Una delicatesen del pop de autor que aspira a convertirse en una de las grandes revelaciones del año con “Watercolor” (Warner / December, 2016), su debut en largo un año después del EP “Be Free” (Autoeditado, 2015).
Quizás en el indie no se conozca mucho tu nombre, pero llevas años en la música, primero como cantante melódico y luego como compositor de música para televisión. ¿Cómo nace este proyecto?
El proyecto nace de una agrupación de ideas distorsionadas en mi cabeza con la necesidad de "desagruparlas" y ponerlas a sonar después de haber pasado por una época de desintoxicación de prejuicios acerca de lo que soy y lo que hago.
"Supongo que hasta este momento no tenía la madurez, ni conocimientos ni capacidad para tener un proyecto así".
El nombre invita a pensar que hay algo de conceptual en Pianet. ¿Es así?
Sí, realmente es un juego de palabras entre mi nombre de pila y el instrumento que predomina en casi todas las obras. La idea inicial era poder sentarme delante de un teclado o un piano y poder defender las canciones.
Se habla de ‘landscape music’ al hablar de Pianet. ¿Qué es exactamente esta etiqueta? ¿Te parece justa para definir el sonido del proyecto?
Bueno, es posible que tenga mucho que ver con mi trabajo: le pongo música a cantidad de imágenes a diario y ese punto cinemático y paisajista casi está incrustado en mi forma de componer y crear piezas, así que creo que es una etiqueta acertada y me gusta.
¿Qué influencias o referentes crees que son afines a Pianet?
No sería capaz de decirte un artista o grupo del que haya chupado tanto como para reconocerme, he seguido muy de cerca a Chris Bond, es un productor inglés que además es un buen baterista y su concepto rítmico en el disco “Every Kingdom” de Ben Howard me ha volado la cabeza pero también creo que es evidente mis influencias del clásico con compositores como Erik Satie.
La mitad de “Watercolor” son las canciones que hace un año vieron la luz en “Be Free”. ¿Fue aquel EP una especie de ‘ensayo general’ de lo que ahora es este disco?
Podemos decir si, también por el miedo a sacar un disco nada más empezar el proyecto pero sabía que estas canciones serían el adelanto de un disco que por fin ha llegado.
¿Has regrabado las canciones que se repiten? ¿Cómo ha sido el proceso; grabaste tú todo o tienes banda?
He regrabado muy pocas pistas ya que me gustaba como estaba y quería mantener el arreglo que bajo mi punto de vista es acertado, lo que si hice fue remezclarlas. El proceso ha sido muy divertido porque a excepción del bajo de “Old Song” cada una de las notas de todos los instrumentos que hay en el disco han sido tocados por mí, y por supuesto la mezcla y el mastering también. Quizá sea arriesgado pero es la única manera de no echarle las culpas a nadie si no funciona y si funciona puede ser una motivación extra para darle caña al proyecto.
Para los directos llevo a tres musicazos como Rakel Robayna (que toca en Pequeña Piltrafas y Artabe), Alex Hernanz (que toca con Lucía Scansetti, Georgina y A por ella Ray) y Joshua Díaz (que es el batería de Hola a todo el mundo).
Eres un nombre desconocido en el circuito de música independiente. ¿Dónde has estado metido hasta ahora? ¿Por qué poner en marcha un proyecto de estos matices en este momento?
He tenido varios proyectos a lo largo de estos años: cuando llegué a Madrid tuve un banda de rock que se llamaba Lacara (con Pablo Serrano y Facundo Calbó), y años más tarde me enfoqué en la música para TV y publicidad, monté mi propio estudio, y hasta ahora. Supongo que hasta este momento no tenía la madurez, ni conocimientos ni capacidad para tener un proyecto así y la verdad es que tampoco me he parado a pensar si es o no un buen momento.
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