Dayna Kurtz llevaba mucho tiempo sin dar señales de vida, pero ahora respira con un disco en el que adapta nuevamente versiones de artistas desconocidos por lo general para el gran público. Como una continuación en cuanto a estilo de “American Standard” y con la misma línea argumental de “Beautiful Yesterdays”. “Aquí no hay tanta influencia de la música europea, sigo explorando las raíces americanas, el jazz de los cincuenta, el blues más puro, el antiguo R&B, y descubrir sellos antiguos y canciones con las que me pueda identificar cantándolas”. A la hora de escoger el material, de seleccionar los temas, Dayna Kurtz tiene claro que debe aportar su sello personal a cada canción y, si fuera posible, superar a la versión original en emoción. “Hay dos ejemplos que me llaman la atención, el ‘Hallelujah’ de Leonard Cohen en la voz de Jeff Buckley, y la versión de Nina Simone de ‘I Put A Spell On You’, que era superior a la original de Screamin’ Jay Hawkins. Pero no me atrevería con según qué canciones, hay que tenerles respeto y ser cuidadoso. Mi mayor inspiración para grabar este disco ha sido ‘Night Beat’ de Sam Cooke. Es mi disco favorito para pincharlo durante una noche en buena compañía y con la idea de relajarte”.
Pasan los años y Kurtz continúan demostrando que tiene carácter y carisma francamente auténticos. “Para llegar hasta lo más alto, se suele pedir que seas joven, guapa, esbelta, pero antiguamente para las cantantes de jazz y blues todo eso no era necesario. Es verdad que entonces había más tabúes, más reglas establecidas, pero por otro lado también más autenticidad. Ahora todo se ciñe a lo comercial, a lo que vende. Sin embargo, todavía hay gente que apuesta por los verdaderos músicos, y a eso nos debemos agarrar nosotras. Fíjate en Alabama Shakes. Todo el mundo se los toma en serio”.
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