¿No es un cliché eso de que las pequeñas cosas son las que más importan? ¿Cuáles son las que “al juntarlas hacen bellas historias”?
Quizás las experiencias de cada uno en la vida son expresiones muy repetidas en las canciones, pero es lo que nos identifica e iguala como personas. Las pequeñas piezas de las que hablo en la canción en realidad son grandes porque te marcan para el resto de tu vida y la de los que te rodean.
¿Crees que tu trabajo se ha reconocido como es debido? Tengo la sensación de que para mucha gente Javi P3z sigue siendo un gran desconocido…
El reconocimiento no es lo que busco a la hora de plasmar unas ideas en música. La libertad de poder mostrarlas sí. Voy haciendo la música que me apetece y para ello he usado distintos nombres. Me interesa la creatividad, no el mercado, ni el ego.
La nómina de colaboradores de Püzzle es larguísima. ¿Cómo fuiste encajando las piezas? ¿Fue a golpe de improvisación o lo tenías preconfigurado en tu cabeza?
Tenía unas canciones que me apetecía publicar y reuní a buenos amigos músicos para grabarlas. La mayoría están grabadas en diciembre de 2016 en el estudio de Txap. En 2017 experimenté a publicarlas como singles en bandcamp regularmente hasta que este año las he juntado en un cd físico autoeditado y ensamblado a mano. No hay proceso “industrial”. Me gusta experimentar nuevas formas de publicación.
Este es tu disco más… ¿disperso? Cada canción es un mundo y no hay un estilo definido, aunque luego al final esté tu sello, claro.
El sello es lo que importa.
¿Por qué decidiste incluir tres cortes finales de proyectos paralelos (Parafünk, Javi P3z Orquesta)?
Porque le dan ese nexo de unión a la idea de Püzzle, distintas épocas pero la misma persona.
¿Te agobia de verdad la sobredosis de eventos culturales en Donostia? El tono irónico y hasta la voz de “Enoclofobia” me recuerda al Berlanga de Impermeable, por cierto.
Me agobia el mogollón y me agobió el mega evento que supuso la capitalidad cultural europea en Donostia 2016. De ahí viene la canción “Enoclofobia”, que es una palabra que no está en el diccionario pero que se utiliza en psicología a la hora de definir la fobia a las multitudes. Me hizo gracia la palabra porque la base que tenía me recordaba a Brian Eno y la quería cantar como él, claro que en castellano te lleva hacia Carlos Berlanga, que también está muy bien.
¿Llevarás al directo este trabajo? No parece una empresa nada fácil reflejar todo su universo en un escenario.
Me gusta tocar en directo pero no es sencillo montar banda, ensayar, encontrarte garitos que lo que más les importa no sea vender alcohol… Lo de los 30 años en la música pesan por este lado. Me encantaría presentar un repertorio para escuchar en pequeños teatros o salas sin bar. Para hacer fiestas y tal prefiero pinchar, que sigue siendo muy divertido.
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