“Me encanta desafiarme constantemente”
Entrevistas / Olana Liss

“Me encanta desafiarme constantemente”

Kepa Arbizu — 08-07-2024
Fotografía — Alberto Elorduy

Bajo una concepción más clásica que su predecesor a la hora de entonar los ritmos soul-funk, las nuevas cuatro canciones escritas por la compositora afroextremeña y residente en Donostia Olana Liss, significan la primera parte de un álbum que recoge una clara intención humanista y reflexiva.

Desde que alguien por primera vez decidió jugar con ritmos y melodías, la música se convirtió en un proceso emocional que atañe tanto a su creador como a quien recibe dicho contenido. Un concepto que sigue arrojando ejemplos especialmente centrados en acaparar esa condición comunicativa, como sucede con el nuevo EP de Olana Liss. Un EP, “Esencia”, que ejerce como la primera parte, a la que le seguirá una segunda (“Humana”), de un álbum completo que llevará por nombre “Esencia humana”. Inaugural entrega que adopta un sentido más clásico de abordar el sonido soul-funk al que se acerca además por primera vez en exclusividad utilizando el castellano, vehículo con el que teje todo un discurso espiritual y trascendente sobre el que, entre otras cosas, hablamos con su autora.

El “Tour Esencia“ de Olana Liss pasará el 20 de julio por la sexta edición del Arrasate Blues Festival.

A lo largo del tiempo has ido compartiendo de forma individual cada uno de los temas que forman tu nuevo trabajo, “Esencia”. ¿Era una manera de adaptarse a los nuevos hábitos de escucha, más atomizado, o había una motivación distinta?
En los tiempos que corren, los artistas emergentes debemos tener claro que hay que renovarse o morir. En base a esto, entre mi oficina de gestión, “Masadi Music”, y yo decidimos hacer con esta primera parte, “Esencia”, un lanzamiento en cascada, single por single, principalmente para despertar los algoritmos del mundo digital, ya que llevaba mucho tiempo sin editar nada nuevo, y también para ir viendo la aceptación del público, porque tampoco sabíamos el recibimiento que podría tener hacer este tipo de música en castellano.

“Esencia” significa la primera parte, a la que seguirá una segunda, “Humana”, de lo que será un álbum, “Esencia humana”, ¿cómo surgió esa idea de dividir un disco largo en dos partes diferenciadas?
Como parte de ese proceso que te comentaba, pensamos en por qué no agrupar también todo ese material que íbamos a ir lanzando paulatinamente en un mismo trabajo, adaptándonos de esa forma a esos nuevos ritmos de escucha pero también manteniendo un concepto clásico. Hoy en día todo va tan rápido que tardas en hacer un disco un año o dos y en cuestión de poco tiempo ya se ha olvidado. Me niego a que esto pase, ¡con lo que cuesta en todos los sentidos! Por eso la decisión de sacar ahora “Esencia” en singles y, en el 2025, hacer lo mismo con la otra parte, “Humana". Dos mitades que integrarán en el futuro un único trabajo, que tenemos muy claro que será en vinilo, bajo el nombre de "Esencia humana" que contará con el añadido de dos temas inéditos que sólo estarán disponibles en ese formato; se tratará de un interludio y un postludio con mucha “esencia afromeña”. Y hasta aquí puedo leer…

¿Ha sido más importante conseguir que cada una de esos dos EPs tenga su propia identidad para poder ser escuchado por separado o el compromiso era que juntos puedan configurar un trabajo único con entidad propia?
La idea es que en conjunto sea una obra única y que consiga contar una historia, o mejor dicho un mensaje, necesario y poderoso a mi parecer. Me encanta la espiritualidad y la psicología del ego. Quiero contar mi visión de lo que es importante mantener en nosotros (“Esencia”) y lo que es necesario mejorar o directamente eliminar (“Humana”). Soy la típica persona que le encanta filosofar con amigos y arreglar el mundo charlando, de ahí que con este trabajo invite al oyente a una reflexión interna sobre lo que aportamos tanto a nivel individual como colectivo.

