Quien habla es Lucía Aldao, aunque sus compañeras están siempre presentes. Y es que todas son importantes, pues gracias al trabajo realizado desde su casa y en su compañía se siente alegre y tranquila ante esta nueva etapa. “Estoy satisfecha, que no es poco, porque tiendo a la autocrítica exagerada. Contenta por el equipo que me acompaña, lo que hace que todo se pueda disfrutar más”. La elección de la banda no fue para nada casual. “Está la parte emocional y la profesional. Analís es de mis mejores amigas, y quise que escogiese con quien vivir esta aventura. Se trajo a Pablo, que fue un regalo porque es una persona y un profesional maravilloso. Yo después rapté a David, que venía a hacer una suplencia y se quedó porque encajamos muy bien las cuatro”.
"Nuestra existencia tiene que ser comprometida y nuestra arte tiene que ser libre"
Preguntada por los temas tratados en “PAVA 3”, no cree que sean diferentes a los enfocados con anterioridad. “En las temáticas no aporto nada nuevo. Intento que las letras tengan calidad o que aporten prismas diferentes sobre relaciones o identidades. Pero el hilo que une los temas es el mismo”. Cuestionada acerca del altavoz que pueden tener las artistas, lo tiene claro. “Es importante, pero tampoco es obligatorio. Nuestra existencia tiene que ser comprometida y nuestra arte tiene que ser libre. Si además puede contener reivindicación, pues estupendo”.
Destaca la presencia del tema “Catastriño”, una visión más íntima de “Catastro”, cuya aparición en el EP tiene que ver con la intención de mostrar ambas caras de la canción. “Me interesan las dos cosas. Me flipa que las canciones crezcan, pero me gusta bastante respetar como fueron en un principio”. Este disco está hecho por quien se siente (casi) sin ataduras. “Yo me mantengo al margen de los mandatos de la industria porque no tengo una discográfica detrás. Soy bastante libre a la hora de hacer lo que quiero, aunque los mandatos que sí que tengo son los del tiempo y el dinero”. Con todo, sabe que en el futuro puede cambiar. “Puede que más adelante cambien los formatos, los tiempos... pero, de momento, esto es PAVA porque no puede ser otra cosa”. También es consciente de que otro factor clave el público. “Esto puede crecer si llega a gustar a la gente, porque sin ellos no hacemos nada”.
"Esto puede crecer si llega a gustar a la gente"
Cuestionada acerca de su preferencia entre festivales o salas, lo tiene claro. “Siempre que se puedan compaginar los dos espacios me parece el lujo máximo. Poder combinar esa tranquilidad de lo uno con la adrenalina de lo otro...”. También opina sobre la escasa o nula presencia de mujeres en los distintos carteles y cómo voltear esta situación. “En primer lugar, dejar de decir que ahora son todo pavas. Es algo que se le escucha a gente que programa, pero que es mentira. Después, fijarse en las creadoras y darles su espacio. Parece sencillo, pero por lo que se ve, es complicado”. Tiene claro su deseo para el futuro. “Pido muchísimos bolos y que nos dejen tiempo para seguir haciendo canciones, juntándonos, exprimir esta aventura y seguir conectando con la gente”.
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