“Poder llevar el clubbing al Louvre me generó una satisfacción inmensa”
Entrevistas / Nusar3000

“Poder llevar el clubbing al Louvre me generó una satisfacción inmensa”

Daniel Grandes — 11-09-2024
Fotografía — Archivo

Afirmaba Oscar Wilde que una máscara cuenta más que una cara. Así lo demuestra Nusar3000, un inclasificable torbellino sonoro que tiene tanto de productor malabarista como de romántico narrador. Hablamos con él sobre “3000” (rusia-IDK, 24), su nuevo álbum, pero también sobre paisajismo funk, ritmos de tierra, Rosalía en el Louvre y la trascendencia a través del anonimato. Mañana estará actuando en la madrileña Sala Sol dentro del ciclo Mazo.

Recuerdo que te conocí, hará un par de años, ya encontrando un tema tuyo en Soundcloud. Tengo mucha curiosidad por saber cómo y cuándo nace Nusar3000 exactamente.
Nusar3000 nace a finales de 2021 como respuesta a un sentimiento de cansancio. Me daba cuenta de que casi toda la música que escuchaba seguía unas normas muy claras. Me empecé a cansar de tener que producir siguiendo unas reglas. Decidí empezar a guiarme por mi instinto y por los estímulos que me gusta recibir de la música que yo escucho.

Tu música es muy maleable y heterogénea. ¿Piensas en géneros musicales cuando produces?
Pienso más en imágenes y sensaciones. En paisajes. Utilizo los géneros como un vehículo para llegar donde quiero llegar.

Mientras escuchaba “3000”, apunté bien grande la palabra “euforia”. ¿Qué sentimiento o sensación vertebra para ti el proyecto?
No sé si es una sensación, pero para mí lo que vertebra el álbum son las ganas de descubrir. Descubrirme, reconectar. Bajar hasta el fondo del mar para explorar los sitios donde no hay luz para volver a salir y que todo se vea diferente.

Vuelve entonces la idea de encontrar paisajes a través de tu música. ¿De dónde proviene este ambiente árido y desértico que estructura el álbum?
“3000” es una interpretación personal de la herencia cultural del Mediterráneo. El imaginario visual proviene de Mhadid, un pueblo de Ouarzazate. Está a las puertas del desierto de Zagora, que forma parte del Sáhara. Yo siempre he escuchado rumba, flamenco y sevillanas. Me di cuenta de que cuando escuchaba música turca, griega, egipcia o del norte de África, esas melodías y ritmos me traían recuerdos de mi infancia. Empecé a sentir que había algo que me unía a mí con un chaval turco de los años setenta. Me obsesioné con encontrar esa piedra de Rosetta que unía todas estas culturas y me di cuenta de que era el Mediterráneo. Quería homenajear esa cultura, esas costumbres y esa música mientras la reinterpretaba a través de referencias y estímulos que he recibido de mis viajes por el mundo.

En comparación con toda tu discografía anterior, tu voz está mucho más presente en este álbum.
Quería hacer un álbum más como artista que como productor. Aunque la música muchas veces habla por sí sola, tenía cosas que contar que no podía explicitar musicalmente. El trabajo ha sido descubrirme como contador de historia. Quería hablar de cosas que he sentido a lo largo de mi vida. Cada canción es una sensación, un paisaje, una historia.

¿Dirías que este proceso de autodescubrimiento ha cambiado en algún sentido tu forma de trabajar la producción?
De forma indirecta seguro. Mi idea era hacer un disco conceptual. Eso dirige la producción en una dirección más concreta. Cuando uno hace edits todas las sensaciones están más aisladas las unas de las otras. En el álbum todo tiene que estar relacionado, todo tiene que conformar un mismo imaginario.

