El telón de apertura de “Made In The Dark” nos descubre “Out In The Pictures”, una frenética presentación de la nueva cara de Hot Chip con lo que vendrá siendo habitual en todo el disco: más guitarras, cambios rítmicos de suma y sigue, y teclados de los que nunca imaginaría nadie obtener tanto tintineo. Las idas y venidas de cada uno de sus temas más bailables, como el siguiente, “Shake A Fist”, que comienza con evocaciones electro pop de inspiración árabe para acabar con un discurso vocal sumergido bajo scratches, hacen reconocer el genio del quinteto a millas de distancia.
"Queríamos un disco de esos que poner en casa, cuando vuelves del club, en la suavidad de la mañana" |
Su punto de partida para este tercer trabajo nace más allá de la improvisación, aun haciendo siempre un ordenado uso de la misma, en el año final de su segundo disco, “The Warning”. Era 2006 cuando ya escribieron parte de los temas. “Estoy muy orgulloso de este álbum, pero hace tanto tiempo que lo hicimos que casi te confesaría estar aburrido del mismo”, nos cuenta uno de los dos ideólogos de Hot Chip, Joe Goddard. Así que estamos ante un disco que se concibe aun cuando los británicos pertenecen a DFA Records y que ahora publica EMI, que mantiene la filosofía básica de estos cinco talentos (divertirse imaginando un nuevo electro-pop) mientras se atreven a probar nuevas técnicas y tempos (“Made In The Dark” contiene más de un ejemplo de baladita entretenida), y se graba mitad en la habitación casera de siempre, mitad en un estudio convencional. Según Goddard, estos son algunos de los factores que convierten el disco en “un trabajo más atrevido, con guiños a lo emocional, a la par que a lo melancólico, un disco hecho con mayor madurez y seguridad en nosotros mismos”. Es decir, si Hot Chip necesitaba aliento para continuar sorprendiendo a oyentes y crítica por más tiempo, con “Made In The Dark” redondean ese estatus sin parecer hacer grandes esfuerzos. Siguen apelando a la simplicidad, de ahí su título “Hecho en la oscuridad”, porque, dice un emocionado Goddard: “Seguimos experimentando, de manera aventurera, espontánea, al igual que cuando uno nace, sin ideas preconcebidas, ni un plan específico. Y porque la oscuridad es el lugar donde siempre solemos tocar música, ya sea pinchando en clubs o encima de los escenarios”. El resultado es un conjunto de temas algo más enérgicos cuando se trata de bailarlos (como con “Ready For The Floor”, candidato a sencillo de 2008) y otros que, sin hacernos saltar, entretienen por su calidad ambiental. “Queríamos un disco de esos que poner en casa, cuando vuelves del club, en la suavidad de la mañana”. No dejemos de recordar que, si el triunfo de Hot Chip se debe en parte a su habilidad para sintetizar influencias, el génesis de la banda es el dúo colegial de Alexis Taylor y Joe Goddard, obsesionados con la pesca de cualquier vinilo, tempranos instrumentistas del Casio y chicos sin más intención que el disfrute melódico. “Alexis y yo, al igual que otros miembros de la banda, tenemos en común el gusto por los mismos, aunque variados, músicos. Hay grupos que se forman a raíz de seguir a un sólo ejemplo, un grupo en concreto, pero nosotros sencillamente somos todo lo que hemos escuchado desde pequeños”. Confiamos en que su pasión por temas de Ray Charles a Carl Craig (“uno de los mejores. Yo siempre ando añadiendo cientos y cientos de elementos para un tema, pero Craig es un productor monumental, de los que de algo simple, sale un tema de baile redondo”) o de Kraftwek a Bowie, pasando por Brian Eno, les otorgue el sobresaliente del público dentro y fuera de pistas de baile, sobre todo por canciones lentas como “Made In The Dark” o “In The Privacy Of Our Love”, de este último disco. En todo caso, ¿no es acaso una de las bandas más simpáticas del actual panorama pop electrónico? Buenos tiempos son estos en los que ya no damos importancia a la superficie de una banda que, sin imagen comercial, quedaría de otro modo relegada al segundo y anónimo plano de la producción de grandes estrellas, pero que hoy sobrevive y se entretiene como quiere, incluso haciendo de sus vídeos unas fascinantes piezas de arte narrativo. A eso podemos añadirle su valía como remezcladores (por sus manos han pasado desde Amy Winehouse a Architecture In Helsinki) y su capacidad para convertir sus directos en una experiencia distinta a la del estudio. “No tenemos los mismos instrumentos que cuando grabamos y nos gusta entrar en un loop de improvisación escénica, sin bases ni programación de ordenador”. Al término de la conversación, cuando hablamos sobre la incipiente gira de presentación del disco con Matthew ‘Audion’ Dear como telonero de lujo, Goddard nos deja una pequeña pista sobre el lugar y la fecha donde les bailaremos en breve. “Me encanta España, he estado tantas veces allí con mi padre, recorriendo el país en coche. Seguramente, y aunque nos gustó tocar en Sónar, tengamos apetito por presentar el disco en otro festival. No conocemos aún el Summercase…”.
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