«Creo que este rumor se ha propagado por dos razones: la compañía lo considera conveniente como campaña para vender este disco y además hay gente en las oficinas principales en Londres que realmente quiere que The Cure se acabe». Sea cual sea la causa del rumor, lo cierto es que Robert Smith ya ha anunciado varias veces a lo largo de su carrera que el grupo se separaba. Se lo recuerdo. «Bueno... siempre que hemos hecho un disco tan intenso, como «Disintegration», le he dicho al grupo: «este es el último disco que hacemos, porque no pienso pasar por esto de nuevo». Estaba convencido de que «Disintegration» era el último disco que íbamos a hacer y también la última gira, y mira, luego no lo fue... Con «Wish» les dije lo mismo. Lo que pasa que es algo que siempre le he dicho al grupo, sólo al grupo, pero esta vez cometí el error de decírselo -bueno, estaba un poco borracho-, a alguien de la compañía, el verano pasado. Simplemente sugerí que históricamente ninguna formación de The Cure se había mantenido durante más de dos Lp’s, y que por lo tanto la historia estaba en contra de que esta formación continuara durante otro disco más. Que un grupo llamado The Cure pudiera hacer más álbumes o no, creo que ni lo comenté. Estaría contento si este fuera el último disco de The Cure porque suena como tal, estaba pensado para serlo, hace que todo llegue a una parada total. Todo el disco esta escrito con referencias a cómo ha cambiado mi vida y cómo siento que me estoy moviendo hacia algo nuevo. Pero no pienso firmar en ningún sitio diciendo que no voy a hacer nunca más discos de The Cure. Es curioso, porque antes de que lo hiciéramos pensaba que probablemente sería el último, porque ya no disfrutaba con el grupo, pero ahora que lo hemos hecho no puedo esperar a verlo en la calle. Estoy en una situación un poco paradójica: he hecho un disco sobre abandonar y el haberlo hecho ha provocado que quiera seguir». A pesar de que no piensa comprometerse diciendo, de nuevo, algo que no sabe si cumplirá, los proyectos futuros de Smith van más allá del grupo. «No sé si este será nuestro último disco o no, pero lo próximo que tengo intención de hacer es algo en solitario, un disco en el que llevo trabajando intermitentemente los últimos años. Les he puesto lo que quiero hacer al resto del grupo y han entendido porqué lo quiero hacer en solitario, y la gente se dará cuenta en cuanto lo oiga. Usa un tipo de instrumentación que nadie en el grupo puede tocar, así que sería absurdo sacarlo como un disco de The Cure cuando nadie más de The Cure iba a participar en él. Y creo que como los otros saben que esto es lo siguiente que voy a hacer tras «Bloodflowers» sospechan que éste sí que podría ser nuestro último disco. Pero no lo sé, el tiempo lo dirá. De todos modos quería introducir en el grupo el sentimiento de que deberíamos darlo todo en este disco, hacer un álbum realmente bueno, y creo que ha funcionado. Por eso creo que es negativo que se haya quedado con la etiqueta de «el último álbum de The Cure», porque yo creo sinceramente que es el mejor, y etiquetándolo como el último pierde esa valoración. Si todos nuestros discos se fueran a quemar y tuviera que salvar uno, me quedaría con «Bloodflowers». Porque los tres mejores discos que hemos hecho en toda nuestra carrera han sido «Pornography», «Disintegration» y Bloodflowers» y hasta ahora mi preferido siempre había sido «Disintegration», pero ahora creo que «Bloodflowers» es mejor. Las canciones son mejores, canto mejor...». Es curioso, pero casi siempre que entrevistas a alguien te habla de que su último disco, el que hay que vender ahora, es el mejor. Pero suspicacias aparte, hay que darle la razón a Smith por lo menos en parte, ya que aunque no comparto tantísimo entusiasmo (siguen pareciéndome mejores tanto «Disintegration» como «Pornography») hay que reconocer que «Bloodflowers» es uno de los mejores trabajos que han hecho Robert Smith y compañía en mucho tiempo, y la lucidez con la que habla de otras etapas de su carrera, aparte de pillarme por sorpresa, merece que se le conceda más credibilidad que a la mayoría de los artistas que defienden con ahínco su última creación. «El año pasado me estaba empezando a dar la sensación de que The Cure estaba volviéndose un poco redundante, como si estuviéramos haciendo tiempo, y que íbamos a acabar convirtiéndonos en otra banda de festivales, y eso me llenaba de miedo. Además, con todas las formaciones de The Cure he pensado «esta es la mejor» y con todas nos hemos superado con ciertos discos... Y con esta formación, pues... «Wild Mood Swings» es un buen disco, pero para mi no es un disco clásico de The Cure, y les dije a los otros el año pasado: «con este disco no puedes decir que The Cure sea un grupo realmente bueno». En esa época estaba un poco harto, creo que alguno de los conciertos que estábamos haciendo no eran tan buenos, estaban bien y punto, y odio sentirme así, cuando te das cuenta de que no estás dándolo todo, de que falta la pasión...».
