Adentrarse en el universo de estos autores no solo le sirvió para ocupar su tiempo durante aquellas interminables jornadas enclaustradas, sino también para mejorar la calidad de sus letras y nutrirlas con relatos que dieran forma a los múltiples pensamientos que transitaban por su mente por aquel entonces. Todo eso está ahí, en el breve pero conciso “Better In The Shade”, un trabajo destinado a poner en orden todo lo que esta última época ha significado para el cantante canadiense y mostrarnos con excelso cuidado las nuevas herramientas que Watson posee para expresarse.
Hablamos sin duda de ese inusitado pero preciso dominio de las texturas sintéticas que el artista ha desarrollado en gran parte de las canciones de este disco, donde los sintetizadores modulares han ganado un protagonismo inédito hasta ahora en su repertorio y han concedido a su relato una calidez e intimidad de lo más deliciosa. Una manera única de plasmar esa incertidumbre tan particular y compartida sobre el devenir futuro que ha marcado los dos últimos años y en donde el propio Patrick ha acabado concluyendo que ya no somos conscientes de lo que es real y de lo que no.
A pesar de lo manida que es la cuestión, me veo en la obligación de comenzar preguntándote sobre cómo fue tu confinamiento, considerando la relevancia que ha tenido en el álbum.
Fue genial, para qué te voy a mentir. Pude ponerme al día con una gran cantidad de lecturas que tenía pendientes y me tomé todo aquello como una manera de volver a aprender a escribir canciones y reformular mi estilo. Dejé que mis aficiones y mis pensamientos tomaran el control de mis días y me sentía casi como si volviera al colegio, aprendiendo de nuevo todo desde el principio. De repente fui consciente de que había estado girando sin descanso durante casi veinte años y no había tenido apenas tiempo de sentarme y ponerme a aprender algo nuevo, así que dije “Que le jodan a todo, tomémonos un respiro”. Por mi condición, ya que padezco una acuciante dislexia desde que era joven, leer siempre había sido todo un reto para mí, podía tirarme horas para leer simplemente un par de páginas. Así que descubrí el universo de los audio-libros, y fue fascinante poder adentrarme en este nuevo mar de posibilidades. Me daba vergüenza que mi novia, que es escritora, se riera de mí, pero para nada, es también una fiel defensora de este nuevo método de acercamiento a la literatura.
"La cosa es no perder la curiosidad ni las ganas de seguir aprendiendo"
¿Y qué hay de la concentración? Porque hay mucha gente que no podíamos ni escuchar música durante aquellos días.
Creo que, precisamente debido a mi condición, durante años he desarrollado una disciplina y una rutina de trabajo muy severa, así que no me podía permitir el lujo de dejarme llevar por la falta de concentración o la pereza. Quizás tenga más práctica que el resto en lo que a eso respecta y por ello me resultó más fácil.
¿Fue también durante la pandemia cuando te diste cuenta de que querías maridar tu música con nuevos sonidos?
Realmente eso comenzó antes de la propia pandemia, cuando mi buen amigo Amon Tobin se compró unos sintetizadores modulares de los que no dejaba de hablar, y le dije “Vale, veamos de qué va esta mierda”, y me fascinó la manera en la que estos sonaban. Nada que ver con otros softwares ni aparatitos que había probado anteriormente. El sonido de estos era verdaderamente orgánico y sentía que podía casar muy bien con mi música. Nuevamente, la pandemia me vino de perlas para poder darle caña a diferentes tutoriales sobre el manejo de estos sintetizadores y ponerme al día en su uso.
¿Te ves ahora construyendo una futura carrera en la música electrónica?
Bueno, a decir verdad en mi música ya ha habido mucha más electrónica de lo que a priori pueda parecer, así que no lo percibo como algo tan novedoso. La única razón por la que no he profundizado más en este sonido es simplemente porque odio tener que ir de gira con el ordenador a cuestas, ¿sabes? Cuando ves que de manera acústica puedes conectar con la gente piensas que no te hacen falta más inventos.
Hablando de tu álbum, el título puede suscitar muchas lecturas. ¿Qué has querido transmitir con éste?
