Nuevos tiempos
EntrevistasStone Temple Pilots

Nuevos tiempos

Toni Castarnado — 07-05-2010
Fotografía — Chapman Baehler

De algún modo, Stone Temple Pilots siempre han nadado contracorriente. Acusados primero de ser una burda copia de Pearl Jam o Alice In Chains, los de San Diego tuvieron que ganarse el respeto del público a pulso. Un respeto que “Stone Temple Pilots” logran mantener intacto.

Les costó muchos esfuerzos que se les considerase una banda con identidad propia. No fue sencillo al principio, pese a que las ventas les acompañaron, pero aquí están. “Core” fue su disco más grunge, en “Purple” firmaron sus melodías más contagiosas y sus hits más directos. A partir de ahí, se acercaron al hard rock, al pop, al glam o incluso a la psicodelia. Y parece que, también en “Stone Temple Pilots”, con el single “Between The Lines” al frente, hay una intención clara de sorprendernos con una visión distinta de su estilo. “Cada disco tiene trazadas unas líneas, artísticamente tenemos una reputación, un estílo, pero procuramos no repetirnos, ser ingeniosos, que cada vez que entregas material nuevo sientas que la mierda que estás dando a la gente les guste”. Le cito un lista de inluencias, desde el pop de los setenta hasta la etapa glam de David Bowie, que salen a la luz en “Cinnamon” o “Bagman”, como ya lo hicieron antes en discos como “Tiny Music… Songs From The Vatican Gift Shop” y “Shangri-LA DEE DA”. “Entiendo que veas esas influencias, ya que son evidentes, pero lógicamente yo voy a hacer otro análisis. Este es nuestro disco más country, debido a canciones como ‘Huckleberry Crumble’ o ‘First Kiss On Mars’, pero no country en el sentido más tradicional del término”. Y ahora Stone Temple Pilots se enfrentan al mundo sin necesidad de contar con el cotizado Brendan O’Brien, quien les ha acompañado en la inmensa mayoría de sus trabajos previos. “El disco lo hemos producido entre mi hermano y yo, y en general ha sido todo muy diferente, ya que lo grabamos en un puñado de semanas intercaladas entre una gira de ocho meses”.
La escena internacional ha cambiado y muchos continúan considerando a Stone Temple Pilots representantes de la escena alternativa de los noventa. Podría dar la impresión de que no fuesen a encajar en los tiempos que corren, pero nada más lejos de la realidad. En Estados Unidos hay expectación, han sido portada de Billboard y se les considera ya un clásico del rock estadounidense. Y el conflicto con su discográfica no ha hecho sino añadir morbo al asunto. “El negocio de la música está podrido. Esto es una catástrofe, así que pasará lo que tenga que pasar. Nuestra tranquilidad es que ahora las giras funcionan muy bien, se venden un montón de tickets, es ahí hay negocio. La gente está desubicada, desaparecen sellos cada día, ya nadie confía en nada. La situación es muy distinta ahora que en los noventa, un período hermoso, con mucha energía, con bandas que brotaban a diario. Ahora todo es gratis para todo el mundo, y así es muy complicado dictaminar qué escenas dominan, qué grupos se están comiendo el mundo. Nosotros vendimos diez millones de discos, eso ahora sería estúpido, no podemos aspirar a cosechar esas cifras de nuevo. Nos tenemos que adaptar”. Las cosas no son fáciles, pero nadie dijo que siempre lo fueran. Sin ir más lejos, el conflicto continuo entre el guitarrista Dean DeLeo (nuestro interlocutor) y Scott Weiland originó en el pasado muchos roces en el seno de la banda que, de momento, parecen controlados. “Scott fue un chico malo anoche, pero hoy parece que está feliz. Como todos los demás, está satisfecho de que Stone Temple Pilots estén de nuevo en órbita. Ahora mismo está en la cocina, y es a él a quien estás escuchando gritar, aunque le vigilo por si hace alguna gamberrada.
(risas)
Stone Temple Pilots están de vuelta. Y aunque han estado durante un lustro años en el dique seco (desde el recopilatorio “Thank You”), ellos no han dejado nunca de tocar y siempre han tenido tiempo para otras aventuras: en solitario y con Velvet Revolver (Weiland) o Talk Show y Army Of Anyone (junto a Richard Patrick, ex Filter, los hermanos DeLeo). “Para mí, ‘Title Of Record’ de Filter es uno de los mejores discos que he escuchado en mi vida. Grabar con él, experimentar juntos, fue algo absolutamente maravilloso. Comercialmente no funcionó, aunque tampoco era ese el objetivo. Tener la oportunidad de colaborar con otros músicos es lo que realmente nos motivaba del proyecto. No te voy a engañar si te digo que me hubiese gustado vender más discos y tener más repercusión, si bien no sabría darte una explicación sobre el porqué”.

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