Las cosas van cambiando de rumbo poco a poco en el hogar de Pauline en la Playa. Pese a que la mezcla de estilos sigue adelante, se nota un abandono progresivo de los adornos instrumentales de discos como “Tormenta de ranas”. Mar explica que en “Silabario” les han salido “unas armonías de guitarras muy curradas e interesantes. Lo suficiente como para querer enredarte en ellas y no liarte de más con un mogollón de instrumentos circundantes, como habíamos hecho otras veces. El tirar de guitarras y prestar mucha atención a estos juegos, que creo que han quedado preciosos ha sido algo providencial. Llevamos tanto tiempo tocando el instrumento que no somos conscientes de lo que vamos aprendiendo”.
"Vainica Doble no es un modelo a seguir ni un referente concreto, más bien una feliz coincidencia en cuanto a comparación" |
Ambas están encantadas y “satisfechas” como con ninguno de sus anteriores álbumes. Se han tirado dos años y medio desbrozando cada canción, como recuerda Alicia: “Lo bueno de la independencia es que tienes el tiempo que te marque tu creatividad. Puedes trabajar bien, decidir cuándo quitar, cuándo poner. No ha sido cuestión de intuición, sino un trabajo de fondo bastante arduo”. La poda, de la cual es buen ejemplo “Mis zapatos rojos”, no ha privado a “Silabario” de la principal seña de identidad de Pauline en la Playa, la riqueza de registros. “Lo único que puedes decir concretamente de nuestro estilo es que fusiona. Hemos intentado traernos lenguajes, armonías y músicos de otros campos, como el jazz, a nuestro terreno”.Otra de las huellas que no se borra en este disco es la de Vainica Doble, como se puede apreciar desde el arranque del CD, “Lo que pesa un hueso de cereza”. (Alicia) “Siempre hemos escuchado mucha música y, entre tantos otros grupos, a Vainica Doble. No es un modelo a seguir ni un referente concreto, más bien una feliz coincidencia en cuanto a comparación. Pero, vamos, que nos halaga un montón que nos lo digan porque fueron, y esto es impepinable, uno de los dúos más importantes de la música española, que hizo cosas realmente buenas desde la independencia más absoluta”. (Mar) “Musicalmente, no nos parecemos demasiado, porque, en mi opinión, fue un grupo muy deudor de su momento, de los setenta. En las letras entiendo que la gente la asocie, por la ironía, por el enfoque desde el punto de vista de una mujer con dos dedos de frente… bueno, hablo por mí(risas)”. Aun así, las Pauline dicen sentirse “más cerca que nunca” de sus tías musicales, después de cantar a trío con Gloria en el disco homenaje a Vainica Doble que se está cocinando. Como sus paisanas (y también “vainiqueras”) Nosoträsh, Mar y Alicia depuran a cada disco el lenguaje poético que utilizan en sus letras. Sólo eso ya las coloca muy lejos del grueso del pelotón de letristas españoles. Alicia, sin embargo, puntualiza que “tampoco una letra tiene que ser poética para que sea buena”. Para ella, “hay gente que son muy buenos letristas y que no usan el rollo poético, como Nacho Vegas, que es más un trovador que cuenta historias. Otros, como es el caso de Refree, Nosoträsh y nosotras (valga la redundancia), somos más de crear imágenes”. Hasta el título del disco deja claro este interés por la poesía. “Es un verso de un poema de Jorge Guillén, ´Noche céntrica´, incluido en ´Cántico´. No es que nos gustase mucho ni lo estuviésemos recitando todo el día. Sencillamente venía que ni al pelo para Pauline, por las imágenes que solemos usar, como sacos de sílabas”.Además de en la poesía, Alicia y Mar rebuscan en el cine de Woody Allen, en las crónicas de Clarice Lispector, en los desafinos de Anni DiFranco… “Te inspira lo que te sorprende y lo bueno es que nosotras tenemos el umbral de sorpresa muy bajo. Ahí es donde entra lo cotidiano en nuestras canciones. Las dos somos gente muy sencilla, y para que algo nos asombre no tiene por qué ser necesariamente rebuscado”. Por eso siguen flipando con la música brasileña, aunque ésta quede relegada en “Silabario” a la microsamba “Caja de cerillas”, volviendo a la melancolía (“pues yo tampoco veo que nuestras canciones sean tan melancólicas”, dice Mar; “Sí que lo son, Mar”, discrepa su hermana) o maravillándose de las posibilidades de comunicación que ofrece Internet.
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