Nuevas memorias
EntrevistasDominique A

Nuevas memorias

Miqui Otero — 18-05-2004
Fotografía — Archivo

Decir que "Tout Sera Comme Avant" (Labels/Green Ufos, 04) es el disco más ambicioso del francés encierra un pleonasmo. Autor libérrimo, el monstruo de Nantes sigue moviéndose entre las canciones más arriesgadas y las que presentan un corte más clásico, para dar un paso más en una carrera que tiene como verdadero motor la intensidad y no la originalidad. Ahí está la clave. Música con el corazón en el puño y las entrañas en el cerebro.

En un panorama de explosiones de mecánica precoz y de dinosaurios comidos por su holograma en el escenario, bichos como monsieur Ané son difíciles de encontrar. Sin necesidad de travestirse en diversos nombres para ofrecer propuestas diferentes en compartimentos estancos, la de Dominique A es una carrera que sigue una extraña lógica interna, una evolución que no acepta retículas. “Tout Sera Comme Avant” parece a la primera escucha una síntesis poética de esa carrera, ya que combina temas más clásicos con otros de bases de electrónica mullida que engrandecen el estándar de canción pop –al que no sólo se rinde tributo con el paso del bolígrafo por la plantilla una y otra vez-. “Como siempre estoy cambiando ya no me sorprende la sorpresa, ni le tengo miedo: a más cambios menos cambios, menos los percibes. De todos modos, los cambios son un poco ilusorios porque creo que una canción de hace tiempo la puedo hacer ahora, sólo que la presentaría con unos arreglos diferentes, según esté escuchando folk americano, chanson o pop inglés… Los discos son el resultado de cómo me siento en cada momento, y no tengo miedo a hacer cosas diferentes cada vez”, confiesa Dominique A.

" No creo que en Francia interese lo nuevo, lo que se aplaude de verdad es lo que recuerda a lo clásico, mira a Carla Bruni "

Así que todo es como antes, una idea que repite durante la conversación, y que se puede tomar en sentido irónico o literal. Le preguntaba por ese cambio pensando en “Auguri” (Labels/Green Ufos, 01), “Remué” (Labels/Green Ufos, 99) o incluso en “La Mémoire Neuve” (Lithium/Green Ufos, 95). Tras su insistencia en ese punto, reviso “Si Je Connais Harry” (Labels/Lithium, 93) y me sorprende una primera canción, que no recordaba, con una base rítmica de electrónica bruta sobre la que construye la canción o “Oublie”, de “Auguri”, un tema muy parecido al que le pensaba citar como más novedoso de su último trabajo. En definitiva, que cuando se nace avanzado, cuando se es un visionario, lo difícil no es ya mejorar si no mantener el tremendo nivel. La prueba de que lo ha hecho es que ya pertenece a la casta de artistas con caja recopilatoria. “Me lo he tomado como un juego para reunir canciones inéditas, pero ha sido útil para contradecir la idea de que esté siempre cambiando, porque las pongo juntas y se demuestra que funcionan como un todo”, afirma el chansonnier, que, además de seguir alimentando esa brutal carrera, lleva décadas colaborando con gente de la talla de Diabologum y Stephin Merritt, compartiendo experiencias con su amigo Yann Tiersen –no puedo sacarme la canción “Monochrome”, cantada junto al multiinstrumentista galo, en el concierto de “Black Sessions”-, con Olivier Mellano en Móbiil o con su ex chica Françoise Breut. Baluarte de la tradición, exponente de la vanguardia, activista de la belleza más poliédrica. Ahora escucho “Remué”, un disco que recordaba mucho más difícil de digerir. Vale la pena volver a mirar la cara de algo antes de definirla sólo por su rasgo más distintivo. Tras la grabación de este álbum, donde la entropía reinante destila pasajes cálidos en un todo sobrecogedor, buscó un sonido mucho más directo en “Auguri”. “Sí, quería apartarme del concepto de ´Remué´, pero es que John Parish aún acentuó más esa intención; era la persona adecuada en el momento preciso. Si yo quería simplicidad, pues más simplicidad todavía”. Simplicidad, siempre dentro de las coordenadas de Ané, que ahora vuelve a evolucionar –¿o involucionar?, me pierdo ya entre sus discos- hacia la mezcla de la que hablábamos al principio, de la mano de un trío parisino llamado Gekko, formado por Jean-Louis Solans, Arnaud Devos y Jean Lamoot. Le pregunto si cree que su música es más aplaudida en Francia, donde a veces se encumbra lo nuevo aunque sea por chovinismo, y también qué opina de que alguien como él no sea conocido a nivel internacional, si cree que tiene algo que ver una angloesfera, en la que revistas como Mojo ponen la nouveau chanson en el apartado de World Music. “No creo que en Francia interese lo nuevo, lo que se aplaude de verdad es lo que recuerda a lo clásico, mira a Carla Bruni. Si se aplaudiese lo nuevo, un grupo como Móbiil sería disco de oro. Después está gente como Yann Tiersen, que sí que es conocido aquí y allí, pero yo creo que tendría que cantar con Carla Bruni para hacerme realmente famoso (risas). Si me lo propusiera lo haría…”, confiesa.

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