"No entiendo por qué está mal visto el pop de los 80"
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"No entiendo por qué está mal visto el pop de los 80"

J. Batahola — 30-12-2015
Fotografía — Luz Photography

Echar pestes de los años ochenta parece estar un poco menos de moda, pero aún así, no está demasiado bien visto. Yanara Espinoza se dejó los prejuicios por el camino a la hora de grabar su primer trabajo largo, “No me quiero enamorar”, editado por Jabalina. Que sus temas suenan a lo menos comercial de la new wave británica es innegable, pero también a italo-western o al beat de los 60 con un cierto componente exótico. Sin dejar atrás su proyecto principal (Violeta Vil), en Papaya da rienda suelta a historias que necesitaban de un formato más personal. En esta aventura no ha estado sola, y después de algunos cambios de formación ya han encontrado la forma de sentirse cómodos.

¿Cuándo y cómo empezó Papaya?
Papaya comienza cuando me mudo a Cantabria (San Vicente de la Barquera) una temporada y comienzo a hacer canciones en casa sola. Compongo letras y busco melodías que grababa en mi pequeño estudio en forma de boceto. Violeta Vil ha sido mi banda de siempre con la que he aprendido muchas cosas y en la que he desarrollado mi forma de tocar, tras haber actuado en muchos y muy variados escenarios.

¿Tenías algo en mente a la hora de grabar las canciones de este primer disco?
En el corazón la necesidad de expresarme, en la mente hacer algo que me apetecía, ese era el objetivo; narrar las cosas que otras personas me iban contando o todo aquello que he ido sintiendo en estos dos últimos años, tanto aventuras como descripciones de personajes reales mezclados con ficción, o experiencias y sentimientos que siento o voy viendo. Tenía ideas, frases, melodías que no me dejaban dormir; entonces por pura necesidad me levantaba a las tantas y me encerraba en el estudio a grabarlas.

Las referencias ochenteras están muy bien asimiladas. ¿Por qué crees que está tan mal visto reconocer que es una de las referencias más comunes porque todos hemos crecido con ellas?
Eso es lo que no entiendo yo, por qué a veces está como mal visto lo de los ochenta. Ni siquiera me pertenecen por edad ya que yo solo tengo 26, aunque también me crié con eso. Supongo que cierta generación acabó asqueada por un motivo que aun desconozco de esa época, pero a mí me cogió de pequeñita y siempre me han gustado los hits de los ochenta, me gusta el concepto que se tenía de la canción pop perfecta que puede sonar en cualquier época y todo el mundo conoce y le gusta. Tal vez al vivir algo se percibe con más prejuicios y recuerdos que si no lo vives y te llega de una manera más limpia, como es en mi caso.

"Supongo que cierta generación acabó asqueada por algún motivo que desconozco de los años 80"

¿Qué te inspira a la hora de escribir las letras?
Viajo mucho, conozco a gente que me cuentan sus cosas cotidianas, sus sentimientos, alguna historia que ha pasado y eso me inspira bastante. Otras veces tiro de algún sentimiento mío más personal y lo adorno o disfrazo un poco para no ser tan directa y dar pie a que cualquiera interprete a su manera. En ocasiones soy mas tópica y hablo de amor sencillo sin tapujos. Los días nublados o lluviosos me ayudan bastante a sentirme bien e inspirada, ya que para alguien que viene de Canarias como yo resulta algo exótico y placentero. Básicamente necesito vivir, experimentar, sentir, y a veces no se trata de lo que pasa ni de un hecho sino de la forma de vivirlo y mirarlo que es lo que hace que salga la letra.

¿Cómo surgió el fichaje por Jabalina?
Manuel Moreno de Discos Walden/Gramaciones Grabofónicas hizo una reunión de sellos independientes españoles y del extranjero el año pasado en el Medialab Prado y nos invitó a tocar como grupo único. Ahí nos vio Tanis de Jabalina y nos conocimos. A los meses me propuso sacar disco con él justo cuando lo necesitábamos y ya estaba todo casi completo y en marcha.

¿Dónde y con quién has grabado el disco?
Hemos grabado el disco en los estudios Sound Division con David Baldo y Sebastián Litmanovich de Cineplexx es su @portatile Room Mobile (Madrid).

¿Fueron largas las sesiones?
Lo grabamos en dos días intensos con nuestro productor Sebastián Litmanovich a los mandos. Grabamos todos los instrumentos nosotros y casi todo de primeras tomas. Muy rápido y eficaz todo.

¿Trabajasteis en el estudio o iba todo muy preparado?
Las canciones ya venían con sus estructuras y base preparadas, claras y trabajadas. En el estudio lo que hicimos fue grabar eso y agregar todas esas ideas o fantasías que teníamos no pertenecientes a nuestros instrumentos, por ejemplo, congas, percusión, baterías, sonidos,etc. Sebastián dirigía lo que se grababa y lo que no, y cuánto quería de cada cosa. Así más tarde una vez teniendo el material él podría trabajar con las canciones haciéndolas que cogieran la dirección y matices que queríamos.

¿Se quedaron canciones fuera?
Alguna se quedó por el camino pero antes de llegar a plantearnos grabar un disco en serio, pero no se quedó ninguna que dijésemos que no la queríamos o que no cuadrara. Se utilizó todo el material que había compuesto y mucho muy nuevo que se le dio forma sobre la marcha.

¿El directo ha influido a la hora de grabar las canciones que ya tocabais habitualmente?
Ha sido un poco al revés, ahora tocamos las canciones como las hemos grabado, antes las tocábamos más sencillas y ahora las tocamos con la producción y arreglos que Sebastián hizo para el disco. Así suena todo mucho mejor y más completo y a la vez estamos representando el disco, un trabajo que nos gusta mucho como ha quedado.
A veces la gente graba y luego rueda las canciones, entonces el disco se queda corto pero no es el caso, más bien estamos intentando que todo vaya unido y llevar a cabo la producción del disco.

"Dicen que tengo una mezcla muy rara entre chilena, canaria y japonesa. De ahí sale lo de Papaya"

¿De dónde salió el nombre de Papaya?
El nombre sale a raíz de un mote que me pusieron a mí por una anécdota y porque dicen que como tengo una mezcla muy rara entre chilena, canaria y japonesa pues resulta algo exótico. Al ser un proyecto mío y tan personal no vi necesario buscarme un nombre pretencioso sino más bien plasmar lo que yo soy en su totalidad, tanto en nombre, como en estética, como en variedad musical.

¿Quiénes formáis el grupo ahora mismo?
En el proyecto siempre me ha acompañado Miguel Aguas, él fue el primero que apoyó mis composiciones y les dio forma. Jonston y Soledad colaboraron en un principio y nos ayudaron pero eso fue breve y para algunos conciertos. Actualmente nuestro compañero que está trabajando en todo lo de Papaya es Sebastian Litmanovich. Él es el tercer componente y productor. Este formato de trío es el que llevamos ahora y está funcionando muy bien.

¿Qué idea tenías con la portada?
La idea de portada siempre es explotar un poco el personaje a modo de solista como los cantantes que me gustan de los 70 y mezclarlo con lo absurdo. Almudena Oh es especialista en eso. Ella es la encargada de hacer todas las portadas para Papaya, siempre siguiendo una línea divertida, original y con un toque antiguo tirando de collage a mano que ya no se hace. La idea es que todos los discos de Papaya tengan una línea común y con personalidad y terminar consiguiendo una colección.

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