"Zainak eman", su tercer álbum, a parte de ser su obra más ecléctica, estoy segura de que será un punto de inflexión en su trayectoria. Regalara a todo aquel que esté dispuesto a escuchar, una paleta sonora de emociones de lo más variada y enriquecedora. Con los pies en la tierra, la artista nos abre las puertas de su universo.
"Zainak eman (dar las venas)" es el título del disco; el primer tema Haragi bizitan (en carne viva). ¿Dirías que es tu disco más crudo, en el que más te has expuesto?
Es totalmente así. Buscaba una estética más salvaje o sucia, donde las entrañas sean las protagonistas. Creo que tiene esa crudeza que buscaba.
Este disco es una especie de punto de inflexión. Es fiel a tu sonido minimalista y orgánico, pero a la vez esta repleto de detalles, de diferentes ritmos… incluso el primer tema es una especie de spoken word. Es tu disco más electrónico y bailable. ¿Tenías claro desde el principio que ese era el camino sonoro que querías emprender?
100% claras tengo pocas cosas —risas—. Sí que quería abrir un nuevo camino, pero tampoco tenía super claro hacía donde me iba a llevar. Tenía ganas de experimentar. Por las referencias que venia escuchando, se me han encendido las ganas de ir por un camino que no había explorado hasta el momento.
¿Cuáles han sido esas referencias?
Tengo muchas y van cambiando. Un disco que he estado escuchando mucho durante el proceso de producción ha sido el último de James Blake (Bad Cameo). Este sí que ha tenido que ver en cosas que hemos hecho, pero hay muchas más. Cada canción tiene su lista de referencias particulares.
El disco está lleno de contraste, con momentos eufóricos o más salvajes y otros mas melancólicos o sensuales. ¿Cómo describirías el disco?
Me cuesta un poco porque tengo tanta información relativa al disco que a veces me es difícil ordenarla. Tenía la necesidad de hacer un cambio y creo que aunque ha sido arriesgado, tiene todo el sentido del mundo para mí. En cuanto a la estética, sí que puede ser más electrónico que otros discos, pero a su vez, hay muchos elementos orgánicos. Las dos cosas confluyen y los cambios vienen de muchos sentidos: rítmicamente, en cuanto a las letras, la forma de cantar… es verdad que hay contrastes, pero a la vez todo tiene sentido, ya que soy una persona que puede estar en estados de animo muy variados.
Eres de las que le da mucha importancia a las letras, tanto, que, como en los trabajos anteriores, has buscado ayuda para algunos temas. Esta vez has trabajado con las bertsolaris Leire Vargas, Oihana Arana e Izaro Bilbao. ¿Cómo suele ser el proceso de construcción de las palabras adecuadas?
También he tomado prestado un poema de Itziar Ugarte para la canción Han Topatzen Dutena. Dicho esto, he colaborado con las bertsolaris Leire Vargas y Oihana Arana en la canción Basan. Izaro Bilbao me ha hecho las letras de Zaldi Zuri Bat y Etzidamuz. En cuanto al proceso de construcción de las letras, ha sido distinta en cada canción y con cada persona. Intente trasmitirles las ideas, ya que estaba bastante bloqueada a la hora de escribir. No me saciaba nada de lo que escribía, pensaba que igual ya no tenía nada que decir. En ese momento, coincidí en unos espacios con Izaro (Bilbao) y le comente que estaba en esa situación. De repente, sin conocerla mucho, accedimos a los mismos puntos. Leí un texto que había publicado en una story y era justo lo que necesitaba para la canción Zaldi Zuri Bat. Cuando vi esto fue: “vale Izaro, tengo que hablar contigo” —risas—. Fue mágico porque hablaba de lo que quería decir.
“Buscaba una estética más salvaje o sucia, donde las entrañas sean las protagonistas”
En general, ¿cómo ha sido el proceso de creación? ¿Primero viene el concepto y las letras o la música?
Hay de todo. Mirando atrás he visto que los audios de los primeros borradores del disco son de 2020, ¡imagínate! Por entonces no había sacado ni el disco Aho Uhal, que salió en 2021. A veces, como dice Rick Rubin, pones muchas semillas y los dejas ahí. Luego las vas recogiendo. Ha sido un poco así. He trabajado con Borja Anton los primeros borradores, antes de entrar al estudio, y las canciones han evolucionado un montón. Algunas han cambiado mucho, tanto que a veces tenía que hacer un pequeño duelo de todas las cosas que no han podido entrar. He practicado el desapego —risas—. Muchas cosas se quedan, claro, pero otras no, y de repente me veía cambiando cosas de una forma tan drástica que sentía vértigo. En esos momentos me preguntaba: “¿es este el camino?”.
