Cuando el virus se extendió hasta nuestro país, La Maravillosa Orquesta del Alcohol estaba trabajando en su próximo álbum. El confinamiento lo cambió todo. Obligados a volver a España, cada músico se encerró – como todos nosotros – en su domicilio. Y de esa extraña sensación de aislamiento físico, a veces angustioso y a veces claustrofóbico, siempre necesitado de localizar algún atisbo de esperanza en el futuro, nacieron estas cinco canciones, masterizadas por Alex Psaroudakis desde su estudio en Nueva York y con diseño a cargo del iraní Maziyar Pahlevan. Cada uno de sus cinco cortes verá la luz en plataformas digitales de forma individual, todos los lunes de mayo. El primer single, “delfines”, este mismo lunes 4 de mayo.
¿Cómo surge la idea? Supongo que estos días favorecen esta clase de canciones.
David: Sí, llevábamos tiempo currando en el disco de La M.O.D.A., casi desde otoño de 2018, pero de forma muy tranquila, compaginándolo con la gira e intentando no precipitarnos. Y este año, después de hacer el WiZink en noviembre, que es cuando terminamos la gira, nos habíamos tomado un respiro de los escenarios para poder centrarnos al cien por cien en esto. Eso nos pilló de pleno currando con Raül (Refree), tuvimos que pararlo todo de golpe y fue un palo, como para todo el mundo. Y un bajón. Yo nunca había pensado hacer nada en solitario, porque todo mi tiempo y energía lo hemos puesto en la banda, aunque siempre había fantaseado con ello, con algo que la gente no se espere y te libere de cualquier presión. Al principio del confinamiento, lo que menos me apetecía era coger la guitarra, la verdad. No tenía ninguna canción, ni ganas ni expectativas. Pero a las dos semanas, supongo que por una cuestión de que es lo que me sale y lo que me pide el cuerpo, y por desahogarme, y también como una manera de asimilarlo – supongo – , pues hice un tema que me moló, me empecé a motivar un poco y luego hice otro, aquí en casa, en el salón, con el portátil, y con una guitarra Gibson que me pillé hace poco, que me flipa, y debe ser de los años cincuenta. Se lo mandé a Raül instintivamente, como una continuación de lo que estábamos haciendo, para ver qué me decía. Necesitaba la visión de alguien más. A él le gustó. Le dije que me molaría que hiciera algo con ello con total libertad, aunque luego esa libertad que predicamos los músicos no es tal, porque estamos sujetos a muchas normas que nos imponemos, y a prejuicios y a miedos, pero bueno. Pero creo que aquí Raül tuvo muy claro que había qué ver hasta dónde podía llegar esa libertad. Me mandó un tema de Oneohtrix Point Never, a quien yo no conocía. Era “Animals”, Y flipé. Nunca había escuchado nada parecido. Y le dije “vale”. Creo que ahí él vio que la libertad sí que era tal. Empezó a mandarme ideas, y yo aluciné, me encantaron. Tras mil horas hablando por video por el whatsapp, nos dimos cuenta de que podía ser interesante ceñirlo al momento que estanos viviendo, algo nacido del confinamiento y de las herramientas y las posibilidades que nos permite. Y con esa filosofía empecé a escribir más cosas, hasta cinco temas. Y decidimos no esperar a que pasara esto para grabarlo en su estudio de puta madre, no, porque entonces perdía el sentido. Sin este encierro, nunca lo hubiese sacado. Al final hemos sacado algo positivo de la putada que es esta pandemia.
Raül: Estas cinco canciones tienen mucho que ver con lo que estábamos hablando. De golpe, tras unos días sin apenas contacto, un día David me dijo “he compuesto una canción aquí en mi casa, con el ordenador”, y recuerdo muy bien que me dijo que no quería que yo sintiera ningún tipo de limitación estilística. Que me lo tomara como algo completamente nuevo, nada que ver con la M.OD.A. Me dejó muy claro que quería darme total libertad. Así empezó. Ninguno de los dos sabía muy bien qué sería esto. Ni que fuera a ser un EP. El trabajo fue como un antídoto para encarar esta situación.
"Componer estas canciones ha sido para mi una vía de escape, una forma de asimilar la situación". (David Ruiz)
Raül, ¿cómo surgió lo de Oneohtrix Point Never como punto de partida? ¿Crees que se refleja esa atmósfera algo opresiva también en estas canciones?
Raül: Lo que no tenía ningún sentido era pensar en estas canciones como algo más hi fi, dada la situación. Y eso para mí, marcaba el camino, y era importante que se notara. Cuando David me habló de algunos referentes que ya tenía en mente, yo le dije que no podemos aspirar a algunas cosas, y además tampoco creía que ese fuera el camino. En cambio, me parecía que el de Oneohtrix Point Never, que es alguien que trabaja desde la soledad de uno mismo, como la mayoría de músicos de la electrónica, con el sampleo y el ordenador, pero al mismo tiempo en su caso con canciones muy bonitas que no tienen miedo a añadir efectos en la voz, o de pitchearlos, y no por eso dejan de ser canciones muy emocionantes, que para mí eso era muy importante… las canciones de David tal y como él las concibió ya me gustaban, pero a la vez quería encontrar un nuevo mundo para ellas, no quería que se quedaran en el punto folk de una guitarra y una voz. Y me parecía que esta valentía de trabajar con timbres agresivos, y al mismo tiempo asfixiantes, era una manera de recomponer la realidad en que nos encontrábamos. Es algo que sale del confinamiento y de un momento muy concreto en nuestras vidas.
