"Nos gusta la épica, somos de bandas donde las canciones crezcan"

El segundo álbum de los burgaleses Yani Como contiene la excesiva cifra de catorce cortes, dilatándose lo suficiente para recoger en la misma escucha aciertos y fracasos. Afortunadamente predominan las virtudes, al ser “Nada es lo que parece” una obra que asimila con amplitud la influencia de consagrados artistas nacionales del pop en castellano.

Fans de la música por encima de todo y organizadores del longevo Sonorama, los arandinos Yani Como están en el momento más prolífico y, quizá, dulce de su carrera, como demuestra su cuarto álbum, “Eso sí que lo sé”. “Ya tenemos prácticamente terminado el siguiente. Aunque hemos intentado sujetarnos, no podemos evitarlo”, nos confiesa su cantante y compositor Javier Ajenjo. En él, continúan presentes las constantes del grupo: el violín de Alma (que, además, canta en varios temas), las evoluciones ascendentes y descendentes y un esqueleto musical que recuerda a grupos como Teenage Fanclub o Nada Surf. Sin embargo, canciones como “La vida es alcohol” asumen cierto riesgo. “Decimos que es un cruce entre dEus y The Black Keys, por la estridencia y también por lo oscuro. Nos gusta la épica, somos de bandas donde las canciones crezcan, que te emocionen”. Además, en cuanto a las letras, y a pesar de la nostalgia inherente al grupo, se escapan momentos más brillantes y abiertos. “Nos ha salido un disco que refleja el momento en que vivimos. Reflexionar sobre nuestro alrededor, darnos cuentas de cosas que antes ni se nos pasaban por la cabeza, porque todo iba maravillosamente”. Así, “Apocalipsis” podría ser considerado, siempre con comillas, el primer “himno generacional” de Yani Como. “Refleja todo lo que hemos ido estropeando y al final no vamos a poder dar la vuelta. Es una canción jodida, pero queríamos pinchar a la gente para que al menos lo intente”.