Entonces, ¿Se ha alejado mucho el disco de los primeros borradores?
Algunas canciones sí, otras no. Por ejemplo Nahi Gabe ha cambiado en algunos puntos estéticos, pero esencialmente se conserva lo que yo quería transmitir. Yo creo que es lo que ha pasado con la mayoría. En cambio, la canción Zarataz Haratago era completamente distinta, me la llevaron hacia la oscuridad y dije “vale me gusta pero, espera que lo asimile” —risas—.
También has colaborado en dos temas con Alba Morena e Izaro. ¿Cómo surgieron estas colaboraciones? ¿Tuviste claro desde el principio que tenían que ser ellas?
No. Lo que tenía claro era que quería trabajar con gente cercana. No quería escribir al manager del manager de no se quien, para conseguir una super colaboración que beneficiaría el algoritmo para ganar más seguidores. No era el camino que quería seguir. He buscado conexiones reales. En el caso de Izaro, somos amigas desde hace un montón. Nos hemos preguntado muchas veces: “¿cómo no hemos cantado juntas hasta ahora?”. En el caso de Alba, no era tan cercana físicamente, pero sí a través de las redes sociales. Hemos conectado super bien desde el primer momento, nos hemos ayudado mutuamente. Yo le pedí ayuda para contactar con productoras mujeres, que es algo que echaba de menos, y ella me amplió la red.
Has comentado lo de las productoras mujeres, es difícil todavía encontrar mujeres en esos ámbitos de la música, quiero decir, que no sean artistas pero que trabajen en la escena musical?
Al menos tengo una pequeña lista, por algo se empieza, pero vamos despacio. No podemos dar nada por hecho, porque las cifras son un poco descorazonadoras todavía. Por eso, siempre sirve conocernos entre nosotras y saber de la existencia de la otra. Así no te sientes tan sola en esta industria.
Volviendo al disco, "Zainak eman" es ya tu tercer álbum. Con tus dos trabajos anteriores, has conseguido reunir a oyentes muy fieles. A la hora de crear el disco, pensar que hay gente con ganas de escuchar nuevas canciones, ¿te motiva o te crea presión?
Las dos cosas —risas—. Justo esa presión que comentas me ha llevado al bloqueo creativo. Al principio no me ha dejado jugar tanto y el juego es la base de la creatividad. En mis comienzos creaba sin ninguna presión y me permitía jugar más. El hecho de saber que sí hay gente me hace sentir tener que estar a la altura, me genera ciertos miedos que a veces no me permiten ser yo con total libertad. Además, ahora mismo, esto es mi trabajo y eso también puede condicionar, porque no dependo solo de mi misma. En este disco, he intentado ser lo más libre posible y he saltado a la piscina, no me he acomodado.
Hoy en día ser músico es también estar más expuesto y tener que hacer un poco de community manager en la redes. ¿Cómo llevas esa parte del oficio?
Cansa mucho y a la vez es positivo poder conectar con tu publico. La mayoría de mensajes que recibo son super bonitos y estoy muy agradecida. Es verdad, que el trabajo de redes no es algo que me apasione. He intentado llevarlo a mi terreno, haciendo covers de canciones que me piden, por ejemplo. Eso me gusta, porque es para mi una forma de practicar con el instrumento. Pero a su vez, hay muchas tareas, la mayoría no musicales, que no disfruto nada: facturas, contabilidad, gestorías, altas… son cosas bastante invisibles, pero le quitan muchas horas a las tareas creativas. Es super frustrante. Sí he tenido suerte de delegar algunas cosas y eso me ha dado muchísima paz. Todo el mundo tiene partes de sus trabajo que no le gustan y al menos tener un trabajo que te guste, es un primer paso que esta bien. Lo que más me tambalea es la perdida del anonimato, eso me ha dejado un poco en shock.
¿Y cómo lo llevas?