David, me decías que durante las primeras dos semanas de confinamiento ni se te ocurría componer, pero ¿te resultó sencillo luego?
David: Al principio estás de bajón y preocupado, ya no solo por ti, o por tu entorno o por tu curro, sino porque es algo que nos afecta a nivel global, ves que se puede ir todo a la mierda y que la situación es jodida, con mucha gente pasándolo mal y muriendo. Es algo que nunca habíamos vivido, y estás con la cabeza en otro lado. Pero luego componer estas canciones ha sido para mi una vía de escape, una forma de asimilar la situación. Esto nos ha hecho tener más tiempo, para bien o para mal, para reflexionar. A mí me ha dado una motivación para componer. Y para compartirlo con la gente. Hay algo positivo dentro de todo lo malo, un algo que me motivaba a levantarme y a contar cosas.
"Debo llevar treinta y pico conciertos cancelados, y lo que viene por delante va a ser duro, pero por la parte personal ha sido un reset que me esta yendo bien". (Raül Refree)
¿Cómo fue el trabajo a distancia con David, Raül?
Raül: Él me mandaba las canciones en mp3, con guitarra y voz, y luego decidíamos hacerla un poco más rápida o algo más lenta. Yo tenia el portátil, sin posibilidad de ir al estudio, lógicamente. Y lo que me planteé es no trabajar con timbres ya creados, o coger instrumentos virtuales y trabajar con sintes virtuales, sino que me gustaba la idea, casi artesanal, de crear los timbres con lo que tenía en ese momento. Sacaba nuevos timbres a partir de lo que me daba David. Hace años que me interesa mucho la programación con Macs de MSP, que te permite crear samples que se comportan de una manera concreta, y hay un aspecto random, o de decisión de la propia máquina, que me interesaba. Y te da la opción de salir de ti mismo.
¿Hay alguna de las cinco canciones que refleje mejor que otras la situación actual?
David: He intentado que no fuese una cosa conceptual de la pandemia ni hacer referencias directas, porque no me salen y no me molan. El confinamiento ha marcado la línea ideológica del EP pero eso no se refleja en el contenido, creo. No te sabría decir. Hay alguna frase en alguna de las canciones que puede dar pistas, pero es que yo lo escucho (desde dentro es más jodido evaluarlo) y veo que las canciones son hasta de amor, que es algo que no he hecho nunca. Esto te hace echar más de menos a ciertas personas, te hace valorar relaciones de todo tipo. Sentimentales, de amistad, de familia. Incluso creo que ha aflorado un sentimiento de comunidad, una necesidad de pertenecer a algo más que a ti mismo y a las cuatro paredes que te encierran. No sé si hay alguna de las canciones que pueda representar esto.
En una canción como “Naturaleza”, dices “creí saberlo todo antes de tiempo”, “hoy valoro lo que tengo”. ¿Trata sobre esa sensación de vulnerabilidad que nos invade a todos, ahora que nos damos cuenta de algo tan obvio como el hecho de que no somos, ni mucho menos, imprescindibles para que este mundo siga girando?
David: Pues me parece una apreciación muy acertada y la comparto, aunque se te haya ocurrido a ti porque yo no he tenido casi ni tiempo para analizarlo. Tampoco he querido analizarlo demasiado todo. Pero tiene mucho sentido. Ese espíritu, como te decía, todas esas reflexiones a las que nos está llevando esto, se han plasmado en las letras de una forma subconsciente o indirecta. Esto nos ha hecho valorar más todo lo que tenemos. A veces, hasta que no te llevas un palo, no lo valoras. Somos así de inútiles. Hasta que no pasan estas putadas no valoras las cosas de la normalidad, a ver si un bache como este sirve para que todos seamos un poco más conscientes.
Y tú, Raül, ¿cómo estás viviendo todo esto como productor?
Raül: Tenía un mes de abril y mayo bastante apretados, pensaba en cómo lo iba a hacer todo, tenía gira con Lee Ranaldo en abril en mayo con Lina, y no tenía pensando estar en Barcelona en los próximos meses. De golpe se ha caído todo, pero ha provocado un reset que a mí me ha funcionado, por encontrarle la parte positiva. Durante los primeros días de confinamiento sentía que necesitaba parar y desconectarme, y estuve varios días sin hacer música, sin pensar en ella ni escucharla, y me sentó bien, no te voy a engañar. Había un punto de bajón, porque la situación era muy rara. Y fue David, con este proyecto, quien me conectó otra vez, como una bofetada para despertar y ponerme las pilas otra vez. Debo llevar treinta y pico conciertos cancelados, y lo que viene por delante va a ser duro, pero por la parte personal ha sido un reset que me esta yendo bien. Hacía tiempo que pensaba que tenía que parar y sentarme un poco a mirar por la ventana, y aunque haya sido de forma involuntaria, me ha sentado muy bien, aunque eso no signifique que haya dejado de estar preocupado.
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