Naturalidad y sinceridad a raudales mezcladas con ritmos R&B, soul y jazz de los que se echan de menos en la música en catalán. “08880” no es tan solo su carta de presentación de okdw, sino también una oda a Cubelles, el pueblo natal de Martos, por el cual siente una gratitud enorme por todo lo que ha vivido allí. Peter Party firma la producción de este adictivo debut que comparte sonoridades alegres con letras que hacen reflexionar sobre el lesbianismo, el ajetreo de este mundo y la salud mental. Por si fuera poco, las estelares colaboraciones de Andrea Motis (“Saliva”), Malviaje (“Cabos Sueltos”) y La Neula (“Angry Virts”) agregan todavía más fuerza al disparo de salida de OKDW.
Tu nombre artístico es de lo más original como carta de presentación. ¿Por qué lo escogiste?
¡Fue casualidad! Los colegas me llaman Virts, así que quería ponerme este nombre. Pero Pedro, el productor, me dijo que quizás podía sonar raro y que según quién no sabría decirlo. Bueno... ¡OKDW tampoco lo sabe decir alguna gente! Estaba yendo con un amigo mío a un bolo y, tirando palabras al aire, él me dijo de broma “Ok, dw”. Me encantó, se lo pasé a Pedro y también le gustó mucho. Nos gusta porque es una expresión que se ha usado mucho en Cataluña, pero son unas iniciales que pueden funcionar en cualquier idioma.
"Escucho mucha música en catalán, pero no en los géneros de r&b o soul. Así que también ha sido un experimento"
En “Big Bang” aparece hablando tu abuela y, con lo que dice, puede parecer que has cambiado algo de ti al hacer el disco. ¿Tiene razón?
No, yo creo que hablo bastante como soy a nivel de letras y de música. Quería que mi abuela dijera eso en una canción que habla de ser una pringada. En teoría, las abuelas siempre dicen lo mejor. Que justo mi abuela dijese lo contrario en una canción así era increíble.
¿Cómo fueron tus inicios en la música?
Llevo estudiando música desde los cinco años. A Pedro lo conocí estudiando en el Liceu. Un día le llamé porque le dije que me gustaría que produjese unos temas. Le pasé bastantes y le gustó el de “Estic bé”, así que empezamos por ahí. Al principio solo queríamos sacar una canción, pero una vez puestos quisimos sacar un EP y finalmente fue el disco. Al principio, el planteamiento fue que eran mis temas y él los producía, y al final los acabamos haciendo juntos. Aunque yo sea la cara visible, es un proyecto de los dos. Si lo hiciese con otra persona sonaría distinto porque no lo estaría produciendo él.
Tu música es bastante única porque no hay muchas bandas o artistas que se lancen a cantar en catalán en el R&B o el soul. ¿Cómo decidiste intentarlo en estos géneros?
Hacer este tipo de música es lo que me salía más natural porque es la que más me gusta. Lo que ha sido un reto es hacerlo en catalán. Escucho mucha música en catalán, pero no en los géneros de r&b o soul. Así que también ha sido un experimento.
Aunque hablas de algunas situaciones tristes, como en “Només amigues”, tu música lo transforma en alegría.
Creo que es algo que me nace así. Afronto las cosas más duras de la vida con humor para hacerlas más llevaderas. Pedro me controla un poco con esto: por ejemplo, en “Miau”, me dijo que no hacía falta que añadiera bromas todo el rato.
"Ahora mismo, prefiero hacer activismo en las asambleas en las que estoy que no con la música"
De hecho, en tus letras, hablas de diferentes temáticas de manera clara y con poca poesía, sin tapujos.
En realidad, yo no soy letrista. Si me pusiera a hacer metáforas tampoco me quedarían bien. Me gusta el punto de explicar las cosas de manera natural como las explicaría a alguien de mi pueblo, de Cubelles, que quizás ni escuchan música en catalán. En mi pueblo no se habla tanto catalán. Me parece muy bonito las personas que saben hablar con metáforas, pero yo no lo hago.
Hablas de Cubelles que da nombre al disco con su código postal. ¿Cómo de fuerte es tu vinculación con tu pueblo como para dedicarle una canción y el nombre al disco?
Me apetecía y nos hacía gracia hacer un tema de Cubelles como si fuese “Empire State Of Mind” de Alicia Keys. Es el lugar en el que más he aprendido y he vivido más cosas, y quería que quedase reconocido en este disco. Es una memoria de los aprendizajes que he hecho allí.
El disco también da una visualización enorme al lesbianismo, algo que hasta hace poco tampoco encontramos demasiado en la música ni en castellano ni en catalán.
No me abandero de nada. Hay mucha gente haciendo activismo y yo todavía tengo que aprender muchas cosas como para considerarme activista. Ahora mismo, prefiero hacer activismo en las asambleas en las que estoy que no con la música. Si a alguien le sirve algo de lo que cuento en mis temas, perfecto, pero no lo hago intencionadamente. Lo he hecho porque esta ha sido mi realidad al crear el disco. A veces las puedo adornar para que sean más divertidas. Entiendo que se vea como que estoy dando visibilidad precisamente porque no la tiene. Pero lo hago así porque quiero expresar lo que vivo. Normalmente, los grupos más mainstream no hablan de estos temas. Pero poco a poco creo que se va ampliando.
¿Cómo fueron las colaboraciones con Andrea Motis, Malviaje y La Neula?
Estas colaboraciones me hicieron mucha ilusión. Son artistas increíbles que viven la música de manera muy distinta entre ellas y me gusta este contraste. Cuando hacemos una colaboración, para nosotros es muy importante que sean personas con las que nos lo pasemos bien más allá de que nos guste su música. Con Neula, vino al estudio a grabarlo y fue muy divertido. Con Malviaje siempre me había gustado mucho cómo rapea y lo que hace. Pensamos que encajaba perfectamente con el tema de “Cabos sueltos”. Para él, también fue un reto porque nunca había hecho un tema así y tenía muchas ganas. Y con Andrea Motis, Pedro la conocía de cuando eran pequeños. Nos parecía que encajaba en el tema de “Saliva”, que tiene trazas de jazz y r&b con influencias de Robert Glasper.
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