Esta va a ser una exhaustiva entrevista en la que charlaremos de todo: Desde su glorioso arranque hasta la reciente polémica con Sherpa, pasando por sus éxitos, sus crisis y hasta aquel programa infantil donde los niños cantaron aquello de “Vamos muy bien, borrachos como cubas, ¿y qué?”.
Los ochenta: glorioso comienzo
Vuestra carrera arranca en la plaza de toros de Las Ventas, ganando la 3a Edición del Villa de Madrid. ¿Cómo recuerdas aquel concierto?
Son recuerdos inolvidables. Obvio, porque era el cambio. La transición, el cambio de la cultura del rock, el cambio de muchas cosas. O eso es lo que prometieron, luego se quedó en agua de borrajas. Pero bueno, fue un cambio a partir del que empezaron a dar oportunidades a los grupos noveles de aquellos tiempos. Nos presentamos a ese concurso, que era maravilloso. La sorpresa fue que ganamos, y a raíz de ahí la compañía discográfica. El público nos aceptó, teníamos una masa de público bestial. Y todos los medios comerciales que había, como Televisión Española o Los 40 Principales. Éramos número uno, salíamos en las noticias… Fuimos un boom. Lo recuerdo con mucha nostalgia, cosas inolvidables que se me van a quedar para siempre.
“Me enriquece no quedarme en el sofá, multimillonario, sin hacer nada y viviendo realmente de un par de discos”
Los dos primeros discos, “Prepárate” (1981) y “Poderoso como el trueno” (1982), fueron producidos por Tino Casal. ¿Qué relación os unía a él?
Le conocimos a través de Luis Soler, productor ejecutivo y cazatalentos de Zafiro (Chapa Discos). Nos quedamos todos prendados de la imagen que tenía Tino, y sobre todo de su forma de trabajar. Era un tío muy constante, muy profesional. Estaba adelantado, en aquellos años tenía las ideas muchísimo más claras a lo que había en el momento. Era diseñador de joyas y de ropa, pintor, compositor, productor… Lo tenía todo. Y el tío cantaba, tenía una voz muy peculiar. Era profesional, llevaba toda la vida en la música. Y aparte yo personalmente con él tuve una amistad muy grande. Me enseñó muchísimo, a nivel profesional y a nivel humano. Lo llevaré dentro de mí, para mí Tino Casal ha sido como un hermano.
Pegáis el pelotazo y comienzan las actuaciones en programas de televisión como “Un, Dos, Tres”, “Aplauso”, “Tocata”… ¿Cómo reaccionaban los telespectadores de la época ante un grupo de heavy metal?
Éramos un grupo de ese momento, actual, de moda. Un grupo que salió de un barrio de Vallecas, donde el público era el público que había entonces. La gente estaba muy deseosa de ese cambio, de salir a la calle y poder gritar. Nuestro público es súper fiel hasta el día de hoy. La pena es que no han durado tantas bandas como la nuestra, porque al principio apoyaban mucho a todas las bandas nacionales, pero de la noche a la mañana… Cuando se politizó ya todo más... Las pintas como tienes tú Jesús, con esos pelos largos y esas barbas, esa forma de vestir… [risas]. No hemos interesado nunca, y seguimos sin interesar. Una imagen anti-imagen dentro de la sociedad.
El último disco de los ochenta fue “En Directo 21-2-1987”, grabado en vivo en el Pabellón del Real Madrid. ¿Vino a cerrar una etapa de Obús?
Creo que cerró todas las etapas de Obús. Fue un caramelo que nos puso la compañía, como “vamos a dar todo por la banda”. Hicimos un Pabellón de Deportes con un doble directo, creo que uno de los mejores que se han hecho a nivel nacional, con un buen sonido para aquella época. Suena todavía súper actual y súper bien. La compañía dijo que iba a tirar la casa por la ventana, y qué va, no fue así. Es una lástima, porque tiene una producción muy buena, con una unidad móvil, estudio de grabación… Pero de la noche a la mañana parece ser que cambió la idea política o el mercado, y empezaron a cerrarnos puertas a los grupos de rock de este país. Se quedó en un sueño, podía haber sido grande. Se ha quedado en un gran disco, pero nada más. Podía haber sido mucho más de lo que fue. Si hubiésemos dado con una compañía multinacional como Warner o Universal a lo mejor otro gallo hubiese cantado, igual nos hubiesen movido más a nivel internacional y no se hubiese muerto el momento de Obús en el año 87. Luego llegaron los noventa y ya apaga y vámonos. Seguimos en la misma lucha, seguimos estudiando y seguimos en la carretera dejándonos la piel, que es lo que nos gusta.
