Películas privadas
EntrevistasMark Lanegan

Películas privadas

David Saavedra — 09-02-2004
Fotografía — David Levene

El príncipe destronado del rock de Seattle vio morir a Kurt Cobain, probó el aliento de las masas cantando con Queens Of The Stone Age y ahora se rodea de una banda de lujo para erigirse en el superviviente más digno, salvaje y desafiador de la era grunge. "Bubblegum" (Beggars Banquet/Everlasting, 04) es su quinto largo.

"Hay gente que te mitifica, te glorifica o te derriba. Hace lo que le da la gana, pero yo no quiero llegar a eso conmigo mismo. Solamente soy un cantante". El pasado 6 de diciembre, Mark Lanegan destrozó su mito ante un servidor. Le bastó entrar en su hotel madrileño, rogarme que le pidiese un bocadillo de tortilla y un té a un camarera que no controlaba inglés, hablar con la boca llena y compartir unas risas. Frente a su leyenda taciturna, charló por los codos y se mostró bastante sincero.

Era la tarde previa a su (brutal) concierto en la sala Caracol y, en aquel momento, presentaba "Here Comes That Weird Chill", el Ep de adelanto de su inminente "Bubblegum". "El álbum tiene dieciséis canciones -explica el ex vocalista de Screaming Trees-, y después habrá otro Ep con el resto de descartes de la sesión, ya que hay mucho material que realmente me gusta". Reconoce Lanegan que éste es un período tremendamente prolífico y creativo para él, algo que además se ha engrandecido gracias a una impresionante nómina de colaboradores entre los que destacan Josh Homme y Nick Oliveri (Queens Of The Stone Age), Greg Dulli (Afghan Whigs), Izzy Stradlin y Duff McKagan (ex Guns´n´Roses) o la superlativa PJ Harvey. "Polly canta dos canciones conmigo, una de ellas preciosa y realmente sexy y la otra muy rockera. Para mí ha sido un gran honor". Para quien se sorprenda por la contribución de Stradlin y McKagan, reseñar que son amigos de Lanegan desde hace tiempo y que incluso el bajista llegó a ser casero del de Seattle. "Sí, estuve viviendo una temporada en su piso. No era muy estricto y normalmente me fiaba a la hora de pagar el alquiler. Izzy y él hicieron su rollo a la primera toma. Era como tener a Johnny Thunders y Keith Richards en la misma canción. Son los tíos más de puta madre en el mundo". Por primera vez, se presenta con el nombre de Mark Lanegan Band, que aplica por igual a los colaboradores del álbum y a su grupo de directo, entre cuyos miembros figuran Troy Van Leeuwen (A Perfect Circle, QOTSA) y Brett Netson (Built To Spill y Caustic Resin). De hecho, él dice que nunca se ha sentido líder. "No me veía así con Screaming Trees y tampoco ahora, ya que mi banda está muy bien llevada con estos tíos, incluso con más peso que los Trees. Si los discos salen con mi nombre es sobre todo porque el sello ha insistido mucho". Lanegan habla maravillas de toda la gente con la que ha trabajado. Acaba de ceder su voz en los trabajos de tres mujeres: Melissa Auf Der Maur, Isobel Campbell y Martina Topley-Bird, e incluso estuvo a punto de colaborar con la española Ainara LeGardon. "Al final no sucedió", explica. "Me pidió que le produjese su disco hace tres años, pero yo no podía. Eso sí: escuché su música y me pareció maravillosa". Pero quedarse en todo este baile de nombres sería injusto con respecto a una personalidad como la de este tipo, sin duda una de las figuras más carismáticas del rock actual. Un hombre de voz aguardentosa, presencia imponente y una inquietante dosis de misterio en sus composiciones. "Me alegro de que veas eso, porque para mí es importante. No es que intente hacer las cosas misteriosas a propósito, simplemente las dejo volar, que la canción se revele ante mí y saque su belleza, aunque a veces no ocurre nada. Por eso no me gusta hablar de los temas. Aunque a veces tengan un significado específico yo creo que debe pertenecer al oyente, ser su propia película privada". El músico afirma, además, que Screaming Trees están definitivamente disueltos. "Nunca volveremos a juntarnos, aunque habrá nuevo material. Sony sacará una recopilación este año con canciones especiales y también editaré en mi propio sello el último disco que grabamos y que se quedó inédito. Pero ahora hay un montón de cosas que quiero hacer y de gente con la que trabajar. Estoy en una gran situación, me siento muy orgulloso de la música que estoy haciendo y quiero aprovecharlo". Frente al mito del músico maldito y atormentado, se revela un Lanegan currante y entusiasta. "Me encanta la música, soy un gran fan. Empecé por accidente, no era muy bueno, pero aprendí. Mi motivación era salir de donde vivía, viajar, conocer chicas y todos esos rollos que la gente dice que son ciertos... y lo son. Aproveché la oportunidad y nunca he echado la vista atrás, ni en la vida ni en la música".

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