En su nuevo y como siempre atrevido trabajo titulado sencillamente “Hiru (3)”, Maite Arroitajauregi ha vuelto a traspasar fronteras de todo tipo. No entiende de géneros, idiomas, estilos y ni mucho menos de etiquetas. “No sé para qué valen, ¿para nombrar a las cosas? Ante todo la música necesita al oyente, nada más”.
Esta guipuzcoana treintañera lo mismo recuerda a Bigott y Vinicio Capossela como… a la propia Mursego, su intransferible proyecto unipersonal. El murciélago que habita en Maite vuela libre en un disco en el que se pueden apreciar sonidos selváticos y tropicales, uno de los campos que aún no habían sido explorados en sus dos trabajos anteriores. En Euskadi retumban la letra y la melodía de “Eusnob”, un alegato humorístico escrito en euskera sobre los culturetas vascos que acuden a cine clubes, adoran a Jim Jarmusch y leen tratamientos filosóficos, entre otras muchas perlas de un texto genial. “Nuestra sociedad necesita más gente así. Más publicaciones tipo Diagonal, como canto en la canción”.
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