La perdida ha sido gradual y la he ido notando más en los últimos años. No me esperaba que me pudieran parar por la calle en cualquier momento. No siempre estoy en ese mood y eso es un poco agotador, estar siempre pendiente o sabiendo que alguien te puede reconocer. Claro, ya se que no soy Rosalía y que tengo cierta tranquilidad, pero a su vez siempre hay una pequeña tensión. Normalmente no pasa nada, pero a veces estoy en ese momento en el que no me apetece socializar con personas desconocidas. Eso sí, quiero aclarar que en general, la gente es respetuosa y que son ellas las que le dan sentido a lo que hago, esas personas son gasolina para mí. Por ver el lado positivo, esta situación me ha ayudado a aprender a poner límites, he aprendido que tampoco tengo que soportar cualquier cosa.
“Lo que más me tambalea es la perdida del anonimato, eso me ha dejado un poco en shock”
A veces no nos damos cuenta de la importancia de poner límites…
En mi caso, estoy aprendiendo todavía, pero los límites son imprescindibles, es una forma de situarme en el mundo. Lo que no podía ser es que me diluyera entre las necesidades de todo el mundo, apartando las mías. Lo de poner límites ha sido un proceso muy importante para mí.
Lo que no se puede poner límites es a la estética hoy en día, que parece que se ha convertido en parte inseparable de la música. En tu caso, en este trabajo en concreto, la parte estética forma parte del disco, ¿encima del escenario también se va a notar esa parte visual? ¿Como serán los directos?
En directo estarán los músicos con los que he contado hasta ahora: Ander Zulaika a la batería, Mattin Saldias a la guitarra y Jagoba Salvador al bajo. Pero tendremos una nueva incorporación: Esti Beraza estará a las teclas, sintetizadores y coros. En la parte técnica estará Haritz Harreguy al sonido y Jon Mentxaka a las luces. Jon también esta preparando la escenografía. Si lo pienso en frio es una locura lo que esta preparando, pero las que nos dedicamos a este tipo de cosas, lo de pensar racionalmente no nos va —risas—. Hemos trabajado bastante en la puesta en escena y las luces, espero que se perciba.
¿Hasta qué punto la estética es importante en un directo?
Lo importante se supone que debería ser la música. Pero hoy en día, no hay nadie fuera de todos los condicionantes que tenemos en la era visual. Es verdad, que antes reivindicaba poder ir con mi ropa, con la que estaba vestida y no ponerme ningún artificio, precisamente porque el eje era la música. Entiendo esa postura, pero de repente me visto al otro lado, ofreciendo un espectáculo que tenga más cosas. Me he dado cuenta que lo estético puede tener un sentido.
¿Es una forma de empoderamiento?
Totalmente, y soy la primera interesada a la que le hace ilusión poder tener una presencia más valiente en el escenario y poder disfrutarlo más. Poder sentir que es un juego y no sentirme con vértigo y responsabilidad porque la gente este mirando. Quiero sentirme más libre para poder hacer lo que quiera, y creo que el publico lo agradecerá.
¿Dirías que te sientes ahora más libre encima de un escenario?
Me siento más realizada. La primera vez que subí a un escenario, estaba temblando. A medida que me he ido familiarizando con ese espacio, lo he hecho mío. Como he dicho antes, poniendo límites también descubres las necesidades que tienes para sentirte cómoda y las buscas. Si todo eso te ayuda a generar un lugar en el que te puedas sentir mejor, bienvenido sea. En ese sentido he avanzado y menos mal.
¿Y en todo este camino, cual ha sido la lección más importante?
No sé si es la más importante, pero casi siento que me la debería tatuar: “si no estoy cómoda, no tengo porque hacer ciertas cosas”. Hay aros por los que no es necesario pasar o yo elijo no pasar. Esto que voy a decir igual es una tontería pero es una anécdota que puede ser significativa: Yo no tengo TikTok y he decidido que no voy a tenerlo, y si eso va a condicionar de alguna manera mi camino artístico, pues que lo condicione. Lo que no voy a hacer es ser alguien que no soy. Que no se me malinterprete, no digo que la gente que los haga se este vendiendo, pero yo no tengo la necesidad de contar todo lo que hago. Es licito, pero yo no me veo ahí. Por eso, lo que más me cuesta, es hacer spam de lo mio, me siento super pesada y ahora mismo estoy en ese momento —risas—. Es verdad que luego sí que comparto anécdotas que me han parecido curiosas o indignantes, así como mensajes políticos. Hay cosas que me sale compartirlas y ademas siento, que si eso puede ayudar a alguien, mejor. Por ejemplo si un proyecto interesante necesita financiación, utilizar el altavoz que tengo para este tipo de cosas me satisface. Si mi pequeña ventana puede ayudar a poner granitos de arena para que algo pueda mejorar, será super bienvenido.