Los noventa: los años duros
Los noventa fueron bastante duros para el heavy metal, al menos en nuestro país. Vosotros de hecho lo dejasteis entre 1992 y 1997. ¿A qué crees que se debió?
En el 90 se cargaron la cultura rock de este país. Pero bueno, nosotros venimos del fondo del abismo, volver a empezar no nos cuesta tanto porque hemos vivido lo peor de todo, musicalmente hablando, y seguimos en la misma situación. Me jode mucho, porque podríamos hacer producciones muy buenas como hacen por ahí las bandas internacionales, y tenemos que ir haciendo producciones con las migajas que nos dejan ellos. Gracias a los promotores de este país, que dan oportunidades a los de fuera. Quitando cuatro festivales, hacen carteles a nivel internacional y se olvidan de los que estamos aquí.
Lo de los noventa fue a nivel mundial, el rock empezó a irse a pique. Los grupos internacionales como Guns N’ Roses, Mötley Crüe o Metallica pueden aguantar esas crisis y volver con más fuerza. Se lo pueden permitir porque tienen unas buenas cuentas corrientes, venden a nivel mundial, no a nivel nacional. Recuerdo en el año 84 o por ahí, que coincidimos con Iron Maiden, con Adrian Smith, nos cedió uno de sus temas (“Alguien”), para uno de nuestros discos, “El que más” de 1984. Y alucinaba mucho con los conciertos que dábamos. Dábamos ciento y pico cuando ellos hacían cuarenta o cincuenta. Ése ha sido el problema, que no hemos podido competir con lo de fuera. Pero bueno, el estar siempre componiendo y estudiando es una forma de que mi imaginación se desarrolle todavía mucho más, componga mejores cosas y tenga más armonías y más melodías en mi cabeza. Me enriquece no quedarme en el sofá, multimillonario, sin hacer nada y viviendo realmente de un par de discos. Muchas bandas de fuera sacaron dos o tres éxitos y siguen fulminando a nivel mundial. Nosotros tenemos que estar constantemente demostrando que somos grandes músicos, que sabemos componer, que todavía tenemos ilusión y sueños, muchas ganas de subirnos al escenario y dejarnos la piel. Es la satisfacción que nos ofrece la música en este país.
Yo soy muy feliz, porque dentro de lo malo Obús es una banda agraciada y seguimos. Tuvimos el parón ese de unos años, pero no fue un parón musical. Seguimos componiendo y yo hice Saratoga, no he estado quieto nunca. He estado moviendo el culo todo el tiempo, y mis compañeros lo mismo. Ese parón era necesario. Hay mucha tensión cuando llevas mucho tiempo, como en una pareja. Si no hay buena armonía llega un momento en que tienes que descansar. Hicimos ese parón de cuatro años y nos vino muy bien. Hice una experiencia diferente con Saratoga, aprendí mucho con ellos, aparte de la amistad. Mis compañeros grabaron por otro lado y luego decidimos juntarnos ya en el 97, hicimos un pedazo de disco que es “Desde el fondo del abismo” (00), y salimos con muchas ganas. Mucha fuerza y esa ilusión de continuar. Tanto Paco como yo seguimos ilusionados, con muchas cosas que demostrar y muchas canciones por ofrecer.
El nuevo milenio
Aunque sois un grupo con bastante presencia en televisión, en especial tú Fortu, me da la sensación de que en aquella época de los ochenta había más libertad y más música en la tele. Podías ver a Obús, Eskorbuto o Siniestro Total sin problema en La1 o La2, aunque solo había dos canales.