"Cuando uno hace edits todas las sensaciones están más aisladas las unas de las otras. En el álbum todo tiene que estar relacionado, todo tiene que conformar un mismo imaginario"

Precisamente quería rescatar alguno de estos singles aislados de Soundcloud. “LÁTIGO” o “kongafunk3000”, por ejemplo, me parecen dos temas muy infravalorados. ¿Rescatas algo de estos experimentos?
Por ejemplo, el tema de “LÁTIGO” explora la cumbia y el dembow, ese corazón del reggaeton más noventero o dosmilero. Siento estos singles como la precuela del álbum [risas]. Como una excusa para ir explorando estos géneros. Siempre he conectado mucho con todos los ritmos de tierra, aquellos más primitivos. La cumbia, el reggaetón, incluso el funk brasileño. Todos son ritmos que hacen referencia directa a emociones mucho más pesadas. Cuando oigo a Lisandro Meza en una cumbia rebajada, siento que el propio ritmo contiene información cultural. Temas como “LÁTIGO” hacen referencia a esto mismo, a juntar lo tradicional con lo contemporáneo, a casar estos ritmos milenarios con un delivery de clubbing mucho más frenético.

Igual estás cansadísimo de que te pregunten por esto, pero necesito que hablemos de Rosalía. Tu remix de jersey club de “DESPECHÁ” de Rosalía sonó como dance break en su “Motomami Tour”. Pero también sacaste un remix funk carioca del tema. ¿Rosalía escogió tu favorito? ¿Cómo surge el hacer dos remixes?
Supongo que no quería elegir [risas]. En ese momento me sentía muy conectado con esos dos géneros, tanto con ese jersey club/breakbeat como con el funk brasileño. “DESPECHÁ” es un tema que funciona en sí mismo. Es una señora canción. Quería fusionar el tema con sonidos de club porque tenía la certeza de que iba a seguir funcionando. No te sabría decir cuál es mi favorito. Creo que por toda la repercusión que tuvo me acabaría quedando con el de jersey club. Estoy más familiarizado con él. Creo que es más global y comprensible. Casaba a la perfección en el “Motomami Tour”. Cuando el tema sonó en la pasarela de Louis Vuitton me pareció icónico. Poder llevar el clubbing al Louvre me generó una satisfacción inmensa. ¡Estaba sonando jersey club y drum and bass en el museo del Louvre!

"Poder llevar el clubbing al Louvre me generó una satisfacción inmensa. ¡Estaba sonando jersey club y drum and bass en el museo del Louvre!"

Hablando de trasladar el clubbing a lugares en los que cuesta verlo, ¿cómo preparas un live de Nusar3000 a las seis de la tarde en el Primavera Sound?
Siempre he entendido la disciplina de DJ y de intérprete como dos aspectos totalmente diferentes. Estoy enamorado de las dos, pero no quería hacer un show híbrido. En el live quería estar totalmente liberado de los CD-J. Quería poder expresarme, moverme, saltar, mirar a la gente a los ojos, acercarme y alejarme. Quería poder flotar por el escenario.

Hace poco te has unido al colectivo rusia-IDK (Ralphie Choo, rusowsky, mori…) y para mí no puede haber movimiento más lógico y orgánico.
Efectivamente, fue totalmente orgánico. Son colegas que conozco desde hace muchísimo tiempo. Siempre he admirado y respetado muchísimo todos los trabajos que han sacado. Me parece muy interesante el respeto con el que tratan los géneros. Los chicos de rusia-IDK son la nueva vanguardia. Cuando surgió la oportunidad no me lo pensé dos veces. Siento que nadie puede representar mejor mi proyecto. Comprendemos la música de la misma manera.

Siento que la máscara genera un cierto misticismo en tu figura y me gustaría terminar la entrevista intentando discernirte un poco más. ¿Cúal es el mayor sueño de Nusar3000?
Que la música pueda trascender. Llevo una máscara precisamente para que la atención se centre en la música. Me encantaría que lo que se recuerde dentro de doscientos años sea mi música, que sean las canciones las que generen un impacto, en caso de que así fuera. Quiero que mi música funcione en el futuro como una fotografía de este momento.

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