Como bien dices, puede tener infinitos significados y me encantará ver cuál le da cada persona. Sin embargo, para mí es un reflejo de ese momento en el que eres todavía un chaval y estás fuera de casa, empieza a anochecer y se te hace tarde. Estás asustado porque es más tarde de lo previsto, y sabes que lo es, pero al mismo tiempo no puedes dejar de sentirte de algún modo feliz por estar lejos de lo que es común y conocido para ti. Ese espacio entre dos mundos, la temerosa responsabilidad y la audacia de las primeras veces.
"Siento que mi música es atemporal y puede llegar a calar en públicos de todas las edades"
Un tema muy personal e íntimo, pero en el que también has dejado entrar a otras voces.
Así es, Ariel y Charlotte. Ambas han venido con nosotros de gira en alguna ocasión, y siempre ha sido una auténtica risa tenerlas cerca. No sé, he descubierto que me gusta cantar con otra gente. Hay veces que estoy ya agotado de solo escuchar mi propia voz [risas].
Algo que también ha sido una salida a lo grande de tu zona de confort ha sido el darte cuenta de que tu “Je te laisserai des mots” se ha vuelto viral en TikTok
Ya sabes, los caminos de la música… [risas]. Realmente nosotros no hicimos nada. Es una canción muy antigua, y todo pasó de una forma muy natural e inesperada. Fue muy sorprendente. A veces la música es como el clima, nunca sabes qué va a pasar, ni cómo va a evolucionar ni a qué público puede llegar a alcanzar. Es de locos. Pero si hay una cosa clara es que TikTok forma parte del nuevo imaginario de los músicos y es un escaparate inmenso para la gente a la hora de descubrir música nueva. De repente alguien utiliza una canción tuya en su boda, se vuelve viral y eres el artista del momento. Pero por supuesto hay que tener los pies en la tierra y saber lo efímeras que son estas cosas. Si mi música hizo que tu día fuera mejor, genial, me enorgullezco de ello, pero eso es todo. Una de las cosas que más me alegra de todo esto, y quizás sea mi parte favorita de toda la movida de TikTok, fue comprobar que hubiera tanta gente joven haciendo versiones de la canción y subiéndolas a la plataforma. Aquello sí que me pareció muy conmovedor.
¿Alguna vez te ha asustado que la música deje de tener ese poder sanador sobre ti?
Oh, dudo mucho que eso pueda suceder… O sea, hay tanta música ahí fuera por escuchar y tantas cosas nuevas que aprender, que sencillamente veo inviable que alguien se pueda aburrir de la música. Siempre que me siento algo bajo de ánimo o percibo que la música no está teniendo sobre mí el efecto esperado, cojo una pieza de Bach y me pongo a tocarla. Entonces me digo a mí mismo “Su puta madre… ¿de dónde sacó la inspiración este tío para crear semejante obra?”. La cosa es no perder la curiosidad ni las ganas de seguir aprendiendo.
Después de tantos años, ¿cómo percibes la evolución de tu carrera?
Bueno, a día de hoy me despierto y tengo el lujo de poder seguir teniendo tiempo y oportunidad de meterme en mi estudio desde primera hora de la mañana y hacer ahí dentro lo que me dé la gana… Supongo que eso significa que las cosas no me han ido tan mal [risas]. Siento que mi música es atemporal y puede llegar a calar en públicos de todas las edades, como comentábamos antes. Eso me hace sentirme muy orgulloso. En cuanto a nuevos retos, me gustaría continuar explorando esa vía de hacer música original para películas, tal y como ya comencé a hacer con “The 9th Life Of Louis Drax” en su momento. Ya sabes, meterme más en el tema de la música instrumental y experimental. Pero sinceramente, y teniendo en cuenta la dramática deriva que la industria musical ha sufrido en los últimos años, me siento de lo más afortunado por poder seguir sacando discos y que la gente los escuche. No me preocupo tanto por el futuro como sí por el presente, donde estoy tratando de averiguar qué hago aquí y para qué puedo ser útil.
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