Tú lo has dicho. Cuando vino la televisión privada pensábamos que con más canales iba a haber más música y qué va. Y yo soy un friki de la tele, ya sabes que a mí me gustan los realities, pero musicalmente no hay nada. En La 1 había de todo. Hicimos un programa matinal, presentado por Teresa Rabal, donde el público eran niños de cinco o seis añitos. Pues todo el público cantando “Vamos muy bien, borrachos como cubas, ¿y qué?”. Imagínate ahora, sería imposible. Nos lo prohibirían, denunciarían la canción y al programa. Fíjate que tendría que ser todo lo contrario, pero antes había mucha más libertad de expresión y más libertad de todo que ahora. Vamos como los cangrejos, para atrás. En el siglo XXI tendríamos que tener el lujo de escribir y decir lo que quisiéramos. Sin insultar a nadie, estamos en un país “libre”.
Vuestro treinta aniversario lo celebrasteis con una gira, ¿qué tal fue?
Una experiencia muy guapa. Hicimos una gira presentando canciones nuevas. El público heavy y rockero es muy entregado, y sobre todo fiel. Hay otros géneros en los que tienen el momento fan, pero en cuanto empiezan a hacerse mayores se olvidan. Nuestro público es todo lo contrario, es fiel desde le gusta su banda hasta que se jubilan. Estoy encantado y orgulloso.
Concierto de cuarenta aniversario
Ahora, el cuarenta aniversario lo vais a celebrar con este concierto el 12 de noviembre en La Riviera. ¿Qué habéis preparado?
Nos acompañan nuestros amigos de Barcelona, The Bon Scott Band. Suenan que atruenan, son una gran banda. Versiones de AC/DC y suenan a veces mejor que ellos. Lo que vamos a ofrecer es una gran fiesta de rocanrol, que es lo que realmente hace Obús. No vamos a meter mucha parafernalia ni invitados, vamos a hacer rocanrol puro y duro. Habrá sorpresas de temas que muy pocas veces hemos tocado en directo, y los vamos a hacer por primera vez. Vamos a hacer un repaso desde el primer disco hasta “¡Con un par!” (19), por lo menos con un par de temas de cada disco. Lo que queremos Paco y yo es que sea una fiesta a lo grande. Que la gente se lo pase bien, baile, cante las canciones, se tomen una cervecita y disfruten de lo que es un concierto de rock. No vamos a vender cosas que no son.
“El planeta está ya hasta los huevos de nosotros”
¿Tenéis pensado grabarlo, por si lo editáis en un futuro?
No hemos pensado grabar nada. Vamos a ver, cámara vamos a llevar, yo tengo una productora con la que hago los vídeos de mi disco en solitario y algunas cosas de Obús. Llevaré la cámara por tenerla y por tener algo ahí por si acaso. Pero no vamos a decir que lo vamos a grabar en directo, porque luego falla por el motivo que sea y pasa lo que en el veinticinco aniversario y quedamos como el culo: “¡Joder, dijisteis que ibais a grabar un DVD…!”. Pero por si acaso que las chicas y los chicos vayan guapos, ¡eh! [risas].
Polémica con Sherpa
La celebración llega después de la polémica por el concierto junto a Los Barones, programado originalmente para el 30 de octubre en La Riviera también. ¿Cómo vivisteis todo aquello?
Con mucha tensión. Nosotros hacemos música tío, y luego en nuestra ideología política cada uno es libre de pensar y decidir lo que quiera. Otra cosa es el insulto y que haya gente que pueda perder un poco las formas. Pero tampoco me quiero meter. Cada vez que nos preguntan se politiza el rollo. Vamos a pensar en la música, en la cultura rock, en la libertad. Nuestra ideología yo creo que ya la conocéis. Denunciamos y reivindicamos en nuestras canciones. Por ejemplo en “¡Con un par!”, que se ha quedado un poco en el cajón hasta que hagamos el cuarenta aniversario, que vamos a retomar otra vez la gira de presentación que teníamos firmada por Estados Unidos, Latinoamérica y España, bien, pues en ese disco hay una canción en la que realmente se ve la frialdad, la dureza y el mal de los emigrantes (“Viajando con la muerte”). Yo vivo frente al mar Mediterráneo, que para mí es como un cementerio, porque desgraciadamente hay mucha gente que pierde la vida por buscar la libertad en otros países.
