Blood Red Shoes prefieren torpedearte con su rock intenso desbordante en electricidad. “Grabamos el disco en una gran casa en Inglaterra en medio de la nada, sin ruidos, ni teléfonos, ni nada. Lo tocamos todo en directo para alcanzar el punto óptimo en una misma toma. Fue divertido”.
"Grabamos el disco en una gran casa en Inglaterra en medio de la nada, sin ruidos, ni teléfonos, ni nada" |
Forjados en la carretera y en garitos de mala muerte, antes de su ansiado debut, ya eran famosos por sus directos. “Desde hace dos años que tocamos mucho en directo. Antes de entrar a grabar ya habíamos dado unos doscientos conciertos, unas quince giras continuadas sobre todo en la zona de Brighton. Creo que es importante conocerte para encontrar tu sonido, tu identidad”. Como The White Stripes o The Kills, el formato chico/chica cobra protagonismo. Dos voces desatadas, una guitarra y una batería les bastan para hacerse notar, tal y como nos explican a su paso por la Ciudad Condal. “Es más difícil tomar decisiones entre dos. Tienes más espacio para experimentar, aunque a veces es duro componer juntos. Con dos instrumentos te concentras más en lo que haces, hay menos errores y encuentras más placer en lo que haces. En cuanto a todas esas bandas, no encuentro similitudes con ellas. Nuestra verdadera inspiración viene de la improvisación. La mayoría de grupos que nos gustan son americanos de los noventa. Por ejemplo, ‘In Utero’ de Nirvana, fue lo que más escuchamos antes de grabar el disco. Del rollo inglés sólo nos gustan bandas clásicas de punk como Sex Pistols o The Clash”.
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