Paraísos terrenales
EntrevistasRamona Falls

Paraísos terrenales

Cristina V. Miranda — 31-10-2009
Fotografía — Archivo

Un buen día, Brent Knopf sintió la necesidad de transitar diferentes vías musicales a las que hasta el momento había recorrido con sus compañeros de Menomena. Un camino más personal que cobró forma en “Intuit”, una propuesta que gira alrededor de un universo propio y amplio.

“Sin duda, era mi lugar favorito cuando era niño. Montañas, cuevas, árboles, setas… parecía estar encantado. Ramona Falls significa, para mí, ese lugar al que poder escaparse y ser feliz”. Pero más allá de sus consideraciones personales, Ramona Falls es el nombre bajo el que se ha creado “Intuit”, un álbum de debut en solitario un tanto especial. “El planteamiento del disco era ya un gran desafío y sé que si pretendiese hacerlo todo totalmente solo me volvería loco y las cosas no me saldrían, así que pensé en colaborar con otros músicos”. Hasta ahí todo bien, lo sorprendente llega cuando uno descubre que Knopf no se conformó con recurrir a dos o tres colegas para dar forma a su nuevo proyecto, sino a treinta y cinco. ¿Complicado? No según él lo cuenta. “La cosa fue tan simple como que llamaba a mis amigos y a otros músicos que respeto, les preguntaba si querían colaborar conmigo y si me decían que sí cogía mi micrófono, me iba a sus casas o sótanos y grabábamos durante dos o tres horas”. Un proceso por el que se entiende que encontremos trombones grabados en apartamentos de Nueva York o baterías en sótanos inidentificables. “Lo bueno de esta forma de trabajo es que me obligó a tener las canciones preparadas, para así poder grabarlas cuando iba a tocar con mis amigos”. Amigos entre los que se cuenta gente de The Helio Sequence, Mirah, 31 Knots, Talkdemonic, Nice Nice o Matt Sheehy. “Bueno, en realidad no todos lo eran, algunos eran totales desconocidos, como Mirah, lo cual acabo siendo una experiencia muy positiva”. ¿Y en qué ha resultado tanto buen rollo y colaboracionismo? (algo que se preguntan solamente quienes no hayan tenido la ocasión de escuchar el disco). “Intuit” es un álbum ecléctico y sofisticado, conmovedor y complejo, en el que la electrónica y la acústica confluyen de la manera más natural. Un disco que seguramente agradecerá el seguidor de Menomena, pero de esencia más arriesgada y personal. En “Intuit” hay intensidad, pero no pesadez; emoción, pero no tragedia y temas ensoñadores y ambiguos como “Salt Sack”, que sacuden a uno y lo empujan a querer saber más. “Vacilaría si tuviese que explicar el significado absoluto de esa canción porque surgió como resultado de un sueño que tuve, en el que me encuentro en el medio del mar, siento que tengo que tomar una decisión y observo una bolsa de la que no sé el contenido. Ya sabes, uno de esos, extraño y misterioso”.  Pero que nadie se llame a error, al margen de cierta atmósfera onírica que consigue en ciertos momentos de este viaje musical que construye de principio a final (infinitamente más disfrutable cuando se escucha de este modo y no a saltos), “Intuit” es un disco que hunde sus raíces en la realidad de su autor. “He querido aprovechar que yo era el único compositor para darle mi propio estilo y ser más directo con mis experiencias, quizás por eso haya quedado un poco más dramático pero he tratado de no resultar oscuro”. Y lo consigue, a pesar de que el álbum no deja de plantear preguntas desde su comienzo hasta el final de esa balada susurrada que es “Diamond Shovel”. “No es fácil, pero si tuviese que explicar la idea principal del disco sería la de dejar de esperar y comenzar a tomar decisiones. Toda mi música favorita proviene de artistas que resultan creíbles, así que si consigo que Ramona Falls suene verdadero, creíble, eso sería lo máximo”. Hay que saber que cuando Knopf habla de sus preferencias no sólo se está limitando al campo de la música, sino que entre sus principales influencias se cuelan nombres como los de June Jordan, (poeta, activista y profesora) o Jorge Luis Borges. “Y el chocolate negro, ¡eso es lo más grande! (risas). Llegamos al final y la pregunta, casi obligada, que nos queda ahora que ya sabemos cuánto nos gusta Ramona Falls es saber en qué punto se encuentra Menomena como banda. “Ahora mismo estamos dándole vueltas a catorce canciones, tratando de hacerlas más completas y redondas, o sea que seguimos trabajando juntos. ¡He echado de menos a esos tíos!”.

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