Piedras casi preciosas
EntrevistasAdam Green

Piedras casi preciosas

Albert Alcoz — 02-03-2005
Fotografía — Archivo

Los Moldy Peaches brillaron y desaparecieron fugazmente, dejando atrás una estela de actitud corrosiva y canciones encantadoras que, ya en solitario, Adam Green supo pulir con su segundo trabajo “Friends Of Mine” y esas composiciones sencillas, preciosas y entrañables. El más caótico y desenfrenado “Gemstones” (Rough Trade/Sinnamon, 05) es su continuación.

El nombre que se ha forjado Adam Green como crooner de aspecto desaliñado, musicalmente inocente pero líricamente transgresor, vuelve a presentarse en toda su plenitud, aunque con algunas variaciones, en su nuevo álbum. “Gemstones” se muestra inicialmente como una incertidumbre que, en posteriores escuchas, reafirma su calidad y creatividad. Un Adam Green dubitativo al principio, pero mucho más afable posteriormente comenta sus impresiones. “Las canciones de ´Gemstones´, en su mayoría son más rápidas, gracias al hecho de tocar con una banda consistente. El disco se ha escrito durante el último tour. Tener los mismos compañeros detrás durante todo un año y tocar con músicos tan capacitados me ha hecho entender y explorar un sentido del ritmo que antes ni me había planteado. ´Friends Of Mine´ fue grabado en el mismo sitio que ´Gemstones´ y con los mismos micrófonos. La razón por la que antes grabábamos en casa era porque no teníamos dinero para grabar en un estudio, y porque era la manera más fácil de sacar adelante esos sonidos. Pocos años después tuve la oportunidad de grabar un disco en condiciones, así que pregunté a los productores si podía ir a un estudio profesional y si podía alquilar orquestaciones. Me dijeron que sí, y lo hice”. Lo que resulta evidente tras una primera escucha es que el carácter pausado, dulzón y folkie de “Friends Of Mine” ha dejado paso a un creciente interés por el rock’n’roll, el blues y el country que se adivina fácilmente en unas nuevas composiciones que cambian de ritmo y de registro, que saltan de un estilo a otro hasta conformar una muestra variada de intereses musicales.

"Nunca tuve la intención de hacer música para cantar sólo a un grupo determinado de personas, como suele ocurrir con la música independiente"

Asiente el comentario sobre el protagonismo de las raíces de la música americana pero en absoluto el que remite a la ligera semejanza de las nuevas creaciones con la música de They Might Be Giants. “¿Cómo puedes llegar a pensarlo? Estás arruinando mi carrera. Por favor dime que no crees eso, que sonamos como They Might Be Giants”. Tal desconcierto quedará más tarde evidenciado en el directo posterior cuando, tras presentar cada uno de los componentes de la banda, afirme: “We are the fucking They Might Be Giants”. Anécdotas al margen, Adam Green nos indica unas preferencias musicales que, en parte, dan cuenta del sonido más elaborado de “Gemstones”. “No sé, me gusta el antiguo folk americano como Hank Williams, George Jones, música country, Jacques Brel, Scott Walker. Música que he ido escuchando desde mis inicios, quiero decir que con catorce años no estaba en absoluto sorprendido por el indie-rock excepto por unos pocos estandartes que estaban bien, pero no del todo. De hecho nunca tuve la intención de hacer música para cantar sólo a un grupo determinado de personas, como suele ocurrir con la música independiente. Escribo música para todo el mundo, intento que llegue a cualquier tipo de gente”. Sin lugar a dudas lo que prevalece en el nuevo disco es su potente voz y los matices que ha sabido definir con ella. “En realidad sí creo que canto como un crooner en muchas de las canciones, especialmente en las de mi nuevo álbum, donde canto de modo ligero casi cada canción. Muchos crooners hacen vibrar su voz al final de los versos, y eso me encanta”. Continúa resultando crucial el papel que asigna a las letras de las canciones. Una parodia sobre George Bush y la sustitución de la temática sexual por la temática amorosa, son motivo para prestar atención a unos versos a los que él resta valor. “No imprimo las canciones en el álbum porque no creo que se sustenten por ellas mismas, creo que realmente necesitan de la música para completarse. La mayoría de las veces no juego a concentrarme en un único aspecto para cada canción. Quizás sarcasmo sea un sentimiento recurrente, pero en una canción pongo cinco o seis sentimientos diferentes. Hilvano algo sarcástico, después algo romántico, luego pongo algo completamente surrealista, luego estúpido y luego algo furioso. Ya sabes, al final te quedas con los primeros versos de ´No Legs´ (“no existe un modo erróneo de follar a una chica sin piernas”), pero para mí esa letra no es importante, sólo es algo picante que añadir. El resto es de lo que trata el álbum, sobre el hecho de estar más animado que aburrido”. La posibilidad de retomar la carrera de Moldy Peaches es un hecho completamente desconocido a día de hoy, pero lo cierto es que la banda no ha dado por finalizada su insólita creación musical. “No hay planes para Moldy Peaches. Hicimos un concierto hace pocas semanas. Era un acto benéfico para una tienda de discos que se inundó y todo su producto quedó extraviado. Sólo fue eso, por lo demás, casi no he hablado con Kimya (Dawson) ya que está en Grecia trabajando en una película sobre las olimpiadas”. El proceso de composición que ha desarrollado en una y otra banda, y el resultado que ha conformado en cada una de ellas, son campos separados que evita contrastar. "Realmente no comparo Moldy Peaches con mi propia música. Muchas de las canciones que escribí en los Moldy las hice con Kimya, y habitualmente me sentía como el chico que no podía finalizar una canción, y entonces iba en busca de ayuda, y con Kymia las acabábamos juntos. Pero hace unos años empezó a gustarme ese tipo de decisiones en que determinas cómo empieza una canción y cómo acaba. Realmente disfruto haciendo lo que hago ahora”. Finalmente nos comenta su intención de venir a vivir a nuestro país pese a comentar dos veces durante la entrevista sus ganas de volver a casa durante una temporada. “Mi abuelo es de Barcelona. Se suponía que tenía que instalarme aquí el año pasado con mi amiga, pero al final no pudo ser porque he estado haciendo muchos conciertos. Me gustaría trasladarme a vivir aquí, aunque también es verdad que encuentro a faltar mi hogar”.

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