“Si mi pequeña ventana puede ayudar a poner granitos de arena para que algo pueda mejorar, será super bienvenido”
¿Sientes cierta responsabilidad? Por ejemplo, estos días he leído en la plataforma X cosas como: “Menos Sardui, más Olatz Salvador”, se ve que eres una referente para ciertas personas…
Me cuesta un montón sentirme como una referente, porque yo no soy una referente ni para mi misma. Es cierto que hay personas que me han situado en un altar, pero me parece peligroso. Si estás ahí, cualquier cosa que hagas te puede hacer caer de ese altar. Me gustaría más que me situaran en una horizontalidad, en una situación donde no pueda caerme por algo que he hecho y no te haya gustado. No estoy cómoda cuando la gente me idealiza. A su vez, sí que es guay que la gente te considere una persona interesante con la que pueda conectar. El ejemplo que comentas, es verdad que he recibido este tipo de mensajes, pero otras tantas con insultos y descalificaciones. Nos han llamado dictadoras, pesadas… Cuando publique este nuevo disco en YouTube, el primer comentario en una canción fue una reacción a este asunto, cuando ni siquiera hemos empezado nosotras. Nos han atacado, simplemente nos hemos defendido. Y por eso tener que exponerme a insultos, cuando estoy presentando un disco que nada tiene que ver con el tema, ¡me parece el colmo! Los medios ahora nos está demandando un montón, pero hemos decidido que está dicho todo lo que teníamos que decir y que no vamos a seguir alimentando esto. Bueno, pues por esto también se nos ha criticado, parece que no hay ninguna posición correcta. Por esta razón me gustaría que los hombres se mojaran un poco más. Es muy cómodo perpetuar ese silencio y no verter en la obligación de decir nada, porque ni siquiera te has sentido por aludido. He de decir que muchos hombres sí se han implicado y lo agradezco. Dicho esto, no me gustaría personalizar esta historia, ya que es un problema estructural. Si ha valido para visibilizarlo, —aunque yo pensaba que era super visible—, pues ya esta. Esto no es un linchamiento, ha sido una defensa a un ataque heavy que hemos recibido.
¿Qué objetivos o sueños te gustaría cumplir en esta nueva etapa?
No siento que tenga objetivos cuantitativos. Me gustaría seguir experimentando y compartirlo con la gente. Obviamente, para eso necesito un público, no puedo ser tan ingenua de decir que no me importa quien venga y quien no. Pero no quiero centrarme en eso, no tengo necesidad de escalar o ampliar. Tengo la necesidad de disfrutar del presente, de lo que estoy haciendo, de sentirme agradecida, porque a veces vivo tan deprisa que no me da tiempo a experimentar esa gratitud de sentir que he llegado hasta aquí. Eso es algo que me ha podido faltar y en ocasiones te puedes sentir como una desagradecida. Por eso me gustaría enfocarme en cada cosa que me pase y estar presente. Bueno, y aunque haya dicho que no tengo objetivos cuantitativos, sí que me gustaría acceder a iparralde, a esa parte de Euskal Herria. Es paradójico que cantando en euskera haya podido llegar a Argentina, por ejemplo, pero no ha iparralde estando tan cerca. Ese es mi pequeño deseo.
PRIMERAS FECHAS DE LA GIRA “ZAINAK EMAN”:
19 OCTUBRE - Gaztelekua (Oñati)
25 OCTUBRE - Ura bere Bidean - BEC (Barakaldo)
08 NOVIEMBRE - Jimmy Jazz (Gasteiz)
09 NOVIEMBRE - Lekuona fabrika (Orereta)
29 NOVIEMBRE - Indara Aretoa (Iruña)
12 DICIEMBRE - Kafe Antzokia (Bilbo)
13 DICIEMBRE - Ikusgarri Aretoa (Lekeitio)
23 DICIEMBRE - Amaia Antzokia (Arrasate)
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