No hay nada más que hablar de esto. Yo creo en la democracia y en la libertad, cada uno puede ser libre de pensamientos. El rocanrol no tiene ninguna afiliación. En América las bandas son conservadoras, de derechas, de izquierdas… A mí eso me da igual, yo lo que quiero es que tengamos todos libertad de expresión. Nunca insultar. El problema que pasó con mi amigo Sherpa, a quien de verdad quiero un montón, es que perdió los papeles. Hizo un comentario fuera de lugar. No se puede insultar a toda la gente que tiene que buscarse la vida en otro lado. Pero yo no soy político, no entiendo de política, yo soy músico. La política es para los políticos, y hay demasiados políticos y chupópteros ya. Cuando están en la oposición prometen mucho, todos, unos de un lado y otros de otro, y cuando tienen el poder nunca cumplen lo que han prometido. Yo voy a seguir siempre reivindicando en mis canciones. Cuando vea algo contra la sociedad o algo que no me gusta lo voy a denunciar. ¿Qué me censuran? Bueno, sabemos en el país que estamos. Me has sacado el tema, pero no me mola…
Había que hablar de él…
Pero al final hablamos de política en vez de hablar de música, que es lo bonito. De anécdotas, de seguidores, de acordes, de canciones… Pero es lógico que todos nos entréis por ese palo, porque fue muy fuerte. En vez de un concierto iba a ser un mitin político.
Que por eso lo cancelasteis, ¿no?
Nosotros tampoco cancelamos nada. Ahí hay un promotor que, cuando le vio las orejas al lobo y que iba a ser un mitin político más que otra cosa, pues tuvimos que tomar una decisión. Nuestra bandera es la del rock, y no iba a ser eso. Había gente amenazando de que iba a ser una batalla campal. Yo lo siento mucho, porque no me gusta tener que suspender o aplazar. Pero tuvimos que hacerlo, porque si no se habría ido de las manos.
El futuro
Con respecto al futuro, ¿qué tenéis pensado pues? ¿Retomar la gira que se canceló?
Este último disco que hemos grabado, lo sacamos en diciembre de 2019 y nos confinaron en marzo de 2020. Nosotros teníamos compromisos en Estados Unidos, Latinoamérica y España, teníamos firmadas muchas fechas y hubo que aplazarlas o cancelarlas. Nos hemos quedado en puertas. Queremos recuperar esos conciertos porque es un disco muy de directo, hay temas muy buenos para que la gente los pueda disfrutar en los conciertos, y tanto Paco como yo vamos a intentar retomarlo. Claro que sí, porque es una pena que esas canciones que están ahí no las pueda disfrutar el público. Cuando acabemos el cuarenta aniversario os podéis ir preparando, porque os vamos a dar cera.
Llega también junto a tu segundo disco en solitario como Fortu, “Rompes mi corazón”. ¿Cómo vas a compaginar todo?
A mí me gusta mucho la música, me gustan las armonías, me gustan las melodías. Quería recuperar un poco mis principios de los setenta, metiendo otro tipo de armonías, otro tipo de composición… Abrir un poco el abanico de colores, musicalmente hablando. Pero a mí lo que me preocupa es Obús, lo que es el directo, más que lo mío. Lo mío es porque me mola la música y tengo más cosas que ofrecer a mi público. Denunciar cómo está el planeta, lo mal que lo estamos cuidando. Estamos destrozando, quemando, ensuciando, contaminando, polución, cambio climático… Lo estamos viendo en las noticias constantemente: volcanes, ciclones, maremotos, tsunamis… O sea, el planeta está ya hasta los huevos de nosotros. Se está quejando. Nuestra responsabilidad es cuidar este sitio precioso que tenemos, y no lo cuidamos. Por eso compuse la canción de “Rompes mi corazón”, denunciando el mal trato que hacemos a nuestra casa.
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