Pese a que es ahora cuándo la mayoría de gente les empieza a conocer, “Besos de perro” es el tercer intento de Marea por hacerse un hueco dentro del panorama de rock estatal y, pese a que sus dos primeros plásticos no tuvieron ni de lejos la misma aceptación, ésta es para ellos la “tercera batalla ganada. Sobre todo a nosotros mismos. Por la ilusión y el orgullo que sientes cuando la gente se empieza a saber tus canciones; cuando en los conciertos pasan de verte intrigados, pero esperando que acabes para poder ver el grupo principal, a corear todas las canciones que has estado currándote durante meses. Es algo demasiado grande”. Con un sonido que sitúa “Besos de perro” a medio camino entre la rabia urbana de Barricada y el esputo rural de Extremoduro, Marea también adopta esos dejes de poética callejera en la temática de sus canciones, algo que han puesto últimamente de moda bandas como Fito y Fitipaldis o los mismos Extremoduro.
“No hemos sido ignorados hasta que hemos empezado a vender discos” |
El propio Robe Iniesta colabora activamente en el disco, poniendo voz a uno de sus mejores cortes, “En tu agujero”. También aparece Fito Cabrales en “Pan duro”, aunque es Iñaki Antón, siete cuerdas de Extremoduro y de Platero y Tú, quién de una manera más profunda se ha involucrado en el proyecto, al encargarse de su producción: “Nos costó mucho conseguirlo. Iñaki hace cinco años que no para. Cinco años dedicado veinticuatro horas al día al rock”. También nos encontramos, como sorpresa inesperada, con una versión de “Como el viento de poniente”, fandango perteneciente a El Cabrero, uno de los artistas de flamenco con una actitud más genuina: “Se trata del mejor letrista del género. Al igual que nosotros, le canta a las miserias de la condición humana, algo no muy fácil de encontrar en el cante jondo”. En tal disposición también se asemeja otro de los jóvenes valores que ha surgido (y sorprendido) últimamente, el andaluz Poncho K, un cantautor punk flamencoide, cuyo sonido puede recordar poderosamente al de Marea: “Ya nos lo han comentado en más de una ocasión. Yo todavía no lo he oído, pero creo que ha tenido la mala suerte de fichar por el peor jabalí de las discográficas, BMG Ariola. Espero que tenga suerte”. Efectivamente, también Marea empezó su periplo con “La patera” en la misma multinacional y, por lo visto, sin que ello les haya dejado muy buena huella: “Nuestra relación con ellos fue un cúmulo de desengaños. Con el segundo disco, ´Revolcón´, buscamos el romanticismo que creíamos tenía el mundo del rock en una independiente como Gor, pero no lo encontramos. En este tercer disco, hemos dejado los sentimentalismos aparte y hemos tenido una relación mucho más ligada a lo estrictamente laboral con Dro. De momento nos va bien”. Por lo menos, parece que ahora la promoción y los resultados empiezan a dar sus frutos. Y no deja de ser curioso encontrarse con Marea peleando en la lista de ventas con engendros como los Triunfitos o endriagos similares. “Sí, es evidente que no estamos en un buen momento para el rock. Aunque parece que ahora empieza a resurgir de sus cenizas el rock más duro y el heavy metal nacional. Curioso, porque la promoción y aparición en los medios de comunicación es prácticamente nula. Nosotros mismos hemos sido ignorados hasta que hemos empezado a vender discos. Y ahora acuden emisoras como los 40 Principales o diferentes televisiones con la intención de entrevistarnos. Pero no es un juego que estemos dispuestos a seguir. Hemos rechazado cualquier contacto con todos esos medios mercantilistas. El otro día Canal + emitió el vídeo de ´A la mierda primavera´ sin permiso. Parece ser que lo cogieron del compacto, dónde aparece como bonus track”. Probablemente el resurgir que apunta Marea de un sonido que parecía enterrado y que empieza ahora a cobrar renovada actualidad a través de grupos como Mägo de Öz, Tierra Santa, Red Wine o Sphinx, provenga de la popularidad que consiguen las citadas bandas en los cada vez más exitosos festivales nacionales, como Viña Rock, Derrame Rock , TintorroRock, etc... “Es muy posible. Nosotros cerramos el primer día del Viña Rock de este año. No cabía ni un alma. Veinte o treinta mil cabezas sedientas de buena música. Quizás es que los rockeros hemos vuelto a la clandestinidad y eso nos hace más fuertes, poderosos y unidos. Eso sería fantástico”. ¿Qué más se puede decir?
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