"Si juegas por el proceso, disfrutarás todo el rato"
EntrevistasPau Vallvé

"Si juegas por el proceso, disfrutarás todo el rato"

Yeray S. Iborra — 23-11-2024
Fotografía — Archivo

El catalán ha hecho de ponerse trabas, tirarse a la piscina (con o sin agua) y explorarse sin cortapisas un modo de vivir su carrera artística; es decir, un modo de vivir. “Agorafília” (autoeditado, 24) no es una excepción. Y se expande hacia la electrónica o el indie rock. Pau Vallvé, afortunadamente, nunca es el mismo Pau Vallvé.

Ponerse palos en las ruedas es un motor artístico de primer orden. Pero lo de Pau Vallvé es tirarse al mar de pies y manos atados. Un truco a lo David Copperfield, pero sin as en la manga. Lo hace un disco tras otro, pero esta vez el giro ha sido desde la producción hasta la portada (por primera vez luce en ella).

“Agorafília” (el término indica “deseo de salir, socializar, más tras un periodo de encierro”) es electrónica, indie rock o italo. Los tiros en el pie hacen avanzar al catalán, en lo artístico y en la vida. Desde que le conozco es así; van unos cuantos discos ya. Se lo ha trabajado: sabe de su fortuna, una carrera de cantautor exitosa, a escala humana, tristemente excepcional en Catalunya, con un público que le permite darse una vuelta, salirse por peteneras y aterrizar en el lugar en que le guste.

Sinceramente, escuchando los adelantos, pensaba que las canciones no ligarían entre sí en formato disco.
Cambié muchas cosas e hice intros y mierdas para que fluyera, pero sí, después de un tema folk viene “Happy Birthday To Me”, ¡y te lo escuchas!

¡Magia!
La clave de todo esto es que, por fin, la gente escucha cosas distintas. En el disco anterior había una samba y, al lado, un tema dándole a las guitarras a toda hostia, y después “Berenar-sopar”. Y te lo comías; al final quien lo escucha, quiere hacerlo. Creo que la gracia es que somos los oyentes que hemos avanzado: ‘No hace falta que nos den siempre el gusto al que estamos acostumbrados’. Nos hemos abierto.

"Es como enamorarse; encontrar un cantante que te guste creo que tiene poco que ver con lo que se lo curre aquella persona o no"

¿Qué cantidad de tu público crees que escuchará el álbum de principio a fin?
Esto es algo que me explicó una persona que trabaja subiendo música a Spotify [agregadores]: habían estado analizando y decían “Claro, mucha gente mira a los oyentes mensuales y eso es una mentira, porque sólo que algún artista tenga una canción que está en una playlist de vete a saber dónde, que la escucha mucha gente, ya es un oyente mensual”. Es algo ficticio: lo que hay que ver es cuánta gente escucha muchas canciones. Tengo la suerte de que gran parte del público escucha los discos. Otra cosa sobre la que no puedo decirte que tenga el mérito.

El activista Cory Doctorow decía que era tan difícil el mundo de la música, que al final triunfar es azar. Demasiados parámetros. ¿Eres consciente de que tienes una carrera tristemente única?
Tampoco te sabría decir por qué. Siempre depende de con qué conectes. Y esto no depende de mí. Puedes ser un psicólogo increíble y que tiene todos los títulos y todos los másteres, pero vas y no hay química, y no quieres volver. En cambio, otro que quizás no está tan bien preparado, pero hostia, conectas y te funciona. Es como enamorarse; encontrar un cantante que te guste creo que tiene poco que ver con lo que se lo curre aquella persona o no. ¿Cómo se hace para conectar?…

Hay algo que evidentemente no compro nada de la hoja de prensa. Esta cosa como de “haber hecho las cosas de otra forma”. ¡Siempre lo haces así!
Antes todo era cerebro, dijéramos. Realmente me he puteado: no se vale saber de qué va el disco, tener todo el discurso hecho y entonces hacer las letras, porque yo me dedico a esto y a bandas sonoras. Es casi trampa, o sea, no trampa, pero quiero decir que ya sé hacer esto. Vamos a hacerlo al revés.

Lo más importante de este disco… es Fred Again. ¡Yo te lo descubrí! Bromeo, eh.
¿Sabes qué es lo más fuerte de este disco? Que esa canción que tú piensas que es Fred Again. en realidad la hice en “La vida és ara”, en el sótano.

Bueno, suena mucho a Radiohead también…
Miré atrás... Y dije: “Hace cuatro años estaba en un sótano, ¿no?”. Fue entonces cuando recordé que tenía una canción que no puse en “La vida és ara”, que en teoría es el disco que fue tan guay y tal, pero no la puse porque hablaba de la pandemia. Aquel disco no podía ser pandémico, la saqué y la aparté porque era de electrónica y en ese momento no tenía ni puta idea de electrónica. Y después tú me descubres a Fred Again.. Y es verdad que ha influido en que yo pueda mezclar la canción. O sea que sí tiene que ver. Pero la composición ya estaba. ¡Es fuerte!

"La precariedad hace que yo, hasta ahora, no haya podido permitirme este lujo de tener vida"

¡Rescatar tus propias canciones! Y putearte a ti mismo…
¡Debe ser así! Cuando yo hacía Bellas Artes, había un profesor que siempre nos decía lo mismo: “La creación os debe servir a vosotros”. No sólo es la creación. Yo intento que cada disco me aporte algo. Así que me planteo cosas como “¿Lo primero es la canción? ¡Pues apáñatelas sin la letra!”.

Aprendizaje continuo. Como si sigues yendo a jugar pádel con la intención de ganar, en vez de con la intención de jugar.
Y que si juegas por el resultado, sólo disfrutas al final, y eso si el resultado es bueno. Si juegas por el proceso, disfrutarás todo el rato.

Has conseguido llevar una vida vivible, fuera del disco y dentro de él.
Una frase que me dijo un buen amigo: “La vocación ocupa todo... Es como un gas”. Mi problema fue que yo, como me gustaba tanto mi curro, y me gusta tanto lo que hago, se me había acabado expandiendo por todo. Llegaba a casa a las siete y media y pensaba: “Hostia, tengo una rato, pues va, redacto eso, que voy así al post de mañana, no sé qué”. Y para mí el gran cambio ha sido este. El trabajo lo ponemos en un sitio, por mucho que me guste mi trabajo, debe ser un trabajo, y el trabajo debe estar en el su sitio, y por tanto todo el trabajo logístico se va a un coworking y hago mis horas. Todo el trabajo artístico se va a tales días, sino no tengo vida.

Si no eres capaz de separar mínimamente el trabajo de la identidad…
La precariedad hace que yo, hasta ahora, no haya podido permitirme este lujo de tener vida. Sí, yo era músico, vale, pero también la discográfica, el management, el que hacía los vídeos, el que hacía los diseños, el que hacía la web y llevaba las redes... ¿Y qué ocurría? Pues que, claro, el trabajo de siete personas y pretender tener tardes libres para ir a yoga no era compatibles.

¿Tú crees que habrá muchos momentos como los del primer bis de la actuación en el Grec en el nuevo directo? Puro IDM.
Las habrá, las habrá [risas]. En los discos no hago ninguna concesión, lo hago por mí, pero los directos hace muchos años que he entendido que soy el anfitrión, simplemente. Que la gente viene a escuchar las canciones que quiere escuchar. Por tanto, no es que ahora de repente vaya a ser un bolo de electrónica, sino que vendrás el bolo y tendrás las canciones, pero algo diferentes.

 

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