Tus nuevas cuatro canciones parecen rescatar el soul-funk más clásico, del blaxploitation pasando por Al Green o Amy Winehouse, ¿te sientes más cómoda recogiendo esa herencia más tradicional o cuando mezclas el género con otras sonoridades como sucedía en tu primer disco?
Me encuentro genial en ambos sentidos. Para el primer disco quise experimentar con la mezcla de géneros y en éste he preferido tener una línea más definida. Me gusta salir de la zona de confort, ahí es donde una se descubre realmente y aprende cosas nuevas, que es algo que me fascina. De hecho, ya estoy pensando en el próximo trabajo que vendrá después de “Esencia Humana”. Irá en la misma línea que ahora, pero me apetece también probar con sonidos más electrónicos…

Teniendo en cuenta la naturaleza de estas canciones, que tienen un gran componente instrumental y ambiental, ¿cuál es el proceso de composición y hasta qué punto intervienen los propios músicos que te acompañan?
El proceso siempre comienza con mi guitarra y voz. A veces tengo el tema completo y otras solo un estribillo o una estrofa. Luego comparto con el productor, Antxon Sarasua, y le comento qué tipo de orquestación y sonido quiero. Suelo enviarle mis temas favoritos de los años setenta para que pille la onda. De esta manera es cómo estoy actuando para la realización de este disco, con el anterior sin embargo fue algo muy distinto porque me dejé llevar mucho más por la experimentación tanto mía como del productor. Una vez que tenemos ese esqueleto de las canciones vamos al estudio a grabar con mis músicos habituales en los directos.

Un tema como “Quiérete” llama la atención por tu forma de cantar, más aguda y utilizando el falsete, ¿eres alguien al que le gusta explorar en su faceta interpretativa o se trata de un ejercicio puntual?
Me encanta desafiarme constantemente. Creo que la música es un espacio donde puedo jugar con diferentes técnicas vocales y estilos para expresar diversas emociones. No me gusta quedarme en una zona de confort, prefiero descubrir nuevas formas de interpretar mis canciones, aunque esto me cause ansiedad y nervios a la vez.

También creo que cada canción requiere su propio enfoque particular. En el caso de “Quiérete”, sentí que utilizar mi voz de cabeza y el falsete era lo más adecuado para transmitir el mensaje que quería comunicar. En otras ocasiones puedo optar por un modo completamente diferente, todo depende de lo que sienta que mejor representa la esencia del tema.

La versatilidad vocal es algo que valoro mucho y trato de incorporarla en mi música para ofrecer a mis oyentes una experiencia rica y variada.

Eres de origen africano y extremeño y ahora estás afincada en Donostia. ¿Esa diversidad te ha ayudado a ver la música como una expresión más abierta y sin limitaciones?
Por supuesto, al cien por cien. Por ejemplo, mi padre era de Guinea Ecuatorial, y aunque nunca he estado allí siempre me ha gustado saber de mis raíces. Hace muchos años fui corista de Piruchi Apo, ex Hija del sol, también de etnia Bubi, como mi padre, y me enseñó -incluso más que mi propio padre- mucho de la cultura en África. La música es una parte integral de la vida cotidiana y se utiliza para contar historias, celebrar, sanar el espíritu y conectar con los demás, algo que siempre he tenido la suerte de hacer, doy gracias por entender esa labor como una herramienta poderosa para la comunicación y la conexión humana.

Por otro lado yo nací en Cáceres, donde he mamado desde el flamenco hasta la música folk, pasando por influencias más modernas. Aquí desarrollé mis primeros años de carrera y tuve experiencias de todo tipo y en todo tipo de escenarios. Un bagaje que me ayudó a conocerme para componer mejores canciones. Y ha sido en Donosti, donde resido desde hace 9 años, donde he podido seguir enriqueciendo mi visión musical, interactuando con músicos de todo el mundo y explorando nuevas ideas, estilos, sonidos e incluso instrumentos. Algo que ha significado que hoy por hoy haga lo que estoy haciendo.

Creo que la música no tiene fronteras y que su valor está en su capacidad de unir a las personas, de cualquier origen, y expresar lo que a veces no se puede decir con palabras. Cada cultura aporta algo único y valioso, y creo que mi música refleja esta fusión de influencias y experiencias.

“A través de la música, me doy la oportunidad de hacer un viaje de autoconocimiento y aprendizaje continuo”

Estos nuevos cuatro temas están interpretados en castellano, ¿sentías la necesidad de que dado el sentido de las canciones debían ser entendidos perfectamente por todo el público o ha sido consecuencia de buscar una forma de expresión más cómoda por tu parte?
Buff…esto reconozco que es de lo que más me ha costado conseguir. Todavía recuerdo cuando hablando con mi socia, Sara, me dijo: Olana, hay que hacer lo mismo que estás haciendo hasta ahora pero cambiando la letra al castellano... ¡Poca broma!

Siempre he tenido esta pelea porque, por un lado, el castellano es mi idioma materno, pero este tipo de música siempre la he escuchado en inglés y a la hora de intentar escribirla en castellano me resultaba bastante difícil, tanto es así que en realidad empiezo a escribirla en ingles y luego la adapto a mi idioma, lo que es un poco loco.

