"Mucha gente dice que somos un grupo de emocore y yo no puedo decir que no porque no sé qué es" |
Después, un siete pulgadas, un compacto... Nunca en mi vida hubiera soñado con estar ahora hablando con vosotros. Me siento muy afortunado". También reconoce, y no es falta de modestia, que el actual momento es muy propicio para ellos. "Ahora lo estamos haciendo mejor que nunca: hemos crecido, hemos progresado y podemos escribir mejores canciones. También somos mejores amigos. Esto sólo se consigue tocando y girando mucho". Los hechos respaldan las palabras: animales de carretera, el año pasado se vaciaron ante más de doscientas sesenta audiencias diferentes, su presencia escénica se antoja al alcance de muy pocos y sus entregas discográficas -casi nada: seis largos, un directo, singles compartidos y dos minis de titularidad común con Leatherface y Alkaline Trio- conforman aval más que suficiente para confiar a ciegas en una narrativa cruda, rocosa y heredera de la expresada por los propios Leatherface, Jawbreaker o Avail. "Nos encantan, son algunos de mis grupos favoritos, pero son completamente diferentes entre sí y a nosotros nos influyen, sí, pero también incontables grupos, amigos, personas...". "Caution", producido por el licenciado en hardcore Brian McTernan, es un trabajo más equilibrado y pulido que nunca, sin la rudeza de "No Division" (Some, 99), pero con la capacidad de firmar enormes canciones -como "Better Sense" de "Forever And Counting" (Doghouse, 97), "Our Own Way" del citado "No Division" u "Old Rules" de "A Flight And A Crash", su primera referencia para Epitaph- intacta. Escuchen las dos gemas melódicas de "Trusty Chords" y "I Was On A Mountain" y compruébenlo. Ragan, fanático del punk británico en general y de Stiff Little Fingers en particular aunque seducido ahora por Calexico y la magia de Yann Tiersen en "Amelie", es parco a la hora de valorar su ultima obra. "Todos los discos son un documento, un diario de cómo está el grupo y la vida de los músicos en el momento de grabar. ´Caution´ se hizo, lo grabamos y refleja las historias que nos pasaban entonces". Mucho más certero responde cuando se le pregunta por el polémico etiquetado que se les atribuye, motivado por su música agresiva, pero con hueco para la melodía y por su habilidad para trascender el simplismo argumental de muchos. "Mucha gente dice que somos un grupo de emocore y yo no puedo decir que no porque no sé qué es. Como cualquier etiqueta, es una palabra que alguien inventó y cuando pase el tiempo se inventarán otra". Otro asunto espinoso que Ragan no elude es la deserción acompañada de críticas y acusaciones vertidas por parte de fans despechados por el relativo abandono del anonimato underground. "No hacemos nada distinto aparte del hecho de estar en Epitaph. Seguimos trabajando con No Idea, que edita el vinilo. La única diferencia es una mejor distribución. Epitaph puede llevar los discos a sitios a los que las compañías más pequeñas no pueden. Queremos poder ser escuchados. Si te gusta el disco, perfecto; si no, perfecto también. Sabemos que HWM no es para todo el mundo, no es lo que esperamos, y eso nos encanta. Supongo que es ignorancia, pero tampoco lo critico porque a mí me pasaba cuando era joven y alguna de mis bandas favoritas empezaba a crecer, sentía como que dejaba de ser ´mi banda´. Es egoísta: si la música sigue siendo buena y el grupo tiene algo que decir, qué importa eso". Honesto, además de llano y afable.
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