy a la defensiva porque voy a ser juzgada sea como sea. Por supuesto, en España nos encanta criticar. Para que se te respete como grupo tienes que ser un Carolina Durante. Y ahora a Cariño también se las empieza a considerar un referente, pero les ha costado mucho más. Hay una misoginia totalmente camuflada y a las mujeres se nos está mirando todo el rato con una lupa. Un tío sale al escenario con una guitarra y ya es lo más. Pero las Hinds hacen un videoclip en un banco y ya es: “¿De qué van?”.

Al hilo de eso, me fastidia tener que seguir haciendo estas preguntas pero me gusta creer que ayudan más que perjudican a quienes vienen detrás y necesitan cierto asesoramiento. Ahora que ya habéis dado a luz a vuestro primer proyecto como dúo íntegramente femenino, ¿qué consejo os hubiera gustado escuchar en ese aspecto cuando os planteabais lanzar música?
P: Me parece que no es tanto qué consejo me hubiera gustado escuchar sino qué consejo por parte de hombres me hubiera gustado no escuchar.
A: Cuando empiezas, todo está visto y analizado desde un prisma masculino. Si los tíos nos han dado consejos ha sido desde un lado paternalista.
P: Por ejemplo, un buen consejo que nos han dado ha sido por parte de las Ginebras, que son súper generosas y están ahora mismo en la cúspide. Me acuerdo que Sandra nos dijo: “Disfrutad y no paréis de hacer música”. Es lo único que necesitábamos escuchar.
A: Luego está el tema de que parece que ser una banda femenina en la música ahora es un factor diferencial positivo. Al principio, cuando naces como banda de mujeres, todos parece que quieren sumarse y colaborar. Pero luego, en el momento en el que la cosa se pone seria, no cuentan contigo y llaman antes a cuatro bandas de tíos que tienen canción y media. Por ahora no me he dado con ninguna situación en la que ser tía me haya dado una ventaja. Lo parece, pero no.
P: Sí, y me jode tener que estar agradecida con que todo nos esté yendo bien desde que empezamos. Porque a los tíos se les asegura esa suerte, haya esfuerzo o no detrás.

Por terminar hablando de temas más luminosos, ¿qué proyectos os esperan en el futuro más cercano, ahora que ha salido el EP?
A: En noviembre estaremos en Sevilla, dentro de la programación de Monkey Week. Chulísimo.
P: Pronto volveremos a tocar en Madrid, en otoño. Y a seguir componiendo, claro. Es chulo sentir que no nos quedamos sin ideas, porque esa fase me daba un miedo que te cagas. Pero la vida es muy inesperada y te da sorpresas. Si el EP habla de un verano que nos debían…
A: … el de este año nos ha traído muchos bizums (risas).

 

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