Tú voz se suele asociar con la de Patti Smith constantemente. Dime que estoy hablando con Eleanor Friedberger.
(Risas) Entiendo que la gente haga esa comparación (ambas son mujeres morenas con una acusada personalidad) aunque musicalmente no tengamos mucho que ver. Es gracioso porque la primera vez que hable con ella fue hace una semana, cuando le abrimos un concierto. La admiro mucho, es genial, pero nos dijo que sonábamos a… ¡My Bloody Valentine! ¡Es la peor comparación que me han hecho nunca!
¿Crees que ya has logrado tu propia identidad? ¿Algo así como el sonido Eleanor?
Espero que sí, que después de dos discos haya conseguido una personalidad propia. No sé lo que voy a hacer luego, ni cómo va a sonar, pero sí quiero que sea mejor. He sido cantante por mucho tiempo y mi voz también ha sonado en este tiempo… (Duda) No lo sé, puede que también haya influido el hecho de que haya repetido con el mismo productor.
¿Eres contradictoria? Dos ideas que me conducen a ello: este disco se escribió antes que el anterior, “Last Summer”, y he encontrado bastantes letras paradójicas, tipo “el amor es una exquisita forma de dolor”.
(Tajantemente) ¡No, para nada! No creo que sea contradictoria. Es que esa frase es real. Es así. En cuanto a los tiempos en los discos, en realidad no es como tú dices: terminé mi primer disco, “Last Summer”, en noviembre de 2010 y salió en junio de 2011. Así que aproveché ese hueco para escribir “Personal Record”.
Hay más hits, más canciones pegadizas esta vez. ¿Te ves más inspirada?
Está relacionado con el proceso para la grabación del disco. Antes daba vueltas sobre la misma canción en el estudio una y otra vez. Y en esta ocasión, lo que hemos hecho ha sido tocar canciones nuevas ante gente que no las había oído nunca y creo que de esta manera, de una manera natural, hemos llegado a reunir temas más pegadizos en el álbum. En realidad, es un proceso muy común y lógico: compones una canción, la tocas delante del público y la terminas en el estudio.
Y por eso quizás hay una sensación de inmediatez en el disco, de sonido en directo.
Sí, totalmente. Como te decía, no es tanto una creación del estudio como la respuesta a lo que ha salido de una banda tocando juntos en directo.
En “When I Knew” reconoces que te gusta la música rara y mencionas a Soft Machine. ¿Qué otros grupos raros te gustan?
¿Quieres que haga una especie de lista? (Risas) Más que nada era una frase graciosa, además, Soft Machine no es un grupo tan extraño…
Bueno, tiene canciones de 8 minutos; ya sabes que el rock progresivo se sale un poco de la norma.
Quizás para la gente joven sí que lo sea. Lo dije porque me gustaba cómo suena: “Soft Machine” (masca lentamente el nombre del grupo). Podía haber dicho Gentle Giant, sólo que no hubiera quedado tan bien.
“Other Boys” es un tema agridulce que habla sobre las relaciones abiertas. ¿Cuál es tu opinión real sobre ellas?
Pienso que son difíciles. A veces funcionan pero son complicadas.
¿Lo dices desde fuera o desde la experiencia personal?
Desde dentro. Tengo algo de experiencia en este asunto pero no sé si se lo recomendaría a alguien. Es personal, de cada uno.
Y ya que estamos en el plano personal… ¿Cuál es tu secreto para ser tan cool?
Gracias si crees que es así. El secreto es no pretender nada. No creértelo. Ser natural, actuar con sencillez. Me gusta pensar que tengo buen gusto pero no busco nada más.
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