Lloyd Cole lleva desde 1984 haciendo la misma canción, el mismo disco, más o menos. Y siempre es sublime. Siempre contiene ese equilibrio entre lúcida tristeza y desesperado cinismo que te sitúa por encima del dolor mundano y más cerca de algo parecido a una iluminación. En “Broken Record”, el cantautor inglés se ha rodeado de una gran banda tras años de autoimpuesta soledad en el estudio. Según él se trata en parte de un retorno al sonido de “Rattlesnakes” (84), pero en esencia poco ha cambiado. “Durante estos últimos diez años siempre he trabajado solo en el estudio”, explica Cole al otro lado de la línea. Su voz suena exactamente como esperas por sus canciones. Y es amable y locuaz con sus respuestas. “Grabar mi primer disco en solitario fue una experiencia fantástica, en parte porque en ese momento no sabía si sería capaz de conseguir hacer un disco yo solo. Siempre antes había trabajado con banda. Quizás ‘Music In A Foreign Language’ es del que me siento más orgulloso de esta época. El único desde ‘Rattlesnakes’ en el que conseguí plasmar con la máxima fidelidad una idea muy precisa que tenía en la cabeza. Desde mediados de los noventa cada uno de mis trabajos ha sido una colección de mis mejores canciones compuestas durante el año anterior. Y siempre he intentado ofrecerlas al público de la mejor forma posible. De hecho, si en este disco he grabado con banda ha sido precisamente porque las canciones lo demandaban”. Cole mandó un correo electrónico a un puñado de músicos con los que había trabajado anteriormente. “Les expliqué que quería grabar un disco a la vieja usanza y que no había mucho dinero”. Todos dijeron que sí. Entre ellos destacan Joan Wasser (Joan As Police Woman, la única que no había tocado con él anteriormente) y Fred Maher (Scritti Politti, Lou Reed), además de los miembros de su banda habitual de acompañamiento The Small Ensemble. “El único instrumento que toco en el disco es la guitarra”, explica. “Algunas canciones estaban grabadas en maqueta para que los músicos tuvieran una idea de lo que quería, pero a la vez pretendía que fueran libres para aportar sus propias ideas, así que hay un montón de cosas en el disco que no han sido planeadas. En cualquier caso, si formaba parte del plan juntar a estos músicos, sabiendo qué podía esperar de ellos”. “Nunca es fácil”, continúa. “Es la diferencia esencial entre trabajar con una banda y hacerlo con ordenadores. Con las máquinas siempre consigues que la música suene como quieres, pero eso no es así cuando trabajas con músicos de verdad, porque siempre hay un elemento fuera de control. Hay un montón de decisiones que tomar cuando tienes que grabar con un grupo y mi trabajo fue asegurarme de mantener la esencia del disco para luego poder ir añadiendo todo lo demás”. El resultado de esas sesiones es otro disco clásico. Todos sus discos lo son. ¿Ha compuesto Lloyd Cole alguna vez un mal álbum? ¿Se ha agotado alguna vez su inspiración? “Hubo un punto en que decidí dejar de escribir canciones. Fue cuando trabajaba con Universal Records a finales de los noventa. Me quemé. Sentía que no iba a ningún lado, obligándome a mi mismo a componer, porque sentía que ese era mi trabajo. De hecho, lo era. Debía componer canciones para hacer un disco. Hasta que comprendí que era un enfoque erróneo. La cuestión está en hacer discos porque escribes canciones, no en escribir canciones para hacer discos. Es importante ser feliz con lo que haces. Así que paré durante unos años, intentando no escribir nada en absoluto. Ya no escribo porque sí. Sólo cuando la canción me viene”. “Actualmente, componer sólo ocupa un veinticinco por ciento de mi tiempo”, cuenta Cole. “Soy un cantautor moderno, lo que significa que tengo una página web que mantener, un gira que planear... Siempre hay cosas que hacer. Claro que me gustaría tener a alguien que las hiciera por mí, pero la verdad es que soy un poco demasiado control freak para dejar que otra persona se encargue de estas cosas”. A nosotros la palabra moderno nos suena extraña en referencia a Lloyd Cole. En algún punto en los últimos treinta años Cole dejó de ser un autor de nuestro tiempo para ser un autor eterno. Siempre la misma canción, el mismo disco y las viejas melancolías de siempre que se resisten a abandonarnos como un buen vicio.
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