Os habéis dado vuestro tiempo antes de entregar este álbum. Ha tardado cinco años, y entre el primero y el segundo mediaron solo dos. ¿Andabáis liados en otros asuntos o tiene que ver también con cierto afán perfeccionista?
No hemos estado cinco años produciendo el álbum. Empezamos a montar nuestro estudio a finales del 2015. Al principio dedicamos mucho tiempo a familiarizarnos con el estudio y el material del que disponíamos, no había un rumbo, simplemente la imagen del álbum fue apareciendo. Todo el material salió in-situ, teníamos muchas demos antes de empezar la producción pero las dejamos atrás. Realmente han sido dos años de grabación y producción y por un sinfín de motivos el álbum ha estado un año y medio en una carpeta.
Sí que habíais rodado algunas de sus canciones en directo durante los últimos dos años, ¿no?
Sí, no dejamos de tocar mientras estábamos produciendo, lo cual obstaculizó bastante el proceso.
Si no me equivoco, pasastéis recientemente de quinteto a sexteto con la incorporación de Emil Saiz (Nothing Places) ¿Influyó?
Toda la gente que ha pasado por este proyecto ha influido, cada uno en su genialidad. Esta entidad no seguiría viva sin cada una de esas personas. La formación es bastante orgánica. Gente que puede estar en ese momento y gente que no.
También va cambiando vuestro registro estilístico, algo que es una como una constante ya en vuestra carrera: primero más folk, una época en la que se os comparaba a Cuchillo, luego más post rock (podríamos decir) y ahora más cerca de lo sintético, del soul digital, el r'n'b o el jazz. ¿Necesidad de cambio constante?
Yo creo que tiene que ver con el hecho de que somos de una isla, y esa identidad es como más líquida. Nos sentimos libres en ese sentido.
Ya que mencionas vuestro origen isleño, te iba a preguntar en qué medida os influye eso a la hora de perfilar una cierta psicodelia o paisajismo sonoro que es muy balear...
Supongo que ese imaginario está ahí, es lo que nos rodea. De hecho en el álbum hay mucho paisaje sonoro de los alrededores de la casa donde estuvimos viviendo y produciendo.
Tu forma de cantar, prácticamente en falsete, es una de las señas de identidad de este álbum. Buscando un registro más sutil y sensual. ¿Por qué?
Es algo del proceso vocal en el que estaba en ese momento. Creo que también tiene que ver con el estado de intimidad en el que grababa. La mayoría de veces estaba solo en el estudio mientras grababa voces, casi siempre de noche, a veces había tanto silencio en el exterior que se podía sentir en la sala. Podía llegar a ser incómodo.
¿Os han influido cosas como Rhye, músicos de r'n'b o gente tipo James Blake?
No, pero supongo que son artistas que tratan la espacialidad en la música de manera parecida.
Hay un recopilatorio en concreto, "Good God! Apocryphal Hymns" del sello Numero Group, que fue bastante revelador y inspirador.
Me da siempre la impresión con vosotros de que primáis la estética, primordialmente: las texturas y las atmósferas de las canciones, sin importaros que el resultado sea más o menos pegadizo. ¿Me equivoco?
Somos muy de trabajar visualmente, de perseguir una imagen. Y luego las palabras llegan. No pensamos en hacer algo porque es más pegadizo o no, para nosotros es un viaje
Este parece un disco muy de estudio. ¿Os resulta fácil de trasladar al escenario? ¿Lo afrontáis de forma distinta según toquéis en una pequeña sala cerrada o en un festival al aire libre?
Realmente los temas a nivel de estructura son más sencillos. Implican otro tipo de ejecución y sonido. El directo siempre nos lleva a otro lugar, a otras densidades. No hago surf, pero igual tiene que ver un poco como con esperar y coger olas.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.