Así que me puse manos a la obra y adapté los cuatro temas que ya tenía en inglés al castellano, lo que hizo que tuviéramos que retrasar los lanzamientos, pero después de esas primeras canciones, reconozco que cada vez me cuesta menos y que ha resultado otra manera de salir de esa zona de confort y aprender.

Y en la propia interpretación musical, ¿es muy distinta cuando cantas en un idioma u otro?

Si, en estos momentos para mi, lo es. Mi tendencia natural con el inglés es más nasal, y con el castellano más de pecho. Esto hace que el sonido y la interpretación sea diferente, pero me voy acomodando y cada vez me gusta más hacerlo.

Si en tu primer disco las letras parecían hacer referencia a experiencias más concretas y se mostraban airadas, las actuales buscan lo contrario, la armonía, encontrar el bien dentro de cada uno, ¿tu música es reflejo siempre de tu momento vital, son especialmente permeables tus canciones a tu estado de ánimo concreto?
Mis canciones son muy permeables a mi estado de ánimo porque para mí, la música es una forma de terapia y autoexpresión. En mis comienzos como autora necesitaba sentirme de una manera concreta para poder escribir algo alegre o triste. Hoy por hoy ya no, aunque sí que sigo necesitando sentirme identificada. Mi objetivo es que la gente pueda sentir y entender las diferentes etapas de mi vida a través de mi música, y tal vez encontrar algo que resuene con sus propias experiencias.

¿Cuánto hay en estas canciones de un intento por trasladar un mensaje al oyente y cuánto de hablar contigo mismo?
Hay una mezcla de ambas cosas. Todos los que creamos y nos exponemos al público estamos intentando mantener una conversación recíproca. Y a la vez estamos muchas veces entendiendo, reafirmando o reconstruyendo algo interno en nosotros. La música y la escritura para mí siempre han sido herramientas de comunicación, no solo con los demás, sino también conmigo misma. Por un lado quiero transmitir mensajes que puedan empatizar con la gente y ofrecerles algo valioso. Hablo sobre temas que considero importantes y universales.

Por otro lado, escribir y cantar estas canciones es un proceso muy personal y catártico. Es una forma de explorar mis propios pensamientos y sentimientos, de entenderme mejor y de crecer como persona. A través de la música, me doy la oportunidad de hacer un viaje de autoconocimiento y aprendizaje continuo.

Pronto actuarás en el Arrasate Blues, ¿crees que los músicos que os dedicáis a sonidos de raíz afroamericana solo tenéis cabida en eventos específicos entorno a ese tipo de ritmos y que estáis algo olvidadas para los festivales más generalistas?
Es una pregunta interesante. Es verdad que parece que solo tenemos cabida en festivales de onda afroamericana o de músicas del mundo. Creo que podemos aportar mucho a cualquier festival, no solo a los especializados. Por desgracia, a menudo estos géneros son vistos como nichos y no siempre reciben el mismo nivel de atención en los escenarios más generalistas. Lo único que me consuela es saber que mi música, y los que la producimos, no vamos con las modas y nuestra esencia prevalecerá en el tiempo.

Hay un camino por recorrer para lograr una mayor representación y visibilidad en estos espacios. Mientras tanto, seguiré aprovechando cada oportunidad para compartir mi música y mostrar que los sonidos de raíz afroamericana tienen un lugar en cualquier escenario.

Los “talent show” son casi enemigos de buena parte de la industria musical, ¿cómo ha sido tu experiencia en uno de ellos, sacaste más cosas positivas o negativas?
Durante mucho tiempo tuve muchos prejuicios acerca de los “talent shows”, pero cuando tienes claro a lo que vas y sabes quién eres, te das cuenta de que pueden ser una herramienta muy importante para llegar a más público. En mi caso, puedo decir que saqué más cosas positivas que negativas.

Cuando alguien escuche juntas estas cuatro canciones, ¿qué sentimiento o reflexión te haría sentir más orgullosa de generar en el oyente?
Pues que se reflexione sobre lo importante en la vida, que por supuesto no es amasar riquezas y cosas materiales. “Somos Luz” es ver la ciencia que hay en los sentimientos. Así te sientes, así vives, así ves la vida... Todo es energía, frecuencia y vibración. “Tiempo” es la capacidad de vivir en presente y disfrutar las pequeñas cosas de la vida, hay muchas cada día, pero con el piloto automático no las vemos. “Agua” es dar lo mejor a tu entorno para mejorarlo, tal y como hace el agua, allá donde ella está hay vida, se puede ser agua simplemente cuidando las palabras por ejemplo o con una simple sonrisa. Y “Quiérete” es saber quererse tal y como uno o una es aun sabiendo que hay cosas que mejorar. Aceptarse. En definitiva, todo es amor desde diferentes perspectivas.

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