The Cure siempre ha habido una dicotomía entre el pop más puro de canciones como «Just Like Heaven» o «Boys Don’t Cry» y las atmósferas pesadas y tortuosas que han creado la propia identidad de la banda a lo largo de los años y a las que vuelven con este disco. Lo curioso es que ese sonido que es tan distintivo conlleva un montón de cosas que a Smith le producen rechazo. «Es cierto que mi imagen se ha convertido en icónica para el movimiento siniestro, pero eso no es culpa mía, yo no lo pedí, de hecho he intentado con todas mis fuerzas destruir esa imagen con temas como «Friday I’m In Love». La oyes y piensas ¿cómo coño puede la gente seguir pensando que The Cure es un grupo siniestro? El público general nos ve como un grupo pop, pero parte de los fans quiere que The Cure sea esta banda oscura, y me temo que «Bloodflowers», a pesar de todo lo que yo pueda decir, nos va a volver a colocar como esa banda oscura y siniestra. Tampoco me molesta, pero a menudo provoca decepciones cuando me conocen y se dan cuenta, como puedes ver, de que no soy esa persona misteriosa que se presupone. Por eso nunca he hecho cosas con el grupo pensando en agradar a los fans. De hecho, la única vez que he hecho algo para intentar afectar a los fans de alguna forma, en ese caso desagradarles y librarme de un cierto tipo de público, fue con «Let’s Go To Bed» en 1982. Porque después de «Pornography» me di cuenta de que estaba viviendo una especie de fantasía en la que otra gente estaba animándome a que me suicidara. Durante toda la gira había gente siguiéndonos, un número respetable de gente, que simplemente quería que yo me convirtiera en el siguiente Ian Curtis, y llegó un momento en el que pensé: «estoy jodido si voy a dejar que me conviertan en otro muerto más simplemente porque la gente quiere que lo sea». Así que «Let’s Go To Bed» fue la forma de liberarme mentalmente de esa imagen que habían creado a mi alrededor, de ese alguien en quien me había convertido. Lo que nunca se me ocurrió pensar fue que «Let’s Go To Bed» se convertiría en un hit y que en América íbamos a tener un público de adolescentes enloquecidas. Así que para librarme de una estupidez desembocamos en otra.»
Bloodflowers», además de un gran álbum, un disco de cierre y un retorno al lado más oscuro de la banda, es el disco con el que acaba el contrato de The Cure con Universal, un Lp que marca el inicio de la libertad de Smith para experimentar con los nuevos soportes, algo que nunca ha podido hacer como le hubiera gustado. «Mucha gente piensa que no hemos renovado contrato porque vamos a dejar de hacer música, pero se equivocan. La razón principal por la que he insistido en no firmar con ninguna multinacional ahora es porque, con la aparición de internet, tengo la posibilidad como artista de tener una libertad impresionante a la hora de crear. Por primera vez en veinte años no voy a tener uncon
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.